El fenómeno de la violencia reaccionaria y fascista protagonizada por los mal llamados "opositores" en Venezuela también empieza a multiplicarse en distintos países del mundo. Hace poco una turba de "escuálidos" (nunca mejor definidos por el Comandante Hugo Chávez) promovió serios incidentes en Madrid frente a la Embajada venezolana, y hechos parecidos se produjeron en Buenos Aires, frente a esta misma sede diplomática e incluso se llegó a amenazar de muerte al Embajador utilizando twitter o el popular Facebook. Precisamente de estas incursiones reaccionarias que se repiten peligrosamente es que quiero hablar en esta crónica, sumando un ataque directo a la cultura y a la libertad de expresión, un término que los llamados "demócratas" que hoy acosan a la Revolución Bolivariana, tanto usan en sus discursos pero son ellos los primeros en menospreciarla y atropellarla.
Recientemente se produjeron dos episodios en ese sentido y que involucran a una excelente cineasta argentina, María Laura Vázquez, quien acaba de estrenar "Chávez infinito", una película excepcional en homenaje a quien tanto ha hecho por la unidad y la integración de Latinoamérica y que desde un perfil francamente revolucionario ha generado los años de mayor felicidad para el bravo pueblo venezolano.
En su afán de atacar a todo producto cultural que demuestre que la Revolución Bolivariana ha sido y es una de las mayores posibilidades de avance antiimperialista y anticolonialista de los pueblos del continente, los escuálidos venezolanos que viven en Argentina bajo la protección de la derecha local e incluso cuentan con recursos suministrada por el PRO a partir de su reparto de cargos de funcionarios en el gobierno de la Ciudad, intentaron impedir la proyección del film en La Plata, en el marco de un Festival latinoamericano de cine. Atacaron verbal y con empujones a la directora de "Chávez infinito" y generaron un clima de amenaza contra los espectadores que asistieron a esa presentación.
Días después, esta misma semana, este grupo que con su accionar practica una abierta injerencia en nuestro país y lo hace con total impunidad, volvieron a insistir en su comportamiento agresivo contra la propia María Laura y la película. En un accionar coordinado enviaron miles de mensajes al twitter y al FB de la cineasta, la amenazaron de muerte en múltiples llamadas telefónicas acusándola de "castro-comunista" y no contentos con esto se comunicaron con el cine Gaumont, donde se está exhibiendo la película y repitieron insultos y advertencias de que iban "a quemar el cine", algo que estos fascistas sí practican cotidianamente con ciudadanos en Venezuela solo por el hecho de "parecer chavistas".
Como evidentemente se mueven bajo el paraguas del partido macrista, un grupo de ellos se animó a presentarse al estreno repartiendo volantes injuriosos, pero la justa y necesaria reacción del público asistente los hizo huir precipitadamente. Minutos después un video con esos incidentes era mostrado por varios canales donde albergan los típicos plumíferos argentinos disfrazados de "periodistas" y que diariamente atacan a Venezuela y a cuanta expresión rebelde y revolucionaria se les cruce en el camino de su mentirosa óptica desinformativa. Otra vez se repitieron los ataques a la película y a María Laura, otra vez se agitó una campaña de "caza de brujas" o de un macartismo agiornado a los tiempos que vivimos.
La pregunta que se impone es qué hacer con estas campañas inquisicionales, con estos delirantes que se disfrazan de nuevos cruzados y atacan a quienes no piensan como ellos, igualandolos a herejes o apóstatas. Muy parecidos al ISIS creado por los yanquis y la Unión Europea, gente sin un gramo de raciocinio y alimentados por el odio. La respuesta es simple: en Venezuela la dio el pueblo el domingo pasado y va a volver a repetirla el próximo 30 de julio,desbordando de votos constituyentes las urnas de la democracia participativa. En Argentina, apoyando la proyección de "Chávez Infinito", difundiendola, recomendándola a quienes aún no la han visto. Solidarizándonos activamente con la compañera María Laura Vázquez, quien desde su quehacer cinematográfico es digna de recibir el mayor premio que puede tener un profesional de esa actividad artística, el acompañamiento de los espectadores, como ocurriera en el estreno a sala llena, cuando el público de pie la ovacionó calurosamente. (Una carta de adhesión a María Laura está circulando ya y cuenta con la firma de varias entidades de cineastas documentalistas y organizaciones sociales y populares).
Por lo demás, en Buenos Aires, el sábado 29 a partir de las 14 horas en el Parque Rivadavia, frente al Monumento a Bolívar y el domingo 30, en el Obelisco, con un banderazo, todas y todos los que nos sentimos hermanados con Venezuela Bolivariana tenemos una cita irrenunciable: ganar la calle para apoyar al pueblo, al gobierno y a la Constituyente venezolana. Demostrar que aquí también nos sentimos parte de ese Chavismo Bravío, que pone el cuerpo diariamente para defender sus conquistas. Y al que indudablemente no podrán derrotar ni los Macri, ni los Temer, ni los Trump, ni siquiera los pusilánimes como Rajoy o Felipe González.