Teoría del valor trabajo

De entrada, una cosa es el valor trabajo en una empresa, otra en el país. El valor en el país es un promedio y la única manera de conocerlo es como el precio del mercado. De allí que los clásicos hablaran de valor de cambio para referirse al valor, o sea, el valor por el que podría ser cambiada una mercancía. Se trata de un valor de cambio que está fuera de la mercancía ya que esta sólo tiene valor y valor de uso.

El valor de uso es la materialidad misma de la mercancía, y el valor se refiere a la cantidad de trabajo que haya costado elaborarla y que el componente común de todas las mercancías, requisito indispensable para realizar los intercambios entre mercancías con diferentes valores de uso, y modernamente entre todas ellas y el dinero que es el valor de uso que funge de equivalente general.

La demanda es el motor principal de la actividad económica; por supuesto, sin demanda carece de sentido cualquier trabajo, y si este se ejecuta resulta inútil. Digamos que valor es fuerza de trabajo aplicada a medios de produccion con resultado de uno que otro valor de uso que sea demandable.

Así entendidas las cosas, un trabajo aplicado a medios de produccion cuyo resultado sea algún valor que carezca de demanda es tan inútil como destapar un hueco para tapar otro.

Debemos admitir que el propio Marx, al definir su concepto de mercancía, precisó que más que valor de uso y valor de cambio, toda mercancía es un valor de uso y valor, y en tal sentido, como este suele medirse en dinero y este es usado en toda compraventa, lo lógico es expresar ese valor como valor de cambio de las mercancías o como precio de mercado, según la demanda en su relación con el tiempo de trabajo socialmente necesario lo cual determina si el volumen de oferta resulta excesivo o exiguo.

Las relaciones entre la oferta y la demanda la comprendemos mejor cuando en lugar de hablar de oferta y demanda de alguna mercancía, hablemos de oferta y demanda de mano de obra que es como decir oferta-demanda de valor.

Decir demanda es decir necesidades colectivas, de conjunto, por lo que el precio determinado responderá al tiempo medio de trabajo por parte de todos los integrantes de una demanda en particular. Así, el tiempo de trabajo ofrecido puede ser mayor o menor al necesario y será la demanda la que determinará finalmente cuál es justamente el trabajo necesario.

Cuando la oferta supera la demanda es porque aquella representa una excesiva produccion que es como decir una alta productividad media, es decir, un tiempo de trabajo superior al socialmente necesario por la demanda, y como una mayor productividad o producción representa un menor valor añadido a cada unidad de mercancía, menor debe ser el precio[1]; en el caso contrario estaríamos en presencia de una baja productividad, suerte de exigüidad de mano obra y una menor cantidad de valores de uso, lo cual significa un valor o costo mayor, razón por la cual el precio debe ser mayor.

De manera que toda mercancía presenta una estructura de costos representados por medios de produccion y mano de obra, es decir, por cierto, capital constante y capital variable.

La mano de obra o los salarios como coste variable, y las materias primas limpiamente como coste constante.

Terminada la mercancía, pasamos a la estructura del valor: por ejemplo: en una relación entre las mercancías A y la B, la primera representa el valor de uso natural de la mercancía A, digamos de un libro, y la B, digamos cierta cantidad de dinero, su valor social

Por supuesto, la contabilidad burguesa incluye costes falsos como son los de maquinarias y equipos, alquileres varios que si en verdad son costes necesarios para el capitalista puede perfectamente deducirlos del precio de venta para determinar su ganancia bruta, pero no debería haberlos cargado al consumidor.

Ya hemos denunciado esos falsos costes que sólo contribuyen a elevar la productividad de la mano de obra y como su resultado en mercancía es propiedad privada del capitalista, este es su beneficiario ya que al usuario final poco le importa el grado de mecanización ni la contabilidad necesaria para el control de su patrimonio.

De resultas, el valor trabajo nuevo no sólo debe ser creado por la mano de obra, sino que debe ajustarse al valor medio o tiempo socialmente necesario ante las miríadas de productores independientes a cuyo cargo está la produccion y oferta de las mercancías. El valor medio (precio o valor de cambio) lo desconoce el fabricante y el precio que reine coyunturalmente sirve de guía a esos productores ya que se trata de una produccion libre de planificación macroeconómica.

Bajo condiciones socialistas, la idea de precios y ganancia desparece porque toda la produccion pertenece a toda la población y está la consumiría para la cobertura de sus necesidades y el incremento del volumen de produccion que la dinámica social vaya indicando.

[1] No se trata de una curva creciente para la oferta y otra decreciente para la demanda, sino que a mayor producción mayor valor añadido respecto al necesario por la demanda, por los consumidores. Estas curvas representan una perogrullada propia de la Economía Burguesa o Vulgar. El caso es que los factores de la produccion deben actuar complementariamente y para una mayor cantidad de mano de obra debe disponerse de una mayor cantidad de materias primas adecuados ambos a la capacidad productiva de la maquinaria en juego. Las curvas de productividad decreciente son un artilugio pueril porque dan por constante el resto de los actores mientras supuestamente se incrementa un solo, lo cul no pasa de reflejar una mala gerencia o un interés desviado con fines de encarecimiento de los precios. Forzar el cultivo de una parcela con más mano de obra que la necesaria es una pérdida de recursos ya que si la demanda no responde los precios caerán ineluctablemente.



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Manuel C. Martínez


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