Relaciones de producción y clases sociales

Las clases sociales para el marxismo están definidas por las relaciones de producción, es decir, por la forma en que los hombres producen mercancías. En el seno de las relaciones de producción, el papel que ocupa cada individuo está determinado por la división del trabajo, es decir, aquellos que desarrollan una misma actividad -y por tanto están sometidos a unas idénticas condiciones- conforman una clase social. Las clases sociales vienen determinadas por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Unos la producen y otros se apropian de una porción de la misma. De esa relación no cabe esperar sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y explotadores.

A lo largo de la historia siempre ha habido clases enfrentadas. En las sociedades esclavistas (Grecia y Roma en la Antigüedad) fueron antagónicos los propietarios libres y los esclavos; en el seno de la sociedad feudal estamental el enfrentamiento se estableció entre nobles y eclesiásticos por un lado y siervos por otro. En el seno de la sociedad capitalista ocurre igual: la lucha de clases es protagonizada por la burguesía, propietaria de los medios de producción (capital, fábricas, máquinas, transportes, etc.) y por el proletariado que, al disponer únicamente de su fuerza de trabajo, se ve obligado a venderla a cambio de un salario que escasamente sirve para satisfacer la supervivencia.

Los intereses de ambas clases son antagónicos e incompatibles y conducirán indefectiblemente al enfrentamiento. A medida que el capitalismo vaya desarrollándose el número de obreros se incrementará, lo que unido al deterioro de sus condiciones de vida, conducirá a la revolución. La revolución tendrá como objetivo conseguir una sociedad perfecta donde no existan ni explotadores ni explotados. Para ello será imprescindible la abolición de la propiedad privada, es decir, la socialización los medios de producción, evitando la mera sustitución de los antiguos propietarios por otros nuevos.

Ejército industrial de reserva es un concepto desarrollado por Karl Marx en su obra El Capital que se refiere a la existencia estructural, en las sociedades cuyo modo de producción es el capitalista, de una parte de la población que resulta excedentaria como fuerza de trabajo respecto a las necesidades de la acumulación del capital. Un ejército industrial de reserva —un ejército de desempleados permanente— es necesario para el buen funcionamiento del sistema de producción capitalista y la necesaria acumulación de capital.1​ Es sinónimo de «población obrera sobrante», aunque este término es más amplio por incluir a aquellos imposibilitados para el trabajo.

De acuerdo con Marx, en épocas anteriores a la implantación del sistema capitalista, el desempleo estructural a escala masiva raramente existía, aparte de aquel causado por desastres naturales y guerras. De hecho, la palabra «empleo» sería un producto lingüístico de esta era. Un nivel permanente de desempleo presupone una población obrera ampliamente dependiente de un sueldo o salario para la supervivencia, sin posibilidad de otros medios de vida. Así como también el derecho de los capitalistas o empresarios de contratar y despedir empleados de acuerdo con condiciones económicas o comerciales (precariedad laboral). Marx afirmó que no existen leyes de población que sean efectivas en cualquier momento, sino que cada modo de producción tiene sus propias leyes demográficas. En este sentido si hubiera superpoblación en una sociedad capitalista es superpoblación por los requerimientos del sistema capitalista. Es por esto que la demografía no puede restringirse a contar las gentes de maneras diversas, ya que también ha de considerar las relaciones sociales entre ellos.

El sistema de producción socialista busca terminar con esas diferencias de clases sociales, para brindar a todos y todas las personas mejor justicia social. Eso es lo que el Presidente Hugo Chávez Frías comenzó a planificar en la economía venezolana desde el año 2002, y por eso los EE.UU y los partidos políticos venezolanos de la derecha han tratado de derrocarlo con golpe de Estado y bloqueo económico. La mayoría del pueblo venezolano está consciente de estas intenciones y por eso voto mayoritariamente a votar de la reelección de Nicolás Maduro el 20 de Mayo de 2018. La República Bolivariana de Venezuela continuará siendo soberana y construyendo el socialismo a la venezolana. www.todosobrederechoshumanos.blogspot.com



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German Saltrón Negretti

Defensor de los Derechos Humanos.

 germansaltronpersonal@gmail.com

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