Si matamos al enemigo, empatamos la pelea

Sí, es cierto que somos víctimas de un ataque bestial por parte del imperio más poderoso de la historia de la humanidad. También es cierto que ese ataque es respaldado ante la opinión pública mundial por unos cipayos internos que se babean pensando en las comisiones que habrán de cobrar por la entrega de la patria y sus riquezas.

Todo eso es cierto y los únicos que piensan lo contrario son los tontos útiles que creen que lo que el gobierno norteamericano hace, es por el bien de Venezuela, por su lucha por la democracia y por el amor que sienten por los venezolanos.

Ahora, afirmar que el imperio y sus secuaces son los únicos responsables de todo el sufrimiento de nuestro pueblo, es caer en la misma estupidez del escualidismo.

Cualquier análisis serio que se haga sobre la situación que padece el pueblo venezolano, debe considerar la responsabilidad de unos actores que generan hambre, miseria, desesperación y dolor en búsqueda de una explosión social que conduzca a la caída del gobierno; pero también la acción o inacción de ese gobierno para ir ganando algunas batallas y algunos espacios.

Todos sabemos que la estrategia contra Venezuela (en lo interno) se fundamenta en cuatro acciones. Todas tan delictivas, como delincuentes son quienes las planifican y ejecutan. Estas son:

1. Devaluar artificialmente la moneda. Trabajo asignado dolartoday.

2. Generar una especulación atroz que lleve la inflación a niveles inimaginables. Tarea asignada a bachaqueros y especuladores.

3. Impulsar una escasez de productos. Responsabilidad de los contrabandistas y acaparadores.

4. Bajar los niveles de producción para incrementar los precios. De esto se encargan algunos industriales.

Dicho esto, podemos afirmar que conocemos el plan y conocemos sus ejecutores, pero nadie sabe de la existencia de un plan para contrarrestar la acción del enemigo.

Es por ello que el pueblo, quien no quiere jugar a ser un mero espectador en esta guerra, ha dado un paso al frente y ha generado propuestas que intentan dar respuestas a cada una de las estrategias de su enemigo. Veamos:

A. Propuestas para evitar la manipulación del bolívar sobran. El uso del yuan, de la libra esterlina, del dólar, del petro, del bolívar oro y del bolívar petróleo son algunas de ellas, pero el gobierno deshoja la margarita en una paralización alarmante. De hecho, la creación de un nuevo cono monetario pareciera indicar que nada cambiará a mediano plazo (de hecho no sabemos si habrá mediano plazo)

B. Hasta el cansancio y a gritos ha pedido el pueblo que saquen a los bachaqueros de las calles y mercados populares. Todos sabemos que los bachaqueros comercializan la mercancía que les entregan los "comerciantes formales". Éstos obtienen por esta vía millonarias ganancias sin correr riesgos en una fiscalización que les podría hacer perder la patente de comercio y la mercancía. Sin embargo los gritos del pueblo no son escuchados y los delincuentes continúan desangrándolo.

C. El contrabando no es posible sin la complicidad de la Guardia Nacional y otros funcionarios. Es un clamor que la frontera sea cerrada, que el contingente asignado a cada puesto fronterizo sea reemplazado todos los meses, que no sean funcionarios de la zona (deberían proceder de Valencia, Caracas, Maturín, etc.). Adicionalmente se pide que se incorpore al ejercito, a la marina y organismos de inteligencia.

La respuesta del gobierno ha sido un doloroso silencio.

D. Leyes muy fuertes propone el pueblo contra los empresarios conspiradores. La expropiación de la empresa, la confiscación de los bienes, la congelación de las cuentas bancarias y unos 15 años de prisión, son penas que pondrían a pensar a cualquier empresario a la hora de embarcarse en una conspiración como en la que hoy están montados. Sin embargo, el gobierno, una vez más, los invita a dialogar y les otorga nuevos beneficios.

Sí, es cierto que somos víctimas de una guerra; pero también tenemos que aceptar que de las mil batallas libradas en esta guerra, el gobierno no ha ganado ni una. Su paralización es alarmante y peligrosa.

La paliza es tan grande que si se tratara de un combate de boxeo, tendríamos que matar al contrario para empatar.

 

 



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Alexis Arellano


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