Complemento desde la autocrítica del artículo "Misión Impasable. Esperar y resistir como pendejos" (https://www.aporrea.org/ideologia/a266541.html).
Nuestra revolución comenzó violentando los procesos sociales al iniciarse de arriba hacia abajo, el pueblo no estaba organizado, ni la clase obrera y campesina tenía la suficiente conciencia de clase como para exigir la emancipación del yugo de la burguesía parásita hija del imperialismo. Gracias al comandante Chávez, gran líder revolucionario, y a un grupo de camaradas que lo acompañaron iniciamos el camino de la construcción del socialismo como única vía de salir de la barbarie del capitalismo y lograr la suprema felicidad de nuestro pueblo y este lo siguió con una férrea voluntad pero sin haber desarrollado las capacidades organizativas para lograrlo.
Desde allí cabalgamos hacia la construcción del socialismo "cojeando de una pata" (¿o de las dos?), apoyándonos en "líderes revolucionarios" para soportar los procesos sociales que solo corresponden a la clase trabajadora organizada, es decir, cediendo la democracia participativa y protagónica a "seres iluminados" que nos "representan" para ejercerla (gran contradicción). Una posición muy cómoda que nos permite seguir ocupados en nuestro "peo personal" y dejando las tareas colectivas al gobierno y al partido, así cuando fallan, cuando nos meten en un verguero como en el que estamos los llamamos corruptos, negligentes, burócratas, quintas columnas, sectarios que secuestran el protagonismo del pueblo sin asumir nuestra cuota de responsabilidad al delegar las funciones protagónicas de construcción y contraloría social.
Ya está bueno de ponernos excusas, que los quinta columna "no nos para bolas", que no respetan las leyes y los lineamientos de Chávez, que nos llaman escuálidos cuando nos arrechamos, que me botan del trabajo si me atrevo a contradecirlos, que me sacan de la lista de…, y toda esa paja medio verdadera que cual "falsos positivos" nos limpia de culpas y nos pone en la acera del frente con el dedo acusador. Chávez dijo: "Solo el pueblo salva al pueblo" y entonces "por qué carajo" esperamos por unos salvadores milagrosos que nos hagan el trabajo que nos corresponde.
Hasta el 20 de mayo y lo que va del IV congreso del partido PSUV hemos sido leales y disciplinados forjando la unidad de los revolucionarios a pesar de las arrecheras, reeligiendo al presidente Maduro en unas circunstancias en las que ningún otro presidente se atrevería siquiera a proponer su nombre como candidato ni a concejal, pero llegó el tiempo de sumar la irreverencia a esa ecuación sin caer en la trampa de buscar otros salvadores que nos representen y que ya solicitan a gritos que "tumbemos a Maduro" que ellos, sobándose el ego, si son capaces de "arreglar esto", que son los verdaderos herederos del legado de Chávez, pues es con la organización popular obrera y campesina en cada trinchera, en los consejos de trabajadores, consejos campesinos, consejos comunales y comunas, sin buscar puestos de gobierno sino ejerciéndolo desde nuestros espacios, que lograremos avanzar satisfactoriamente y derrotar al capitalismo.
El camarada Maduro es y será nuestro presidente por 6 años más pero debemos construir el poder popular, tomemos su invitación de hacer la revolución dentro de la revolución. No es, quítate tú para ponerme yo, es depurar las instituciones del gobierno desde la participación protagónica, es llevar la marcha campesina hasta lograr cambios en las estrategias de gobierno, forzar los cambios de política económica necesarios, es ejercer el control social de la producción y distribución primero desde las empresas de producción social, empresas comunales y estatales hasta poder avanzar con verdadero conocimiento de hecho en todos los ámbitos de interés social.
Ante lo grave de nuestra situación económica el pueblo se levantará, porque ya no aguanta más que lo representen indignamente, estará en nuestras manos que ese levantamiento sea para avanzar en la construcción del socialismo o sea aprovechado para la restauración del capitalismo.
¡Pueblo a la calle, suelta tu palabra de lucha que el pueblo manso ya es montarás!