Intentaré extractar o abreviar este escrito con un sólo dato de análisis, voy a colocar un ejemplo que está en el plano de la semiótica; pero que se constituye en el campo de la complejidad política que vivimos como nación: EL MADURISMO.
En este momento es sólo un término que supone un contenido, pero veamos las ejecuciones de la "maquinaria de guerra", que opera en Venezuela, desde afuera y desde adentro, como laboratorio de los think tanks o "tanques pensantes"; de ella ya he hablado en otros artículos, que intenta dividir el chavismo ante la progresiva y gradual pérdida que sufren las transnacionales de la política y el tambaleo de sus intereses económicos en uno de sus mercados más apetitosos: Venezuela, por la suculencia para la gula del capitalismo de sus recursos, en un mundo de rebatiña.
No podrá entenderse el proceso sociopolítico venezolano contemporáneo, si en las claves de análisis no se elogia la particularidad que este tiene, de ser una INFLEXIÒN en el combate por la historia que libran las muchedumbres invisibilizadas, el gentío que la sociología clasifica como desposeídos de bienes elementales. Combinar esto con una narrativa cargada de historia viva y/o sentida, que se encargó Chávez de materializar, con todo una organización estructurada al calor del debate y en ciernes al final de los noventa, con el diálogo constituyente y todo lo que ello arrojó como innovación de ciertas emergencias sectoriales (campesinos, indígenas, obreros, mujeres, sexodiverso, estudiantes, colectivos, polo de partidos, consejos de luchas gremiales y otros), que ordenaron territorializando una política inclusiva en lo interno, con una fundamentación sociojurídica y sociopolítica encarnada en una Constitución al mejor estilo roussoniano, que fundó un nuevo contrato de coexistencia, no aceptado en la práctica por quienes se ven despojados de lo que por herencia histórica habían obtenido, como expropiación lograda con el genocidio y epistemicidio, de lo que aquí queda entonces como combate por la historia.
Venezuela se convierte así, en una voz esperanzadora tanto para adentro con mucho fervor y movilización, como para afuera con mucha expectativas e interrogantes, es un eco que retumba conciencias y combates en la esfera pública de lo político, pero también un espejo de lo íntimo, donde muchos creyendo y aceptando en su gnosis y sensibilidad, no dan el paso para levantar la bandera sin miedo, pues, sigue pesando el sentido de la oportunidad propio de quienes no se atreven a generar la praxis coherente, sino seguir en el coro, esto es, tener la única pieza en la cual unir su voz y único pensamiento, por ello es fácil reconocerlos, sus escritos y discursos tienen un sólo hilo conductor, que una máquina se los urde, se los enreda y en consecuencia, como dice Deleuze en "Capitalismo y Esquizofrenia", le genera la demencia como lógica de sentidos.
Usted lector o lectora, hace un esfuerzo si quiere encontrar lo sustantivo en un escrito de un escuálido (adjetivo que Chávez colocó a sus adversarios por lo escualo de sus convocatorias), y lo lee hasta el final y con muy pocas excepciones, son pesadeces saturadas de epítetos y calificativos descalificadores que desdibujan cualquier seriedad de conocer algún cuerpo de verdades o relaciones determinadas que construyan algún campo para crear o recrear algún interés de valor en la conexión pensamiento-mundo.
Casi que inmediato después de la desaparición física de Chávez, era la condición primera para los adversarios de este proceso revolucionario, dividir la iconografía chavista, ya por estudios sabían que oponer a Cabello y Maduro no presagiaba ningún avance y fue cuando, sin descuidar esta opción, los think tanks pusieron a andar, a rodar, la idea del Madurismo para inaugurar la fase de coyuntura política que viene desde abril 2013 y se lo" compran" los escribidores domésticos, los partidos de laboratorios que tienen factura PDVSA, los quinta columnas, los agazapados en la burocracia del Estado, los opositores conocidos y los "opositores distintos"; se creyeron entonces su mentira, que es la primera condición de "vender una falsa idea", y con ella activaron todo un proceso discursivo, para quebrar un imaginario digerido en la conciencia colectiva del venezolano, que es el chavismo.
"Maduro no es Chávez", "si estuviera Chávez las cosas no fuesen así", "a Chávez de luce lo que a Maduro no", "Chávez no se dejaba engañar como Maduro" y un largo etc. de fraseologías, que no son falsas por lógica de sentido común, pues, las matemáticas con la tabla de multiplicar nos dice, que el único igual al otro es el uno, porque al ser dos o más, todo cambia, el uno multiplicado por "cualquier otro número" es "cualquier otro número" y nunca uno que lo multiplica; en política no se multiplica por cero, porque está vaciado, deshabitado, hueco; sería un sin sentido, no hay cero en política, en política no existe "vacío de poder", ni cuando se está "preñado de buenas intenciones", eso se lo pueden preguntar a la oposición que en el 2002, buscaron resultados en el vacío, y con ello decidieron eliminar todo, sin proceso sino como acto de "cero mata cero", como hoy lo siguen haciendo con recientes acciones que niegan la política, esto es, el contenido, la coherencia, la racionalidad, la ética del compromiso con la idea.
Qué ocurrió, insisto, cuando expira físicamente Chávez, la maquinaria que se pone a funcionar para acabar con el experimento sociopolítico más importante de la vida republicana en Venezuela, tiene como vector, desmontar la voluntad chavista y borrar la representación sociopolítica que hizo cuerpo en la psiquis colectiva, quitar el archivo de participación y protagonismo revolucionario ya abierto en Venezuela, talar cualquier germinación que materializara lo que se denominó el legado, y para ello, construyeron lo que no es novedad para la división, poner en escena, el término madurismo, cuyo contenido son fraseologías que no construyen una corriente del pensamiento, un estereotipo político, una ideología signada, tendencia o señal que de proporcionalidad real con un modo colectivo de ser.
Ya puesto en lo mass media, en las redes, en el dictamen cotidiano, sólo queda que, la dinámica consienta en el fluir de la construcción de opinión, los esquizofrénicos del capital (Deleuze dixit) hagan su trabajo y así, uno de los ensayos, sondeos y experimentos de los think tanks , comienza a calar, incluso en las instituciones; se firman oficios despidiéndose, con un saludo madurista (¿?), en la PDVSA de Ramírez hay algunos testimonios, como siempre, los extremistas, los de sentido de oportunidad son los primeros en aceptar y digerir el veneno que puso a circular el enemigo, pero también los encontramos en la derecha u oposición conocida, que sin disimulo, en los primeros momentos del 2013 y 2014 dieron la impresión que eran prácticamente chavistas contra el "madurismo", este sector que no aceptó la constitución de 1999 se convirtieron por mágica posesión y obsesión del espíritu de Chávez, ya en otro plano, en acérrimos y tenaces defensores de la CRBV, que produjo en el cuerpo social, que muchos venezolanos dudasen de los chavistas de Chávez, pues ya sin Chávez de cuerpo presente, generaba la interrogante de, a quién estaría apoyando el arañero, se dijo que cuando el referendo constitucional que Chávez ganó con poco porcentaje, hizo que su magnanimidad le dijera al pueblo que no aceptaba una victoria pírrica y le entregó a la oposición la victoria, cosa que, según los propagadores del madurismo, debió hacer Maduro con las elecciones de abril del 2013 y al no hacerlo, se convertía en un antichavista y los chavistas pasaban a ser los otrora opositores.
El trabajo de esa maquinaria fue generar la dispersión o fragmentación chavista, y allí entran también, la corriente que, a falta de reconocimiento en el otro, esto es en la oposición, se miran en el espejo y aludiendo al mito de Narciso se comienzan a amar para sí, y se hacen su campaña como "chavistas distintos", "chavistas otros", "chavistas ligh", "democráticos", al final, de acuerdo todos, se abre el telón, y allí están, los "chavista críticos".
Muchos de los que daban el "saludo madurista" están fuera del país porque no se calan la "dictadura", muchos de los "chavistas críticos", forman parte de la plataforma cháchara de pensamiento único, que se reúnen como servidores de un país extranjero para salvar a su país, (¿?), (guao no dicen patria) de la dictadura madurista. Este sector disminuido cualicuantitativamente los une, permítame el oxímoron; la incoherencia, lo demencial, la esquizofrenia de salir ya no de Chávez ni del chavismo, sino del madurismo, construido en el laboratorio donde se pone en práctica la muerte de la política.
Los últimos acontecimientos ( ejemplo, 04 de agosto 2018) en la agudización de la contradicción que se vive en Venezuela en las relaciones de capital trabajo y las expectativas de la conflictividad en la guerra dólar-Petro, con la consiguiente fase del desmantelamiento de las mafias de la gasolina, de las pandillas de importadores y compradores, del bachaquerismo, de los puntos de venta, del tráfico de efectivo o cono monetario y la caterva constituida de matraqueadores y todo tipo de grupo constituido de la "decencia" del capital en Venezuela, dejan entonces a quienes asumen que hay un madurismo con una insustancialidad e insignificancia perpleja de clave de entendimiento del proceso sociopolítico que estamos viviendo.
Necesario es para el chavismo asumir el látigo de la revolución, desde la revolución, de una revolución dentro de la revolución, de aniquilar el cáncer que nos carcome de la corrupción, de la ineficiencia, de la descomposición societal, del sifrinismo vacilante, del autoritarismo, de la ostentosidad en muchos de quienes por condición revolucionaria esperamos una conducta acorde, pero de allí a caer en lo que la maquinaria de la esquizofrenia del capitalismo pone a andar, es una grosería caza bobos. Estamos urgidos de una verdadera conmoción y estremecimiento revolucionario que genere desenlaces que quiebren la herencia cuarta republicana, que se expresa en lo señalado arriba en este párrafo, para no darle asomo de verdad a lo que los enemigos proyectan como evidencia de su simplonería discursiva, y para ello, no sólo Maduro (aunque en él está la mayor responsabilidad como Jefe de Gobierno y de Estado), sino todo el andamiaje organizativo de la estructura socio territorial que se construye como socialismo territorial, debemos lograr desarraigar tantos años de imposición y consolidar mediante más revolución, las alamedas del tránsito a nuevas subjetividades de emancipación y liberación del capital siempre cínico y fundamentalista.
De allí que no existe en términos de realidad política el madurismo, mal invento fraseológico sin trascendencia como corpus, categoría social o teoría, pero en lo que se recrean los agazapados(as), la oposición y los quinta columnas de ayer y de hoy, los últimos acontecimientos políticos en Venezuela sentencian, que no pasará el etéreo e incorpóreo madurismo y por ello, el Chavismo con Maduro al frente seguirá dando los pasos necesarios amalgamados al pueblo organizado en la bandera bolivariana.
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