El eterno retorno de lo mismo (respuesta a un lector pedante)

Carlos Marx decía que la historia se repite, una vez como tragedia y otra como parodia, como farsa. El método de análisis marxista “materialista dialéctico” pretende hacer ciencia de lo que inevitablemente se mueve, encima del devenir de la vida. Por eso su método es histórico, además de materialista: estudia las condiciones materiales en las cuales emergen los hechos sociales que cambian, irremisiblemente cambian.

Sin embargo se dio cuenta que además de históricos son cíclicos, se repiten, con algunas diferencias que marcan la calidad, el fondo. Por ejemplo Luis Napoleón III repite el acto oportunista de Napoleón I, pero como una especie de caricatura de él. En términos generales vuelven los mismos actores a escena, las mismas fuerzas se encuentran, reaccionan.

Ese devenir cíclico de la historia también fue pillado por Nietzsche, el cual reconoció y llamó el “eterno retorno” de lo mismo. Un período de esplendor seguido por otro de decadencia el cual permite el advenimiento de otro período de esplendor, y así hasta el fin del mundo. Pero también se repiten las circunstancias más nimias de cada momento: los mismos factores de desarrollo y decadencia; los mismos intelectuales, los mismos diputados, militares, trabajadores arrechos, políticos oportunistas, artistas, grandes capitanes, etc.

No obstante Marx deja espacio para cierta “evolución”; es el “eterno retorno de lo mismo” pero como una espiral, la cual arrastra hacia arriba ciertos momentos de desarrollo tecnológico, del pensamiento, del arte, los cuales son más difíciles de repetirse de la misma manera, solo lo hacen como Valor Humano (solo las estupideces son más duras de roer, casi siempre son las mismas).

Este modelos histórico acaba con lo que se conoce como “positivismo”, la idea de un desarrollo lineal del mundo, con la teoría del progreso (la cual sí caducó, hasta en las tontería liberales) Nadie ahora cree que las ciencias y las técnicas evolucionan dejando a tras una pasado inservible, desde Marx, pasando por Nietzsche, o Thomas S. Kuhn, el de las revoluciones científicas y los modelos paradigmáticos (Muchos de los modelos científicos modernos, actuales, fueron paradigma de ciencia para épocas remotas, siglos y siglos hace. Sin esos modelos nunca se hubiesen desarrollados teorías ni tecnologías como la cuántica, o el televisor, por citar algo. De la misma manera la Revolución Cubana aprendió de la revolución Rusa, ésta de la Comuna de París; o Cuba y Chávez de la revolución de independencia, etc…. Nada es inservible en la historia).

Esto viene al caso, porque un amigo pretende despachar a Marx (y a Lenin) sin criticar adecuadamente el valor de sus descubrimientos “científicos” para el análisis de la historia, para no hablar de la historia misma. Cuestiona que comparemos el reformismo de Maduro, con “el reformismo”; él dice que el marxismo es un “anacronismo”, según su percepción (su sentir). Usamos el término reformismo porque se refiere a una desviación del pensamiento marxista, a una distorsión de su teoría de la revolución, hecha por un grupo de intelectuales oportunistas, trabajando al servicio (conscientes o no) de los intereses burgueses capitalistas; se trata de un lenguaje que no caduca, en principio, sin embargo la teoría de la revolución de Marx tampoco ha caducado, estamos seguro que por eso mataron a Chávez. El reformismo, en el caso de este amigo, absorbería el significado de sus palabras sin ningún problema, las define exactas:

“Buenos tardes señor Luna. Su artículo por la medida pequeña tiene al menos cuarenta años de anacronismo. ¿Está enterado usted que cayó el muro de Berlín, y que la Alemania Oriental tenía años de atraso en todos los ámbitos industriales?, ¿Se enteró que China ya casi es la primera potencia mundial desde que reformó su economía?, ¿Se enteró usted que Rusia se potenció como País al reformar su economía? ¿Se enteró usted que cuando Carlos Mark (sic) escribió su teoría era la época de la Revolución Industrial donde la mano de obra producía plusvalía, y estamos en el siglo XXI, donde el conocimiento y la tecnología es lo que produce riqueza? Me imagino que se sabe toda la teoría y es capaz de recitar el manifiesto comunista hermano, pero aunque nos duela porque yo creí alguna vez en esa utopía fantástica, los fracasos son y fueron más que evidentes. ¿Necesitas pruebas? Evalúa el control obrero de las empresas del estado”. (Subrayado nuestro y paréntesis es nuestro)

Este es el típico argumento chueco con el cual suelen los reformistas defender sus actitudes cómodas y esconder su ignorancia. No vamos a debatir sobre “sus argumentos” porque no los son. Los problemas de conocimiento no se ventilan por vanidad o por orgullo herido, cada quien los resuelve en su casa, frente a un libro o con la almohada. Lo que es increíble es que se haya molestado en responder a un escrito, que usted afortunadamente reconoce como marxista, de forma tan osada, impúdica, como si no le importara en nada pasar por in culto, como si más bien esa frivolidad le diera alguna distinción. Nuestros argumentos pretenden ser marxistas leninistas, y los suyos se conocen como “argumentos falaces”, razonamientos mal elaborados, “Falacia por inatinencia o inatingencia”, es decir que no se corresponden en nada con lo que pretenden refutar. China no es un país socialista, es capitalista. La plusvalía sigue siendo producida por la explotación del trabajo humano, la caída del Muro de Berlín nada tiene que ver con Maduro y su irresponsabilidad para gobernar, y el control obrero no existe, en este país ni en ningún otro país capitalista, tampoco en Cuba, además de ser una paja reformista, un “sueño pequeñoburgués”. Mejor estudie sobre el tema, pero cuando nadie lo esté viendo.


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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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