Comienzo admitiendo ser fiel lector de Carola Chávez y admirador de su agudeza política y de su tino para mantener la moral en alto ante toda circunstancias, sobre todo en estos tiempos en que nuestro pueblo chavista está ávido de mensajes positivos que le permitan sostener la moral en alto para el combate diario contra la guerra económica, razón por la cual me he abstenido de escribir mis humildes comentarios últimamente por que la musa la tengo emocionalmente orientada a la crítica y de "…la narrativa de la rendición, de los brazos caídos, de la queja sin propuesta, de la desesperanza, de la derrota" (como dices tú) sobra en las redes sociales y medios de comunicación.
Creo que todo revolucionario debe reconfortarse con la lectura de tu artículo "Lo que la guerra se lleva" (http://insurgente.org/carola-chavez-lo-que-la-guerra-se-lleva/) pues permite reafirmar de que este es el camino correcto y que a pesar de la arrechera hay que ayudar a construirlo, sin embargo, creo que a la pregunta que expones en tu artículo ¿"…que tiene que ver la guerra con la ineficacia…"?, humildemente me atrevo a decir que bastante en lugar de minimizarlo.
Los revolucionarios sabemos que la osadía de enfrentar al imperio más poderoso de estos tiempos, sobre todo en un país de vital importancia para su supervivencia por la abundancia de recursos naturales y su ubicación geoestratégica nos va a seguir costando muy caro, que lo vivido estos 5 años de guerra frontal, son nada para lo que ese imperio está decidido a hacer para exterminarnos de la faz de la tierra por lo que no podemos optar entre vencer o morir, debemos vencer para corresponderle a ese pueblo que ha puesto su fe en la revolución y que espera vivir con dignidad bolivariana pero con esperanza en la victoria (que valga la pena el sacrificio).
En ese sentido no puede ser el argumento para todo fracaso, error, debilidad o insuficiencia en la obra de gobierno LA GUERRA ECONÓMICA pues el mandato recibido el pasado 20 de mayo fue para derrotarlo a sabiendas de que en revolución el enemigo jamás va a ceder espacio, hay que arrebatárselos y escudarse en su reacción es admitir que no somos capaces de lograrlo y eso solo abona la desesperanza.
Es indispensable que asumamos el peo como es, que nuestro análisis no deje de lado nuestras debilidades para emprender las tareas, so pena de no poder corregirlas como resulta común. Claro que el bloqueo económico y la guerra frontal que vivimos dificulta en extremo la ejecución de cualquier plan de recuperación económica pero debemos admitir, por ejemplo, que hemos sido incapaces de detener el contrabando, de poner a producir las empresas nacionalizadas aunque sea al nivel mínimo permitido con los recursos nacionales y dejen de ser productoras de trabajadores inconformes con sus ingresos que "no tienen trabajo que hacer", si no hay manera de ponerlas a producir, entonces que sus trabajadores sean destinados a tareas productivas en otros lugares, que no hemos podido avanzar de manera contundente en la principal tarea que nos encomendó nuestro líder eterno "Nicolas te encomiendo las comunas como si fuera mi vida", a mi entender principal estrategia política para construir nuestro socialismo, ni siquiera hemos sido capaces de cumplir todas las exigencias de la marcha campesina aprobadas por el presidente Maduro. Ni el vital aumento de la gasolina, que reduciría drásticamente su contrabando y con ello el poder de las mafias narco-paramilitares de la frontera hemos podido implementar.
Camaradas no hay otro camino, huir del país será solo una solución parcial e individual, rendirse implicaría la aniquilación de nuestros sueños por unos 100 años más y sería un terrible retroceso para los otros pueblos que sustentan su esperanza en la propuesta chavista, dividir la revolución sería un suicidio colectivo y esperar a que el equipo de gobierno logre un milagro es desperdiciar todo el inmenso potencial de nuestro pueblo, por lo que, lo que nos queda es luchar juntos por la participación protagónica para sumar esfuerzos con el gobierno y donde sea necesario forzar a que sucedan las cosas y para eso no hay más opción que la organización popular y la critica contundente pero leal. Es tiempo de las comunas y consejos comunales, es momento de torcerle el brazo a la dirección del partido para que confíe en la madurez del pueblo y no se escude en la unidad para sus imposiciones, es ahora o …