Las palabras se van originando conforme avanza o retrocede una sociedad, aunque por lo general, la morfología y semántica de éstas en la mayoría de los casos tiene su génesis en los desarrollos que ha tenido la humanidad en sus diferentes aspectos políticos, económicos, sociales, geográficos, educativos, históricos, culturales, deportivos, tecnológicos, y sobre todo científicos.
En tal sentido, la revolución tecnológica es probablemente el aspecto que más palabras ha aportado a la sociedad en su conjunto, y es quizás la que está en constante evolución y de manera permanente en la construcción de nuevas palabras, máxime porque el mundo en la actualidad gira en torno de ésta para la concreción del resto de sus actividades en aquellas naciones que son consideradas precisamente desarrolladas o en vías de desarrollo.
Y si bien es cierto, aunque los países siempre presentan en mayor o menor medida, problemas en sus espacios políticos, económicos y sociales, y sobre todo aquellos que integran América Latina y el Caribe, estas naciones en su gran mayoría presentan tasas permanentes de crecimiento económico, inflación anual de un dígito, así como una reducción sostenida de la pobreza, lo que equivale a decir que más allá de la crítica que pudiera realizarse a esos sistemas en el orden capitalista, no existe en ellos niveles de retroceso económico que influya directamente en la calidad de vida de la población con salarios y pensiones que lleguen al orden de clasificarse como miserables.
Ante semejante realidad, al contrario de éstos, Venezuela a pesar de ser el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo, y con una gran producción de minerales, entre ellos el oro y el hierro, tenemos en contrapartida una nación con seis años consecutivos de decrecimiento económico que han reducido el tamaño de su economía en no menos de un 30% en los niveles que existían en 2012, una tasa hiperinflacionaria superior en 2.000.000% - la más alta del planeta., y lo más dramático, una destrucción total de su moneda nacional que ha llevado el salario mínimo a un promedio de unos cinco dólares al mes, muy por debajo de la tasa de un dólar diario que establece la Organización de Naciones Unidas para ubicar a las personas en el rango de pobreza crítica.
O sea, que en Venezuela, un régimen que se autodenomina "socialista" y "progresista", ha dejado aproximadamente al 80% de la población en niveles de subsistencia y mendicidad, cuando los ingresos apenas promedian unos 0,15 centavos de dólar por día, lo cual hace inaccesible la compra de cualquier alimento o pago de servicios esenciales en educación o salud, o lo que es lo mismo, el madurismo como sistema de gobierno, ha dejado al pueblo sumido en la más completa hambruna, al punto que es común ver a niños, mujeres y hombres comiendo de la basura, y por otra parte, ha generado la emigración de unos 3,4 millones de venezolanos, que según cifras y cálculos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) no sólo va a superar los 5,2 millones de venezolanos al cierre de 2019, sino que tal huida de connacionales se extenderá mientras el madurismo continúe usurpando Miraflores, razón por la cual, no es de extrañar que si el actual régimen lograra mantenerse un sexenio más en el poder, el número de emigrantes podría llegar a unos 15 millones de personas, es decir, aproximadamente un 50% de la población; algo simplemente espeluznante y dramático.
En ese contexto, si Nicolás Maduro llegara por la acción de la fuerza, y la constante violación de derechos humanos, mantenerse cuando menos un sexenio más en el poder, las consecuencias para Venezuela serían irreversibles tanto en el plano económico como social, aunado con la aniquilación ambiental y urbano del país.
Ante ello, no exageramos cuando en atención a la creación de nuevas palabras en el plano histórico estaríamos en presencia del primer patrioticidio de la humanidad. ¿Y por qué un patrioticidio? Porque esta patria que tiene una historia llena de episodios de lucha por la independencia que tienen en el 19 de Abril de 1810, 5 de Julio de 1811, y 24 de Junio de 1821 un oxigonio de muchos actos, rebeliones y batallas por alcanzar la independencia en aquellos inicios del siglo XIX, resulta que 200 años después que Venezuela fue liberada del yugo español, abolida su esclavitud, y echados de nuestra tierra los invasores, quienes ahora detentan al poder, han retrotraído la patria de Bolívar hasta niveles peores de vida que los que nos sometían quienes estuvieron alguna vez al mando de nuestra tierra por fuerzas extranjeras.
Quienes se encuentran usurpando el poder en Miraflores, hoy ni siquiera son capaces de garantizar la alimentación a los venezolanos, a la cual incluso tenían derechos los esclavos e indígenas de aquellos tiempos entre los siglos XV y XIX. Hoy, el madurismo con cinco dólares mensuales condena a nuestra población a morir por inanición. No existe el derecho a la educación, porque está sin niños, adolescentes y jóvenes que se puedan alimentar de manera balanceada carecen de los nutrientes mínimos necesarios. En relación con la salud el problema es de orden de vida o muerte, porque los hospitales al tener suspensión eléctrica en sus espacios, aquellos pacientes que se encuentran conectados con equipos respiratorios, o necesitan tratamientos vitales con equipos electrónicos, o deben ser operados de emergencia, se encuentran con una realidad que los condena a la muerte.
Además de esos espantosos escenarios, las pocas actividades económicas que pueden llevarse a cabo se ven limitadas en la concreción financiera de compra y venta, porque los llamados puntos de venta quedan inoperativos, así como las telecomunicaciones y el servicio de internet quedan convertidos en polvo cósmico.
Si en este nivel de calamidades, anexamos que Nicolás Maduro llegué a quedarse un sexenio más en el poder, pueden estar seguros tanto quienes le adversamos como aquellos maduristas que le apoyan que todo el sur de Bolívar y Amazonas, y concretamente el espacio que conocemos con el nombre de Canaima quedará totalmente devastado por efecto de la minería ilegal, y la acción ilegal de las células guerrilleras y grupos irregulares.
Tampoco será utopía decir que el río Orinoco y su delta quedarán contaminados en todo su cauce por mercurio, acabando con la vida acuífera, mientras que la biodiversidad será envenenada en todas sus existencias de flora y fauna, razón por la cual, sólo veremos una inmenso espacio de lodo y restos de animales devorados por los zamuros, cual desierto. Asimismo, el río Caroní sólo tendrá en sus aguas la contaminación ambiental y los residuos de los incendios forestales y eléctricos del lugar que no solamente acabarán con su cuenca generadora de energía, sino que harán de este río una cloaca urbana ante el colapso del servicio de red de aguas servidas.
El resto de las ciudades vivirán situaciones semejantes como la que afectan fundamentalmente a los estados Zulia, Táchira y Nueva Esparta, tres de los más afectados por este nuevo mega-apagón. Con sólo un sexenio estas entidades federales carecen de un mínimo de servicios, pues con otro sexenio adicional, el Zulia tendrá que alumbrarse con velas. Táchira empleará las fogatas, y Nueva Esparta que no tendrá ni una embarcación de transporte marítimo, le quedará la luz de las estrellas.
Lo insólito de esta calamidad nacional es ver el cinismo en quienes integran el madurismo, cuando vemos declaraciones como la de Ileana Medina quien de la manera más obscena y panegírica llega a decir que la suspensión del sistema eléctrico se ha convertido en "una gran fiesta" para los venezolanos, algo que derrumba por completo la existencia de la verdad, y convierte la vida de la tragedia que vivimos en el país, en una suerte de historias quijotescas.
Sin duda, que lo que vive la patria de Bolívar en esta parte de nuestra historia es el primer Patrioticidio de la historia universal. Aquella otrora gesta de independencia, ha sido violada, vapuleada, mancillada y destruida por el madurismo. Hoy, 200 años después de aquellas páginas gloriosas que logró un venezolano y miles y miles de soldados por Venezuela, así como por Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, un grupo de usurpadores neototalitarios quienes además se autodenominan "bolivarianos" se han convertido en los asesinos del pueblo y de la República con miríadas y miríadas de hechos criminales. Venezuela: El primer patrioticidio de la humanidad. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.