La bohemia del periodista Earle Herrera

A la salida de Rafael Ramírez del gobierno – hablamos del Ministerio de petróleo y de PDVSA –, quedó un equipo político comprometido con Chávez y la gestión de Rafael Ramírez, pero sin apoyo, sin "protección" institucional de los enemigos internos que tuvo esa gestión, ese ministro y ese equipo político. Tenían que ser sustituidos algunos y perseguidos los más cercanos, hasta desaparecerlos. Descontando a los pusilánimes oportunistas que se descubren en estos casos, todos salimos; ¡teníamos que desaparecer!, se sabía mucho de las deficiencias del gobierno y la condescendencia del comandante con sus ministros, porque había que conservar la unidad interna del gobierno y del partido, se sabía que el ministerio y PDVSA suplía esas deficiencias con trabajo duro, pero también que todo fue por mandato de Chávez.

El ministro fuera y el equipo huérfano, sin el líder, sin Ramírez, no hubo cómo contrarrestar las calumnias y las persecuciones internas, fue una invasión de funcionarios de la Alcaldía de Caracas y del MINCI que recibieron órdenes de hacer una política de "tierra arrasada", al costo de todos los logros, modestos logros, que se alcanzaron en favor de la revolución –el ministerio fue un modelo de avances administrativos y de consciencia política a favor de la revolución, respecto a todos los demás ministerios, pero eso no se sabe y no se quiere saber ahora.

Hay que decir que la mayoría de las denuncias de malversación y corrupción que se han hecho en contra del ministro Ramírez y su gestión fueron sustanciadas, investigadas durante su gestión, algunas se sabían y otras se sospechaban, pero se estaba trabajando en eso. Al salir Ramírez de sus cargos, al poeta Tarek solo le costó usarlas en su contra (en contra del del ministro), sin vergüenza, fresco y complacido por su venganza. Eso no se conoce porque no han dejado que se defienda de las acusaciones y condenas anticipadas. Periodistas que les fueron fieles y lo respetaban frente a las cámaras y el país, como Walter Martínez – hoy caído en desgracia por el madurismo – no fueron capaces de entrevistarlo y escuchar la versión de Ramírez de los hechos (tal y como suplica Maduro que lo haga Trump con él), de hacerle honor a su profesión por la verdad, de ejercer su vocación por la verdad, como periodistas o como militantes de la revolución. Porque las razones y verdades de Ramírez eran muy distintas a las rabiosas acusaciones del "poeta" Tarek, a las incontinencias de Maduro o los semi chistes y chismes de Diosdado Cabello.

La realidad vista desde aquellos que nos esforzamos por seguirle el paso a Chávez mostró siempre a un gobierno, en su mayoría, flojo. Nos dijo un compañero, ahora fuera del país y apartado de todo, que Chávez había sido condescendiente con sus ministros y que en PDVSA le cubrieron las deficiencias a estos ministros, pero que también a gobernadores y alcaldes, y al mismo partido. Y que eso se hizo no solo con dinero sino con gente, liderada por Ramírez.

Con una pequeña investigación periodística eso se puede comprobar. Pero eso no lo sabe y no le importa a Earle Herrera, el solo se acuerda de la luna llena y lo desagradable que fue para él ver que Rafael Ramírez defendiera (tímidamente) sus esfuerzos por sostener la revolución a pesar de ellos, en aquel discurso que recuerda Earle Herrera, el flaco defendiendo su autoridad frente a tanto vago, a tanto flojo, empezando por el que ahora es presidente.

En ese equipo de trabajo político se sabía quién era Nicolás Maduro, era famosa su ineptitud junto a la desorientación de otros ministros. Pero sin prever un plan de contingencia para cuando saliera Ramírez (lo veíamos difícil) todos fuimos arrasados, desde altos gerentes hasta el empleado más humilde. Y todo por la candidez de concederle "el beneficio de la duda" a este señor,… que resulto mucho más pícaro, oportunista e incapaz de lo calculado. ¡Nadie se queja! Solo fue un mal cálculo político, creer que Chávez no iba a morir tan pronto.

Fue una experiencia aleccionadora. Ridículo es que ahora aparezcan personajes tan tristes como Earle Herrera, intentando hacer poesía de su resentimiento ¡No ha habido un solo diputado en esa fábrica de burócratas inútiles, que ha sido la Asamblea Nacional Constituyente, que no se haya mostrado ofensivo, altanero, resentido con Rafael Ramírez, desde que Maduro es presidente! De repente todos perdieron la memoria, la ecuanimidad, la poesía y se lanzaron como hienas sobre los restos del ministro Ramírez caído (quise decir, ex ministro), buscando la manera de hacerse notar en Miraflores. Sin embargo, ninguno, a excepción de Luis Britto García y Julio Escalona, ha sido capaz de ejercer sus funciones de políticos, de diputados revolucionarios; de debatir política, de hacer críticas duras a las pifias de Maduro. ¡Sin embago para eso fueron elegidos!, no para la "bohemia" o hacer poesía parlamentaria…, no obstante, parece que "burocratear" es otra forma de nivelar los gastos de la casa o de ganarse la vida.

El más deficiente de ellos era Nicolás en la cancillería – pero eso no se veía porque no gravitaba en las barrigas de la gente – "¡Nosotros le suplimos todo, hasta la estrategia, nunca dio pie con bola!! ¡Por eso lo conocíamos bien!!", nos recordaba un antiguo compañero… Por evitar comentarios como este, es por lo que ahora Ramírez tiene tantos enemigos dentro de ese mundito "constituyente" y dentro del gobierno. ¡Envidia, resentimientos, venganzas!, ¡un buen lugar para una tragedia Shakespeariana, para mezclar Macbeth con Enrique VI!, toda la furia de los siete pecados capitales se volcaron contra Ramírez por intentar hacer la revolución junto a Chávez.

No le queda bien a un poeta periodista disimular sino buscar la verdad, pensar con profundad; la poesía –no así el periodismo – es uno de los trabajos intelectuales más serios e intensos. Por eso decimos que Tarek William nunca ha sido poeta; cuando mucho, ha publicado libros que nadie lee, parecidos a aquel de los dibujitos de Farruco Sesto (o sus poemas, que son iguales de insulsos). Antes de recordar aquella noche de luna llena, le queda mejor a Earle Herrera hacer su trabajo en la Asamblea Nacional Constituyente y ser la voz de los que no tienen nada, con verdadera preocupación y seriedad, en especial representar los intereses de los infra pobres ¿Se habrá dado cuenta Earle que ahora los pobres son más pobres, que la clase media es pobre… PERO, que lo ricos son más ricos? ¿No le parece al poeta que esto es una contradicción, el "nudo gordiano" que no se ha atrevido a partir Maduro? Definitivamente, para el gobierno no es tiempo de poetas, están todos por el suelo, o postrados en el suelo.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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