No estamos conformes con los resultados electorales a pesar de que las elecciones se desarrollaron impecablemente. Fueron unas elecciones casi perfectas sin posibilidades de fraude.
Los resultados electorales deben llevarnos a la reflexión, tanto del pueblo, gobierno y oposición.
Del pueblo que se convirtió en el primer protagonista con un comportamiento digno y democrático, que lo lleva a enfrentar mil batallas.
El gobierno por otra parte tiene que interpretar los resultados con un 16% del REP y un triunfo que debe saber administrar en forma humilde, sin prepotencia y abierto al dialogo y el debate.
El sector de la oposición que acudió al proceso electoral y obtuvo el 7% del REP, debe respetar los resultados, no caer en posiciones anárquicas, aventureras y estar abierta al diálogo y debate permanente para lograr beneficios para el pueblo.
El resto de la oposición que no acudió a las votaciones el (G4) como lo llaman y que se abstuvo, no puede atribuirse el alto número de abstencionismo (70%), pues se distribuye entre varios sectores incluyendo chavistas descontentos por malos servicios públicos entre ellos la falta de gas, luz y agua. No debe llamar a derrocar el gobierno, al intervencionismo o a una invasión extranjera.
Recomendamos a la Nueva Asamblea, estructurar la Comisión de la Verdad para que investigue sobre los bienes y riquezas que le han robado al país y castigar a los culpables que han propiciado tales actos delictivos. Se debe hacer justicia.
En el ámbito internacional, con la derrota de Trump y la elección de la nueva Asamblea Nacional; la Unión Europea no tendría ninguna excusa para desconocer el proceso electoral.