Sabemos, porque ha sido público y notorio, que el gobierno desde hace un largo rato viene intentando un diálogo con la derecha y en ese diálogo, todos han estado incluidos. Sabemos también, que en determinados momentos hemos conocido de acuerdos, que luego se rompen porque una parte de la derecha o toda la derecha, ha sentido que el golpe está cerquita y se regresan a su proyecto inicial.
Cierto era, que entre la revolución –gobierno- de Chávez y la oposición, las diferencias eran más o menos considerables y así acontecieron varios intentos de golpes, largas jornadas de lucha, y guarimbas.
Puede no tener sentido preguntarse hoy: ¿Para qué este diálogo?
La respuesta no requiere de mucha espera. Un diálogo siempre es mejor que una guerra civil, si los conflictos y las contradicciones son muy intensas. En los primeros momentos del proceso, era fácil observar las diferencias. Hoy estas diferencias casi no existen, pero entre las fuerzas políticas nunca está demás un diálogo.
Por las circunstancias que vive el país; el diálogo debería ser una constante con TODAS las fuerzas políticas grandes y pequeñas y que consten, que hoy casi todas son pequeñas. Un diálogo que no debería excluir a las organizaciones sindicales, porque no todas están cuadradas con el gobierno y la oposición.
Ahora reconociendo que el diálogo continúa siendo un elemento prioritario por la situación que se vive, es fácil captar entonces, que la necesidad de este diálogo debería responder a esta situación, sin embargo, la dinámica que tiene el diálogo no parece tener esto como elemento central. Tampoco se capta, que sean las contradicciones programáticas y políticas entre el gobierno y la posición las que están motivando el diálogo porque la metamorfosis es de un modo cóncavo en uno y en el otro, es convexo. Hay acoplamiento. El diálogo parece tener como norte, las pocas fricciones que se observan entre el gobierno y la oposición, pero no la crítica situación de hambre y miseria que confronta el pueblo.
Lo cierto es que el diálogo es con la derecha y no creo que haya previsto un diálogo con la izquierda. El diálogo con la derecha, tal y como lo acaba de apuntar Ileana Medina, va hasta con las fuerzas fascistas y esto no tiene nada de reprochable. Las organizaciones políticas en su plan de conversar, previamente se eligen los aliados y hacen cálculos en los cuales se revisan las cercanías y se miden, cómo ciertos acuerdos permiten el logro de algunos objetivos. No creo que las oposiciones estén interesadas en darle un espaldarazo al proyecto de Chávez y es muy probable, que el gobierno y una parte de la oposición se estén diciendo: Nos parecemos tanto, que no vale la pena pelear. https://www.aporrea.org/actualidad/n366813.html
Si la oposición "radical" va al diálogo, sería un error pensar, que los que mueven y financian a los partidos no radicales y "radicales" de la oposición estén perdiendo y que la revolución de Chávez está ganando. Puede suponerse si, que el gobierno y la oposición saben que ganan. No es fácil ahora calcular cómo quedará la torta, pero no es descabellado suponer, por lo que se ve y lee, que están volviendo.
¿Por qué el gobierno no se interesa ni hoy ni ayer por la izquierda?
Es un cálculo, que tampoco reclama tardar mucho es responder. Es posible, que el gobierno no tenga NINGÚN interés en conversar con la izquierda. Es posible también, que el gobierno se maneje con la idea de una izquierda que no ha roto con el 1% o el 5% histórico y un 1%, no suma mucho en votos y le mete ruido a la restauración neoliberal del gran viraje. Es lógico pensar, que esta exclusión marque un rompimiento que ya está prácticamente consolidado y que las fuerzas progresistas dentro del gobierno no tienen fuerza para mover nada.