"La arrogancia es el pozo más profundo; si caemos en él no tenemos salvación."
PROVERBIO ARABE
Mientras el chavismo celebra el triunfo en 21 de 24 gobernaciones del país, en el Zulia lloraba una de las más humillantes derrotas. Se desvanecieron sus esperanzas. Cada imagen, cada personaje, cada paisaje pertenecen a los sueños de los humanos. El humano sin esperanzas es fácil de controlar y el que tenga el control tiene el poder.
La campaña de la oposición no fue ofrecer resolver los serios problemas que ellos mismos crearon y que afectan al pueblo en general, porque desde ya reconocen que eso no es posible. ¿Para qué quieren gobernar si no van a resolver los problemas? Decía un periodista opositor en su canal (sic) "no se vota por resolver los problemas, se vota por un intangible, por un grito de protesta." Y volvieron a creer en ellos.
Debemos ser coherentes y realistas en nuestro análisis del recién pasado proceso electoral, para ver si entendemos las verdaderas causas de la paliza sufrida en el Zulia. Aquí les dejo unos datos oficiales de los resultados anteriores para que nos sirvan de comparación y podamos llegar a conclusiones sin apasionamientos sino con los pies bien puestos en el suelo.
1º En el proceso que ganó Guanipa, y en el que no se juramentó, Arias Cárdenas obtuvo 646.617 votos y perdió. Ese fue el mejor momento de la oposición en el estado: ganaron por 54.138 votos y en San Francisco, siendo alcalde Omar, por 10.269. La abstención fue de 44.20%, es decir, votó más del 50%.
2017
JUAN PABLO GUANIPA 700.755 51.35%
ARIAS CARDENAS 646.617 47.38% diferencia 54.138
ELECTORES INSCRITOS 2.452.432
VOTOS VÁLIDOS 1.363.664 55.71%
ABSTENCIÓN 1.085.000 44.29%
San Francisco
ELECTORES INSCRITOS 285.753
JUAN PABLO GUANIPA 85.148 52.58%
ARIAS CARDENAS 74.879 46.23% diferencia 10.269 votos
2º Menos mal que Guanipa no se juramentó. El chavismo despertó del mal sueño y reaccionó ante el susto que se llevó, saliendo a votar en masa para lograr 710.029 votos y ganar abrumadoramente por 194.760 votos. La abstención fue de 48.03%, es decir, votó más del 50%.
2017
OMAR PRIETO 710.029 57.51%
MANUEL ROSALES 515.269 41.73%
ELECTORES INSCRITOS 2.452.431 100.00% diferencia 194.760 votos
San Francisco
ELECTORES INSCRITOS 285.749
OMAR PRIETO 88.230 59.76%
MANUEL ROSALES 58.557 39.66%
ABSTENCIÓN 136.557 48.03% diferencia 29.673 votos
3º 2021 - Ganó Manuel con 568.460 votos, más o menos 52.000 votos más que los que sacó la vez pasada. Ese es el universo de votantes de la oposición zuliana. Pero Omar apenas si obtuvo 376.848 votos, 333.181 votos menos que los que el sacó en el 2017, y 269.769 que los que sacó Arias cuando perdió. En San Francisco, Municipio en el que se consideraba un líder, bajó de 88.230 a 40.704 votos con respecto a su votación anterior y 34.175 con respecto a la de Arias, y se perdió también el municipio.
2021
MANUEL ROSALES 568.460 56,03%
OMAR PRIETO 376,848 37,15%
ELECTORES INSCRITOS 2.621.107
ABSTENCIÓN 1.429.961 54,56% diferencia 191.612 votos
San Francisco
MANUEL ROSALES 61,232 55,48%
OMAR PRIETO 40,704 36,89% diferencia 20.528 votos
4º ¿Simple abstención o castigo?
Indudablemente los numeritos no mienten. El análisis no debe ser opacado por los nubarrones de los acontecimientos pasados, porque la diferencia es de 191.612 votos. Si me dijeran que Manuel aumentó su votación en 200 mil votos, otro gallo cantaría. Pero él mantuvo más o menos su votación pasada. El quid del asunto son los 330 y pico mil votos de chavistas y simpatizantes que perdió el candidato porque no salieron a votar por él, votos de "chavistas" que tampoco serían de Manuel. Ahí está el castigo: la abstención, que significa "no voto por Manuel, pero tampoco lo hago por ti". Y eso arrastró consigo la opción de la alcaldía de Maracaibo. Al final eso era lo que buscaba la oposición: que el disgusto del pueblo se concentrara en Omar y su gabinete, porque eso le restaba votos. Y ahí tienen los resultados.
Muchas voces le recomendaron al gobernador Omar Prieto que las rencillas de su equipo con el del ex-gobernador Arias Cárdenas debían dejarse atrás para poder pensar en una unidad férrea en el futuro, ya que la unidad del chavismo no giraba ni girará alrededor de su figura política, ni alrededor de Arias; gira alrededor de la del Gigante Hugo Rafael Chávez Frías. Sin embargo esa guerra interna continuó y a cada rato veíamos como se descalificaba la gestión del anterior mandatario, como si fuese un militante de la oposición. Arias no es monedita de oro para que tenga que gustarle a todos los chavistas, pero Omar tampoco. ¡Y como agredieron a muchos ex-funcionarios del gobierno de Arias! ¿Y los escuálidos? ¡Bien, gracias!
Cuando ya creíamos todo superado, llegaron las primarias y volvió la guerrilla, el resentimiento y el odio entre los mismos compatriotas, que no ha permitido que trabajen todos unidos hombro a hombro. Todos sabemos que ocurrió en ese proceso, con exclusiones y todo. Así que no nos hagamos los inocentes. Ahí también tiene su cuota de responsabilidad la dirección nacional del partido por no haber tomado los correctivos que el pueblo exigía y da la impresión que, a pesar de la experiencia adquirida en estos más de veinte años de luchas, les pasaron un strike. Para colmo, en las pasadas postulaciones a la Asamblea Nacional metieron a gente que nadie había elegido, que no gozan de la simpatía de la militancia del PSUV, pero que hoy son diputados.
A todas éstas, ¿alguien llegó a sentir la promoción de la gestión de Omar, de lo que hacía o dejaba de hacer? ¿Podemos calificar "gestión" las actividades de la OIPEZ o las de Agitación y Propaganda del partido? ¿Qué pasó con los programas de radio que en el pasado desmontaban las matrices opositoras? "Eso lo decide Omar" fue siempre la repuesta. Aun hoy se espera esa decisión. Creyeron que bastaba el programa televisivo matutino para resolver el problema, y sobre todo el de la falta de popularidad y se equivocaron de cabo a rabo.
¿Y nos extrañamos de haber perdido? y ¿buscamos culpables en las trescientas y pico de mil almas del pueblo chavista que no salió a votar? ¿Culpamos a los simpatizantes del ex–gobernador Arias de no hacer el trabajo? No era tiempo de andar separados. Era tiempo de que los hermanos, los compatriotas anduviésemos juntos, luchando codo a codo para vencer. Se cosecha lo que siembra. ¿Qué sembramos?
Ahora, tras la derrota vienen los llantos y lamentaciones que de nada sirven sino somos lo suficientemente maduros para pulverizar las murallas internas que cada uno tiene y entender que para poder resolver los problemas debemos ser consecuentes y coherentes, y mirar primero en nuestro interior. Como dice Dante en la Divina Comedia: "Hay almas entre el fuego, cada una atrapada para quemarse."
Yo voté por los ojitos y por el pensamiento de Chávez; tengo mi conciencia tranquila.