Venezuela y el terrorismo económico actual

Hace tres semanas Vanessa Davis entrevistaba al director del diario Ultimas Noticias Eleazar Díaz Rangel donde trataban diferentes aspectos políticos. Sin embargo una pregunta hace que la entrevista sea más intensa (a tal punto que el mismo Presidente llamó al programa). La pregunta fue: ¿Cuál cree usted que es el punto débil de esta revolución? Y Díaz Rangel contesta: La propiedad de los medios de producción. Díaz Rangel tiene razón. Sin embargo comentó que el Presidente ha visitado varios países como China y Vietnam, y que estos modelos de “economía mixta” sin duda han llamado la atención del Presidente. Luego, en la misma entrevista Vanessa comenta el modelo de economía mixta que vivió Nicaragua, ninguno de los dos supo que decir, se quedaron completamente callados, pues saben muy bien que paso con Nicaragua y su “economía mixta”.

Cuándo los Sandinistas tomaron el poder solo se encargaron de nacionalizar las propiedades de la familia Somoza y sus allegados políticos, pero las grandes propiedades capitalistas quedaron intactas. El “Plan de Lucha” (como se conocía el plan económico Sandinista) decía que: “Nos ponemos el objetivo de regular la participación en el desarrollo de nuestro país de los capitales extranjeros de otros estados y empresas privadas en el contexto de una economía mixta, la cual ofrece espacio al funcionamiento de las empresas de ambos sectores de propiedad popular y privadas que respondan a los intereses del desarrollo nacional”. (Claudio Villas; Nicaragua: lecciones de un país que no completó la revolución, cuadernos de formación política).

Los Sandinistas tuvieron grandes logros sociales durante los dos primeros años de gobierno, pero todo cambio radicalmente gracias a la economía mixta: hubo una fuerte fuga de capitales del país, además, la empresa privada era responsable del 63% del PIB. Estas empresas eran responsables del cultivo y exportación de café y algodón. Al principio la reforma agraria intentó implantar la expropiación de las tierras y crear las haciendas estatales como hizo Cuba. Luego mezclaron las haciendas estatales con las grandes empresas agrarias privadas, que curiosamente funcionaban con altísimos subsidios por parte del estado para probar que el gobierno Sandinista respetaba la sacrosanta “propiedad privada”. Estados Unidos no se hizo esperar: decretó un fuerte embargo económico y comercial que prohibía los créditos del FMI, además de armar fuertemente a la contra. La guerra le costó 40% de presupuesto al país (1400 millones de dólares en 1989). Esta situación condujo a que el país tuviera una hiperinflación de 36.000% en 1988 que lo coloco junto a Haití como el más pobre del hemisferio. Esto hizo que Ortega implementara un plan de emergencia que cambiaria radicalmente el rumbo de la economía con control de salarios y suspensión de inversiones en los sectores de educación y salud, lo que derrumbo aun más la calidad de vida. El descontento se mostró en las urnas dándole el triunfo a la pro-yanky Violeta Chamorro, que privatizó la mayoría de las empresas y los sectores de interés social generando la ira de los trabajadores y los sindicatos.

Los Sandinistas trataron de hacer estos cambios dentro del marco de la democracia burguesa respetando la propiedad privada de los medios de producción, lo que permitía una cierta “horizontalidad” a los propietarios en las desiciones económicas de sus empresas; horizontalidad solo para los capitalistas y dictadura para el pueblo pues las decisiones también les dejaban abierto el paso para conspirar contra el gobierno. Esto es diferente en China y en Vietnam, pues las desiciones las toman los multimillonarios dirigentes de los “Partidos Comunistas”, lo que crea una fuerte dependencia de las decisiones del Partido; desiciones ultracentralistas abiertas completamente al mercado mundial que han afectado a la mayoría de trabajadores y campesinos de esos países que reciben salarios miserables, explotados por los grandes consorcios multinacionales. A esto le llaman “Socialismo de mercado” que no es mas que capitalismo de estado transitando aceleradamente a las relaciones neoliberales de explotación imperialista. Esto choca fuertemente con las ideas de Trotsky, pues este planteaba que la economía planificada necesitaba a la democracia como el cuerpo necesita del oxígeno. Por tanto, ninguno de esos modelos ha demostrado ser un ejemplo de democracia obrera como lo plantearon Lenin y Trotsky a través del gobierno soviético.

Recientemente el Presidente Chávez en el Alo Presidente número 263 dijo que nosotros tendríamos un modelo de economía mixta. A pesar de la nacionalización de CANTV, Electricidad de Caracas y de la mayoría de las acciones de la faja petrolífera del Orinoco los medios de producción siguen estando en manos capitalistas; y los capitalistas ni han sido, ni son ni serán revolucionarios, menos en los países atrasados, por su dependencia al gran capital globalizado. Ya el imperialismo está empezando a enviar sus doctrinas de guerra. Bush por primera vez habla de Venezuela y de Chávez en una entrevista a Fox News y dice que esta preocupado por las “instituciones democráticas”. Lo propio hace Condolezza Rice. Curiosamente luego de estas declaraciones empiezan a desaparecer los productos de la cesta básica como: carne y pollo, sardinas, leche, arroz, caraotas, azúcar y café; en si hay un déficit de 270 mil toneladas de azúcar, las caraotas aumentaron 54%, la leche se encuentra a 10000 Bs y la carne a pesar de la regulación y de lo que dijo el Comandante de nacionalizar frigoríficos, supermercados y mataderos se sigue encontrando de 17000 a 19000 Bs (Ultimas Noticias, domingo 11 de febrero). No solo eso, sino que suben precipitadamente los repuestos automotores y productos eléctricos. Según la central del capitalismo nacional (Fedecámaras) todos estos productos están desapareciendo de los mercados por el control de cambio, la regulación de precios y el IVA. Lo curioso es que todo esto pase cuando el amo de los capitalistas (Bush) dice que esta preocupado por Venezuela.

Bush está haciendo una gira latinoamericana para aislar a Venezuela (ya veremos las dulces bienvenidas que le darán nuestros pueblos) y propone a Brasil como “líder energético del hemisferio en producción de etanol”. Sin embargo esto no es tan simple. Según estudios científicos realizados por la Universidad de los Andes para satisfacer las necesidades energéticas de los países industrializados se necesitan 3 planetas tierra cultivados con caña de azúcar y 7 para satisfacer la necesidad energética global. Pero hay una realidad de los países que pertenecen a la OPEP: importan prácticamente todo lo que consumen, y a pesar de la revolución Venezuela no escapa a esa realidad. La mayoría de los productos de la cesta básica son importados, como también muchos productos originarios de la Petroquímica, y que Pequiven (aún en pañales) no ha logrado satisfacer las necesidades de la nación. Por tanto es necesario que esas relaciones de producción cambien, no como el modelo de sustitución de importaciones implementado en la mayoría de los países del hemisferio en los años 50 y 60, sino crear las condiciones para la planificación democrática de la economía.

Marx escribió que la revolución necesita del látigo de la contrarrevolución, pues bien, los capitalistas están atacando fuertemente y lo van a seguir haciendo hasta que vean caer el gobierno del Presidente Chávez. La correlación de fuerzas está de nuestro lado (casi 7.300.000 millones de votos en las elecciones de diciembre), toda la Asamblea Nacional es del Bloque del Cambio, la mayoría de los gobernadores y alcaldes son chavistas ¿hace falta más? Según los burgueses los problemas no son a nivel de la producción, sino en las cadenas de comercialización, si esto es así no será suficiente con nacionalizar los supermercados, mataderos y frigoríficos sino crear una fuerte red estatal de comercialización que logre satisfacer las necesidades del pequeño productor agrícola y del consumidor.

La marcha de los trabajadores del 8 de febrero marco un hito en las luchas obreras venezolanas: no solo pedían la nacionalización de la CANTV, Electricidad de Caracas y la faja petrolífera; también de Aeropostal, de Sidor y de todos los medios de producción. La vanguardia de esta marcha la llevaron los camaradas de Sanitarios Maracay, que mantienen una fuerte lucha por la nacionalización de la empresa bajo el control obrero de la producción.

Esto demuestra que la revolución no puede depender de un hombre, sino de la clase obrera junto a los camaradas campesinos para transformar las relaciones de producción y conducir las tareas democráticas directamente a las socialistas globalizando a la vez la revolución tal como plantearon Lenin y Trotsky.

(*)CMR (Corriente Marxista Revolucionaria) Mérida

Bibliografía:

La revolución bolivariana; un análisis marxista.

Guía mundial 1992.

Claudio Villas; Nicaragua: lecciones de un país que no completó la revolución, cuadernos de formación política.

Últimas Noticias; domingo 11 de febrero.


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Leonardo Badell(*)


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