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Reformismo-Restauración o Revolución

Con el arribo a la Presidencia de Hugo Chávez en diciembre de 1998, se produjo una inflexión que trastoca el proceso político y social que hasta el momento imperaba en Venezuela. Las expectativas y las esperanzas de un pueblo golpeado por la pobreza crítica y la pobreza extrema, se depositaron en el nuevo gobernante.

A partir de ese momento hasta su desaparición física se produjeron varios eventos significativos para la historia política de la nación:

Primero, la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente aprobada por un referéndum en abril de 1999.

Segundo, la Asamblea Constituyente electa en julio de 1999 creada para redactar una nueva Constitución para Venezuela e instalada con facultades plenipotenciarias por encima de todos los poderes existentes el 3 de agosto del mismo año.

Tercero, la aprobación de la Nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en diciembre de 1999 que dio al traste con la Constitución de 1961.

Cuarto, la declaratoria de Hugo Chávez que dio un giro anti imperialista a la revolución bolivariana y su posición socialista en un acto de masas celebrado frente al Jardín Botánico de la UCV el 29 de febrero de 2004.

Quinto, el discurso sorprendente, el 30 de enero del año 2005 en el estadio Gigantinho de la ciudad de Porto Alegre, Brasil, donde declaró como socialista a la revolución bolivariana.

Sexto, se produjeron una serie de reformas sociales que adquirieron relevancia en el seno del pueblo.

Séptimo, aparece el PSUV como instrumento político con el fin de dirigir la nueva fase del proceso.

La Cuarta República que imperó casi cuatro décadas quedó atrás y por la vía pacífica fue sustituida por la Quinta República. De la democracia representativa se pasó a un proceso de construcción popular de una democracia protagónica y participativa, de justicia y de derecho. Ese es el espíritu de nuestra Carta Magna y es a partir de ese momento histórico que se inicia un nuevo proceso reformas y de la refundación de la república. Tales logros siguen siendo un paso importante y relevante, las reformas de Chávez, que hoy se colocan por encima del objetivo estratégico, como lo es la revolución social y la lucha por el socialismo.

Cabe destacar, que esas reformas sociales de avanzada generaron una confrontación, entre el pasado y el presente, entre los que lucharon por el restablecimiento de lo viejo y los que le otorgaban consenso al programa antiimperialista y socialista de Chávez. Por supuesto la crisis política se acentuó y se presentó una lucha de contrarios entre lo nuevo y lo viejo.

Aumentaron las conspiraciones. La burguesía y sus adherentes fundamentales, AD, copey y sus derivados, con el objetivo claro de frenar el proceso diseñaron un programa de retorno al pasado, la restauración de la Cuarta República. FEDECAMARAS, la CTV y los medios de comunicación, la educación privada, la iglesia y sus ramificaciones, construían nuevos instrumentos políticos (SUMA, la Coordinadora democrática, la MUD), se camufla gabán en las ONG, convocaban asambleas, concentraciones, manifestaciones y paros.

Los medios de comunicación bailaban al son de los mensajes de la derecha, Los intelectuales tradicionales traducían en sus narrativas sólo los intereses de la clase dominante e inocularon la ideología del capital en la frágil conciencia de la población que, por supuesto, no iban a permitir pacíficamente que se les arrebatara el poder.

Desde afuera el imperialismo norteamericano, enemigo principal a través de sus lacayos internos y externos y su embajada en Caracas, movían las piezas y ponían en marcha los célebres formatos para derrocar gobiernos. La burguesía amenazada aumentó su nivel de confrontación. El conflicto subió de nivel. La lucha de clases se agudizó. Golpe de estado, traidores, leyes quemadas, saboteos a la industria petrolera, entre otros caracterizaron ese período. No obstante, el pueblo no retrocedía, no claudicó, y continuó otorgando el consenso a Chávez.

El gobierno aceleró las reformas sociales. La burguesía chillaba. La organización social adquiere ribetes de relevancia estratégica como soporte de una posible revolución social y un proceso de transición hacia el socialismo. El enemigo principal acechaba. Aquí considero pertinente comenzar a diferenciar entre reforma y reformismo. De allí, que creo conveniente insertar en esta narrativa dos visiones similares, aunque es espacio y tiempo distintos, nos ayudarán a colocar cada una en su lugar.

a) La de Rosa Luxemburgo en su libro ¿Reforma o Revolución? publicado en 1899, plantea, que: "la conquista del poder político sigue siendo el objetivo final", ello implica que toda lucha política y social "sin relación con el objetivo final", corre el riesgo de que sus dirigentes se conviertan en agentes del reformismo socialdemócrata.

b) La de Lenin (1902) que reconocía la importancia de las reformas políticas y sociales dirigidas a mejorar la condiciones de vida del pueblo. Luego una década después el 1913 escribía: "El reformismo es una manera que la burguesía tiene de engañar a los obreros, que seguirán siendo esclavos asalariados, pese a algunas mejoras aisladas, mientras subsista el dominio del capital."

Viendo el peligro que representaba el reformismo en el desarrollo de la revolución, después de declarar a la revolución bolivariana como socialista, Chávez en sus discursos siempre alertaba sobre las conductas y desviaciones reformistas en el seno del PSUV y de su propio gobierno. "Lo importante no es hacer gestión, lo importante es hacer revolución." Decía.

En otro momento su narrativa era más contundente y afirmaba "soy enemigo del reformismo." Con el ejemplo ilustrativo expresado por el italiano Giuseppe Tomasi Di Lampedusa en su Novela EL GATOPARDO y utilizando la frase reformista de "Cambiar todo para que nada cambie", de manera categórica afirmaba: "que era enemigo de la tendencia reformista dentro del PSUV", la cual hoy se ha convertido en una vocación nociva en los dirigentes y tóxica en las políticas de gobierno en los distintos poderes públicos nacionales, regionales y municipales. Al final terminaba alertando sobre el peligro de una praxis gatopardiana o reformista para la revolución socialista y concluía expresando "revolución o muerte."

A finales del 2012 Chávez plantea el golpe de timón con el objeto de corregir y ajustar el rumbo de la revolución bolivariana abolir el sistema capitalista y colocar la sobre marcha hacia la construcción del socialismo. Aquí valga retomar el estudio sobre el papel del hombre en la historia de Plejanov para desentrañar el papel que Chávez jugó como líder, a partir del 04 de febrero de 1992 y fundamentalmente desde 1999 hasta el 2013.

Con el ascenso de Nicolás Maduro a la Presidencia en el 2013, el "golpe timón" progresivamente se fue frenando y evaporando. hoy solo es un recuerdo, emocional, sentimental y nostálgico, de quienes lograron robustecer su ideología y convertir su pensamiento antiimperialista, nacionalista, bolivariano, revolucionario y socialista en materia en movimiento, sin perder de vista el objetivo estratégico más allá da las reformas ya logradas.

Hoy observamos una tendencia, reformista y contraria al legado de Chávez, que se mantuvo agazapada durante varios años, que está actuando libremente en el seno del PSUV y del gobierno. No existe un líder que detenga su avance y cuando alguien se atreve a comentar su posición contraria a ese tipo de conducta política, genuina de la socialdemocracia y del socialcristianismo, es enviado al ostracismo.

En consecuencia, hoy esa tendencia da paso y abre el camino hacia la restauración del pasado. Entiéndase como restauración según el DRAE y cito: "Reparar, renovar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía." También desde otra visión es entendida como el: "Restablecimiento de un régimen político anterior."

Ya esa intención reformista-restauradora que identifican, retomando a Marx, a la estructura económica y su superestructura política-ideológica la percibimos en algunos discursos de quienes gobiernan. Verificables en las gestiones de casi todos los niveles de los poderes públicos. Entre ellas se puede subrayar el regreso a conductas neoliberales, a las privatizaciones, al visto bueno del libre accionar de la mano invisible del mercado, la defensa de una educación que reproduce la ideología del capitalismo, focos de narcotráfico, corrupción, la inflación, entre otras.

Hoy ese avance del reformismo parece indetenible. Desde hace tiempo esa crisis interna, tanto en el gobierno como en el partido que lo apoya, deteriora el tejido interno del PSUV y carcome a lo interno de las instituciones del gobierno. Los efectos de ello son evidentes y matemáticos, los datos de los últimos procesos electorales así lo demuestran.

En consecuencia, el proceso bolivariano permite pensar que el paso de lo objetivo a lo subjetivo del pueblo venezolano o lo que es lo mismo la conciencia que le otorgó consenso a la propuesta antiimperialista y socialista de Chávez, en un momento determinado se detuvo. La praxis revolucionaria y apalancamiento teórico ideológico, se debilitó.

En el periodo que se extiende del 2013 al 2021 todo se detuvo, la revolución bolivariana no solo se estancó sino que frenó su ritmo expansivo. La transición socialista tomó otro giro, progresivamente fue perdiendo consenso y el reformismo-restaurador agazapado comenzó a mostrar su verdadero rostro y a trepar en los hilos del poder.

Hoy la tan cacareada transición socialista ya no es un objetivo estratégico ni mucho menos comunicacional. Si, sinceramos la realidad política, económica y social de los últimos 23 años se puede afirmar que en Venezuela hubo un intento de transición al socialismo. Cierto es que el gobierno de Hugo Chávez le dio un carácter emancipador al Estado, donde se destacaron los principios de soberanía, independencia y autodeterminación nacional y un Estado benefactor democrático, de derecho y de justicia.

Sin embargo, el bloque histórico anterior continuó igual y sigue apareciendo en el momento actual como dominante. Su estructura, no ha sufrido transformaciones, el sistema capitalista sigue intacto. En la superestructura, encontramos una sociedad política donde sus dirigentes dejaron atrás el golpe de timón y la revolución, asumieron el pragmatismo como filosofía política y comenzaron a avanzar por la vía del reformismo-restaurador; y una la sociedad civil donde sus instituciones siguen reproduciendo con fuerza a través de la escuela, la iglesia, los medios de comunicación, los sindicatos, entre otros, la ideología de la clase dominante.

En ese sentido, el viejo liderazgo dominante, trastocado con la llegada de Chávez al poder, encuentra un nuevo aliado circunstancial, los sectores reformistas dentro del PSUV y el gobierno. Agentes que han comenzado a mediatizar la conciencia de las nuevas generaciones que están asumiendo los tentáculos del poder. Se utilizan los saboteos, las invasiones, las sanciones, bloqueo económico y financiero contra Venezuela, entre otros hechos políticos y militares para justificar políticas de regresión.

Por lo demás, con este ensayo no pretendo ser agente absoluto de la verdad, ni construir conclusiones definitivas. En su narrativa más allá de un ejercicio subjetivo e intelectual trato de colocar en la mesa algunas consideraciones que permitan reflexionar sobre el tema planteado.

Para finalizar, pienso que para sustituir el viejo bloque histórico por uno nuevo y socialista, debe producirse el gran salto (Marx), el paso de lo cuantitativo a lo cualitativo, en otros términos, debe producirse una transformación en todos los ámbitos de la vida humana, nada fácil, debe producirse una revolución. De allí, que parafraseando Gramsci, "El viejo bloque histórico que agonizaba y se resistía a morir, no pudo ser sustituido por el nuevo bloque histórico que estaba naciendo pero tampoco terminó de nacer."



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Carlos Mezones


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