Porque soy Comunista estoy con el partido de la revolución

Desde que decidí adoptar posición política por el año 1957 decidi ser COMUNISTA.

En esos cincuenta años viví lo que normalmente vivíamos los comunistas en este país: militancia con la clase obrera, privaciones, triunfos, desengaños, cárceles en los organismos represivos, torturas, el inmenso dolor de ver a compañeros muertos victimas de torturas o de asesinatos por defender a su pueblo.

La identificación entre los ideales y la militancia nos llevó al punto que nos incorporamos a la lucha armada dispuestos al sacrificio total por el triunfo de lo que considerábamos la lucha y el camino justo. Lo hicimos con honestidad y entrega y a pesar que de repente otros decidieron que estábamos equivocados y nos dejaron abandonados, logramos sobrevivir y seguí siendo COMUNISTA.

Viví, no se si con mas asombro que asco la experiencia de ver a quienes nos habían conducido a tomar las armas y al sacrificio de tantos camaradas,
encaramados en el poder defendiendo todo aquello contra lo que nos pregonaron unos anos antes, y lo peor, acompañados por los mismos que
persiguieron y mataron a tantos camaradas. El desprecio por la traición a tanto y a tantos, y la convicción de que los ideales traicionados por esos asquerosos individuos que solo perseguían figuración y poder egoísta, seguían teniendo vigencia a pesar del derrumbamiento de las equivocaciones que se habían construido y de la debilidad ideológica de los tránsfugas. Esa convicción permitió que siguiera siendo COMUNISTA.

Tuve la oportunidad de participar en el intento de la construcción del camino chileno al socialismo, junto a las organizaciones y clase obrera de ese país, viví la alegría del triunfo popular y de los sacrificios por mantener y desarrollar las conquistas, nuevamente dispuestos a entregar la vida si fuese necesario. Llegó la larga noche chilena, se derrumbaron muchas esperanzas y se tambalearon las convicciones, ni el pueblo, ni las organizaciones populares, ni nadie estaba preparado para detener el atropello. Persecución y muertes otra vez. Volver del desconcierto con el peso de que tantos entregaban su vida por abrir un camino desconocido y sin dirección mientras aquí florecía el oportunismo y la confusión. Fue complicado seguir construyendo la vida en aquel vortice de confusiones y mantener los ideales. La orgullosa llama cubana y el ejemplo del Che y Fidel
permitieron que a pesar de todo, mantuviera la esperanza y me siguiera sintiendo COMUNISTA.

Vi con asombro y orgullo la inmensa fortaleza del pueblo cubano al enfrentar, solos en el mundo, al bloqueo mas desalmado e incruento en la historia de la humanidad, enfrentando a un pequeño país con la potencia mas extraordinaria que haya existido en la historia, no pudieron con ese coloso de pueblo, hoy podemos ver con satisfacción no solo que están superando las limitaciones sino que fortalecidos con un nivel superior de conciencia y de conquistas materiales, se empinan sobre el mundo mostrando su solidaridad y sus fortalezas técnicas y materiales para bien de toda la humanidad. La satisfacción de haber mantenido siempre la fe en ese proyecto fortaleció también la convicción de seguir sintiéndome COMUNISTA.

Se abrieron nuevamente los caminos en la patria. Un líder supo detectar las motivaciones, las esperanzas de nuestro pueblo. Encontró el lenguaje para
interpretarlo y para conducirlo, lo supo conducir y agrupar a todos los que fueran necesarios, con generosidad, aun dando oportunidad a aquellos que habían pasado lustros y décadas pensando como romper el abismo entre las necesidades y aspiraciones populares y sus formas de expresión y organización. Todos se subieron a ese carro, algunos quisieron tratar de conducirlo. El líder, Hugo Rafael Chávez Frías, sabe para donde va y no se deja ni sustituir, ni halagar ni desviar. El once de abril del dos mil dos hizo revivir el doloroso recuerdo de todas las muertes anteriores y de las que se suponía vendrían en adelante, nuevamente, los sueños atropellados por la barbarie. La incertidumbre, habrían fuerzas para empezar de nuevo?. El pueblo venezolano nos dio la inmensa lección, por encima de lo que pensaran o dijeran sus dirigentes, su identificación con el líder de la revolución y con los intereses que el representa, junto con los militares patriotas,(detalle tan ignorado por nuestra dirigencia tradicional), contra lo que pudieran pensar todos los analistas de las historias de golpe de estado en el mundo, impuso el camino de justicia, volvió las cosas a su lugar sorprendiendo a la humanidad y reivindicando la certeza del poder de las masas. Ese mismo pueblo, luego con la certera conducción del líder, supero y derroto a la reacción interna y externa en lo que Fidel califico como la "batalla mas colosal que se haya librado" en Venezuela como fue la librada contra el paro petrolero. Otra inmensa lección que fortalece la convicción de ser COMUNISTA.

Hoy se llama al pueblo a la unidad y a la inclusión, a construir un instrumento unitario que necesita el proceso, que necesita ese mismo pueblo que tuvo que empinarse y continuar por encima de sus dirigentes tradicionales, que necesita el dirigente que supo romper el abismo entre las necesidades populares y las formas de expresión y organización, a construir juntos los instrumentos y expresiones practicas y teóricas de esos instrumentos. Quien puede siquiera, desde la condición de revolucionario dudar que la única posición correcta es abrir caminos para que florezcan las iniciativas que canalicen las iniciativas de ese pueblo y de ese líder que nos han dado tantas y certeras lecciones? Quien puede atribuirse el derecho a exigir definiciones previas en un proceso en que se invita generosamente a construir juntos? La historia es importante en la medida que sirva para comprender la realidad y construir el futuro, no para atesorar cosas, anécdotas o reconcomios. Los que quieran quedarse administrando el pasado, que se queden con sus cosas y con sus rencores o recuerdos. Mirar el futuro con libertad y optimismo es una condición intrínseca a ser COMUNISTA.

Al principio pensaba hacer un análisis de la posición ante el llamado unitario tratando de utilizar los instrumentos de análisis del marxismo leninismo, muy rápido me di cuenta que era preferible utilizar el camino de las vivencias, lo otro, era paja que iba a servir solo para alimentar la egolatría y ambrosia de quienes se sienten llamados a teorizar y pretender dar lecciones mientras la historia les pasa por el lado. Mis vivencias, con diferentes y naturales matices, son las mismas de miles de camaradas, muchos de los cuales estamos viendo "los toros desde las barreras", pero porque los conozco, se que están en la misma posición de identificación con el proceso y de decisión de entregar lo que sea necesario por defenderlo. No pretendo representar a nadie, pero creo saber lo que sienten y piensan: sin ninguna duda hay que apoyar el partido de la revolución, como se llame y como lo forjemos con el pueblo venezolano. Los que no lo entiendan que se queden refocilándose en sus recuerdos, rencores, envidias y frustraciones. Esto lo se porque tanto ellos como yo hoy podemos expresar con plena libertad y orgullo que siempre he sido y seré COMUNISTA.

ogarciajarpa@hotmail.com


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Oscar Garcia Jarpa

Dirigente de los Círculos Bolivarianos, comunicador alternativo, Director del periódico La Voz del Valle

 lavozdelvalle2@yahoo.es

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