Maquiavelo, la realidad política y el poder, actualidad de su pensamiento (II)

III

Maquiavelo se nutrió de sugerencias de pensadores de la antigüedad grecorromana –entre ellos: Tucídides, Cicerón, Tito Livio—, además de relatos de la Biblia, de personajes y acontecimientos históricos. Evoca figuras de la mitología y de la fábula con pretensión comparativa y simbólica en tanto disposición emblemática. Así en El príncipe (cap. XVIII) nombra al centauro Chiron, el preceptor de Aquiles, para significar la condición humana y la naturaleza animal conciliadas en la bestia como realidad política. De hecho señala que el príncipe (el gobernante) exitoso ha de tener los atributos del león (poder y valor) y de la zorra (astucia y prudencia).

Su plan consistía en crear un Estado fuerte con el gobierno de un personaje especial –el príncipe—, idóneo para unificar a los pequeños Estados y ciudades-Estado de Italia, y al mismo tiempo apto para establecer una monarquía absoluta resguardada por la "razón de Estado" como una categoría política que él define; además consiste en cierta fórmula política que justifica los abusos del poder. La razón de Estado resume un precepto legal referente al Estado y que éste lleva a la práctica en circunstancias desacostumbradas, empleando medidas excepcionales al margen de la legalidad aceptada. La actuación es secreta y se invoca el interés supremo del Estado. Las hipótesis que respaldan a la razón de Estado proceden del s. XVII y aluden en principio al desempeño político del cardenal Richelieu que vinculó la religión con la política. Aunque la idea la asomó Maquiavelo en El Príncipe y en los Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Él adjudica al Estado igual dignidad que la religión y la ley, así consigue no estar subordinado por ellas y orientarse sólo por el conocimiento de las situaciones reales. La constitución de los Estados democráticos que deposita la soberanía en el ciudadano, disminuye la influencia del argumento de la razón de Estado y sugiere el acatamiento del poder a la legalidad en uso y a la ética. Al punto que Locke (en su Dos ensayos sobre el gobierno civil) asignó el calificativo de "prerrogativa" a la potestad del Estado de actuar "sin contar con la prescripción de la ley y, a veces, incluso contra ella"; aunque siempre "con vistas al bien público".

El crudo pormenor que hace del engranaje del poder y su apología, transforma a Maquiavelo en un precursor de la filosofía del poder y prototipo del realismo político o la realpolitik. Ello corresponde a la política real o punto de vista pragmático de la política que en ocasiones se desdibuja en los fundamentos del Realismo político vinculado a la diplomacia y los contactos internacionales. En referencia al estudio del poder y del realismo político, entre otros pensadores y políticos, se alude a Sun Tzu, Tucídides, Chanakya, Ibn Jaldún, Han Fei, Richelieu, Hobbes, Federico el Grande, Miranda, Marx, Bolívar, Clausewizt, Bismarck, Morgenthau, de Gaulle, Mao, Ché, Kissinger. La realpolitik se justifica con los intereses convenientes y los actos precisos de acuerdo al escenario real del entorno de un país, pero sin atender a teorías, ideologías o principios morales generadores de políticas. Ludwig August von Rochau en 1853 señaló el vocablo en su libro: Grundsätze der Realpolitik, angewendet auf die staatlichen Zustände Deutschlands (Política práctica: una aplicación de sus principios a la situación de los Estados alemanes), en éste explica el término: "El estudio de las fuerzas que conforman, mantienen y alteran el Estado es la base de toda comprensión política y conduce a la comprensión de que la ley de poder gobierna el mundo de los Estados al igual que la ley de la gravedad gobierna el mundo físico. La ciencia política más antigua era plenamente consciente de esta verdad, pero sacó una conclusión equivocada y perjudicial: el derecho de los más poderosos. La era moderna ha corregido esta falacia ética, pero al romper con el supuesto derecho del más poderoso, la era moderna estaba demasiado inclinada a pasar por alto el poder real de los más poderosos y la inevitabilidad de su influencia política".

Maquiavelo constituye un notable ejemplo antecesor de la "razón de Estado" (ragion di stato). Un principio que él no utiliza, aunque sí el de "arte del Estado" (arte dello stato). Lo explica Forte Monge en el Glosario del tomo Maquiavelo: "La razón de Estado no es una noción aplicable a Maquiavelo, a no ser con muchas reservas. La expresión la hallamos en Francesco Guicciardini y en Giovanni della Casa, pero solo con Giovanni Botero se desarrollara como doctrina". Si bien influyó en la posterior creación del concepto "razón de Estado" que insinúa en El Príncipe —"De qué modo deben los príncipes mantener su palabra"—. De este modo recomienda en el Discurso sobre la primera década de Tito Livio (libro 3°, cap. XLI): "La patria debe ser siempre defendida, sea con ignominia, sea con gloria, porque de cualquier modo la defensa es indispensable […] Este suceso debe tenerlo en cuenta todo ciudadano que se encuentre en el caso de aconsejar a su patria, porque cuando hay que resolver acerca de su salvación, no cabe detenerse por consideraciones de justicia o de injusticia, de humanidad o de crueldad, de gloria o de ignominia. Ante todo y sobre todo, lo indispensable es salvar su existencia y su libertad".

IV

El florentino comenta en El Príncipe sobre la habilidad del engaño en política. Un príncipe (o gobernante) prudente ha de saber emplear tal artificio, por ejemplo, cuando descubre que siendo fiel a una promesa y ésta puede repercutir en su perjuicio debe saber invalidarla si las condiciones no son las mismas del momento cuando realizó el compromiso. ¿Cuál es el motivo del incumplimiento? El pensador lo aclara según su sistema de valoración ("pesimista" para algunos autores) de la naturaleza del sujeto, al decir que el hombre no es bueno si no mantiene la palabra empeñada cuando se presenta la ocasión –lo cual instituye una conducta habitual en política y de uso común en la geopolítica internacional—. En esa coyuntura y frente a las adversas circunstancias no hay obligación de continuar con el convenio que se hizo, pero es pertinente tener la cualidad de aparentar con disimulo y saber mentir. De tal manera precisa, como ilustración de realismo político, la reincidente picardía de su coetáneo el Papa Alejandro VI: "nunca hubo hombre alguno más rotundo en el dar garantías, ni que con mayores juramentos afirmase algo y lo cumpliese menos; sin embargo, sus engaños le salieron siempre a la medida de sus deseos, pues era buen conocedor de este aspecto de la realidad" - .

Es conocida la sentencia de Maquiavelo relativa a quien desea dar leyes a un Estado: "debe suponer a todos los hombres malos" (Discursos, I, III). Declara que el hombre es por naturaleza egoísta y ambicioso: "de los hombres cabe en general decir que son ingratos, volubles, falsos, cobardes y codiciosos; y que mientras los tratas bien son todo tuyos, te ofrecen su sangre, sus bienes, su vida y sus hijos, como antes dije, mas siempre y cuando no los necesites; pero cuando es así, se dan media vuelta" (El Príncipe, XVII). En paralelo con las relaciones internacionales, y a propósito de la "razón de Estado", los intereses políticos (aparte de los móviles inherentes al realismo político y la anterior aseveración de Maquiavelo), se observa –como demostración— la ruptura de convenios entre Estados que afecta privilegios y ventajas políticas, sociales y económicas, entre otros casos de intriga política. En las diversas situaciones la realpolitik cambia y evoluciona a escenarios de estrategia geopolítica que incluyen, entre distintas variables, la fragilidad de la paz y la opción por la guerra.

La honestidad del florentino de escribir apegado a la realidad y describir la actuación contradictoria del político, le acarreó no pocos problemas y lo recriminan quienes desconocen el objeto de su comprometido proyecto: transparentar las aguas turbias del poder político. Es oportuno agregar que de la falsa y desvirtuada interpretación concerniente a la doctrina de Maquiavelo resultó el concepto denominado "maquiavelismo". En especial los detalles de la "Razón de Estado" le crearon la espuria reputación de "Ministro de Satanás", debido a la argumentación de la conducta abominable de los políticos y la sumisión de la moral y la religión católica al complot y a la artimaña política. Lo que le confiere independencia a la política a manera de actividad separada del dogma religioso y también por su evidente orientación realista, ya que se ejerce mediante criterios incompatibles con la ética. Al respecto Weber afirma, en La política como profesión, no sólo en sentido figurado, que el político profesional "hace un pacto con el diablo" puesto que opera con "violencia legítima" en el ejercicio del poder. Luego reflexiona sobre el rol de la ética en la política. Maquiavelo observó que la política no se sujeta a la ética y aquélla acude a la violencia si el fin lo autoriza, como en el caso de la represión oficial para mantenerse en el poder y salvaguardar el interés personal. Es cuando el político acepta la realidad (veritá effettuale) y concuerda con "el ángel de las tinieblas" (acorde a la creencia y la ética cristiana): "Digna de censura es la violencia que destruye, no la violencia que reconstruye", acota Maquiavelo. En reciprocidad con ese fragmento Forte Monge comenta: "Se trata de uno de los pasajes más frecuentemente citados para declarar a Maquiavelo ´maestro del mal´ [según L. Strauss]. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta transgresión, al menos en este pasaje, es justificada sólo por la realización de un bien común" . En rigor se observa que la condición autónoma de la política configura el conocimiento sistematizado del realismo y así lo estudia la filosofía política.

El problema está en conocer a ciencia cierta si corresponde calificar a Maquiavelo de realista en el ámbito de la política y en particular a lo interno del realismo político. Pero, ¿tal escuela posee fundamento científico?, ¿es autónoma frente al sujeto y éste, de hecho, es real?; interroga Zubiri en Inteligencia y realidad. Aunque referirse a la voz realismo ¿acaso sea sólo un sonido?, ¿o una frase sin soporte conceptual como el realismo político? Puesto que carece de sustento ontológico –además de epistemológico o científico y de percepción— en el caso del realismo filosófico que distingue a la realidad separada del pensamiento y de la experiencia objetiva. Aunque no garantiza que lo real se perciba como es. ¿Siendo así, contradice el concepto de la veritá effettuale de Maquiavelo? Al mismo tiempo Oro Tapia pregunta (en El concepto del realismo político): "qué tienen en común aquellos autores que convencionalmente son calificados de realistas. Interrogaré, concretamente, a tres pensadores emblemáticos de la visión realista de la política. Ellos son Tucídides de Atenas, Nicolás Maquiavelo y Carl Schmitt; un clásico, un moderno y un contemporáneo, respectivamente (…) En primer lugar, todos ellos tienen una concepción pesimista (o trágica) de la naturaleza humana; en segundo lugar, estiman que el conflicto es inderogable; en tercer lugar, sostienen que la mejor vía para acercarse a la paz (entendida como ‘no guerra’) es el equilibrio de poder; y, en cuarto lugar, todos ellos abogan por la autonomía de la política" .

Se entiende que realismo proviene de realis, res (cosa, objeto, realidad), implica la "creencia" en una evidente y externa inmensidad posible de ser conocida. Si bien, la cuestión de "creer" quizá sea una aseveración sin motivo alguno, cándida y acrítica, como la actitud subjetiva –sicológica— de aceptar como verdadera una expresión ya hecha; incluso a modo de concepto convencional aceptado por la generalidad de la gente. En consecuencia no hay conexión entre la creencia –aunque se apoye en razones— y la verdad de cierta declaración fácil de confirmar. ¿Tiene mayor peso la certeza que el creer? En seguida se deduce lo indispensable de diferenciar la creencia del saber sobre la realidad y de esta forma proceder con el realismo político. Porque al considerar los móviles del acto político, éste influye sobre lo objetivo y lo real se muestra a manera de conocimiento subjetivo pero surge de la praxis. Por consiguiente se evita la banalización, el simplismo, la inmadurez, la ingenuidad, la ignorancia y la reducción de la realidad a la intangible categoría virtual de lo aparente como evidente idealismo. Y ello en cuanto a variables de una suposición convertida en opinión pública y personal pero sin soporte científico, más el desconocimiento de la "verdad efectiva". A continuación es factible agregar la aproximación del realismo político al criterio de la veritá efecttuale de Maquiavelo que por analogía conduce a pensar en la idea de froschperspektive que propone Nietzsche (y también los estoicos) como los diferentes enfoques de ver la realidad política: la perspectiva de la rana y su contrario la perspectiva del pájaro.

El realismo formaliza una de las explicaciones que en la Edad Media –dentro de la filosofía escolástica del siglo XI— se convino sobre la duda de los universales: lo que por su condición pertenece a la pluralidad, o en diferentes palabras, las ideas abstractas de uso plural (humanidad, hombre, ser, Dios, política, entre otras). Para explicar así: ¿qué rango de realidad se asignará a los universales? Por tanto Maquiavelo siendo un investigador no sorprende que fuera infiltrado por tales ideas. Si bien el tema instituye un problema tradicional en la filosofía, aunque en el fondo la interrogante concierne a: ¿qué clases de cosas prevalecen conforme a Heidegger? (en La pregunta por la cosa): "comprendemos la palabra ‘cosa’ en dos significados, uno más restringido y otro más amplio (…) restringido es lo tangible, visible, etc., lo presente fáctico (…) amplio es todo asunto (…) que ocurren en el ‘mundo’, acontecimientos, sucesos". En coincidencia Quine pregunta sobre lo que hay, sin embargo, Platón en la República establece que las ideas tienen vida y para Aristóteles en su tratado Metafísica asegura que existen las sustancias constituidas de materia y forma.

A propósito, en semejanza con Maquiavelo, Aristóteles en la Política confiesa la conducta del hombre como un animal político –el zoon politicón, ζῶον πολιτικόν— Cabe añadir que el hombre a la manera de los demás animales actúa en manada y sigue al líder como un comportamiento instintivo y de tal carencia de pensamiento crítico surge el fanatismo. Pero Aristóteles lo atribuye a que es el único animal con el don del lenguaje y mediante éste expresa lo perjudicial y lo conveniente, lo justo y lo indebido. Al mismo tiempo el hombre entre los animales tiene la facultad de percibir el bien y el mal y demás rasgos morales; y al participar en la comunidad a través de la palabra funda la familia y la polis (ciudad o Estado). También del lenguaje escribió en la Retórica de cómo ser convincente, de persuadir y disuadir en política. Lo que recuerda por asociación a los sofistas que cobraban a los poderosos aristócratas para formarlos en política y enseñarles las claves de la oratoria. Por otra parte Sócrates, el de Platón, criticó a los sofistas ya que no cultivaban la dialéctica, la confrontación del diálogo y debido a sus retóricos discursos grandilocuentes.

En ese orden es probable aproximarse a Maquiavelo, quien por medio del lenguaje, aparte de su aguda comprensión sicológica de lo humano y animal del político, perfila con la frase veritá effettuale escenarios previstos en el realismo político. Su estilo de pensamiento y de escritura transparente, con la idea trágica del instinto en el sujeto político, examina lo emocional y activa la pasión o la primacía de lo irracional sobre el razonamiento. Puesto que en el realismo político el hombre no es bondadoso ni maligno en su totalidad y eso lo convierte en un riesgo que hace peligrar la seguridad social, política y económica de un Estado, con el conflicto y el incumplimiento irresponsable de acuerdos; incluso en el ámbito de la geopolítica internacional. En correlación lo suscribe Maquiavelo en Discursos: "los hombres no saben ser o completamente criminales o perfectamente buenos, y que, cuando un crimen exige grandeza de alma o lleva consigo alguna magnanimidad, no se atreven a cometerlo".

 

arjevach@gmail.com



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