La sentencia del Tribunal Supremo de "Justicia" inhabilitando por 15 años a la candidata María Corina Machado, no ha sido una sorpresa, era de esperarse que desde el poder judicial se emitiera un dictamen tan espurio en contra de una candidatura que cuenta con el apoyo mayoritario del pueblo venezolano, y que en consecuencia derrotaría a Nicolás Maduro en la próxima contienda electoral de este año 2024.
Se impuso el abuso de poder y la obediencia de uno de los poderes, al ejecutivo nacional. La recién nombrada Presidente del TSJ es una ciega fanática militante del PSUV, sin más idea sino la de cumplir órdenes de sus jefes de partido.
En el chavismo y su cúpula de mando, hay mucho miedo de perder el poder, como le ocurrió a los perejimenistas el 23 de enero de 1958, que se creían inamovibles y fueron sometidos por la misma ciudadanía y los militares a raíz de sus delitos por violación de los derechos humanos.
La represión desatada por el gobierno de Maduro en contra de sus adversarios y enemigos políticos, es una réplica de las medidas aplicadas por las dictaduras de Daniel Ortega en Nicaragua y la del partido comunista en Cuba.
Seguramente mucha gente piensa que la abstención favorecerá de nuevo a los nefastos personajes del gobierno chavista que dirigen al país a su antojo.
Son unos Advenedizos y sátrapas llenos de maldad, corruptelas administrativas y políticas. Venezuela con esta inhabilitación que decidió el máximo tribunal de "justicia" ha caído en el vacío legal y jurídico. Se está demostrando la existencia de un sistema político oscuro, anacrónico y represor.
Es necesario el pronunciamiento de los sectores de oposición en torno a este hecho antidemocrático y dictatorial como el irrespeto a los derechos ciudadanos. Debe surgir necesariamente una candidatura que aglutine el descontento popular y pueda derrotar al chavismo en las urnas electorales.
Hay que salir a como de lugar de este régimen despótico y tiránico para retomar el camino democrático.
¡ Venezuela debe cambiar !
