El cualquierismo favorece a Maduro y al Capital, no al pueblo

La imaginación de un pintor llega hasta el marco de su pintura. Así mismo ocurre con la de un militante de la emancipación social, la utopía de éste alcanza hasta los límites del modelo de sociedad que se plantea. No obstante, el pueblo venezolano necesita hoy de toda su capacidad de imaginación para construir un país donde impere la justicia social, donde haya sólida libertad de oportunidades y que cada quien ejerza el derecho de ser un productor de vida buena libremente asociado a otros.

De lo anterior se desprende que no es correcto tan solo con cambiar a Maduro por otro presidente, ello no bastaría para resolver la catástrofe que sufre la sociedad venezolana, porque la crisis de la sociedad venezolana obedece a razones sistémicas, estructurales y profundas. Empeñarse neciamente en darle solución a este problema que sufre la sociedad venezolana conduciría a más frustración, la solución es radical porque el problema es estructural-sistémico.

Un arreglo simple dejaría gravitando las causas que generan el problema, y no cabe ninguna duda, que esta postura sencillamente la sostendría un ingenuo reformista que cree sinceramente que sustituyendo las partes podridas del sistema capitalista con ello sería suficiente, o bien, pudiéramos tener enfrente a un apologeta del sistema, vociferador de mentiras, casi siempre de mentalidad mercenaria, un defensor a sueldo del sistema de opresión que aprendió a ocultar con habilidad verbal las causas del empobrecimiento que éste causa en la gente, apelando al falso argumento, de que la pobreza de cada quien es un defecto de la gente misma.

Es habitual, que las herramientas teóricas con las que razonan estos agentes al servicio y funcionales a los intereses capitalistas, son aquellas elaboradas por la filosofía del darwinismo social. En tal sentido, cualquiera de ambas sendas descritas arriba, al final se entrecruzan para ayudar a mantener este sistema desastroso que está hoy acabando con la vida del pueblo venezolano, y que cada día más va haciendo de la nación venezolana un simple mercado de mano de obra muy barata, esclava asalariada, atractivo mercado para que cualquier explotador global extraiga toda la plusvalía que necesita para la reproducción de su fortuna, mientras la clase política conformada por las dos burguesías la de la IV y la de la V repúblicas se encargarían de mantener dóciles y sin pensar a los esclavos.

Es obvio, que Maduro y todos los candidatos del chiripero que hacen parte de este teatrillo electoral, ninguno quieren transformar el sistema de explotación que impera en Venezuela. Todos están al servicio del mantenimiento de la causa principal del empobrecimiento del pueblo venezolano, del capitalismo subdesarrollado y dependiente gobernado por el sistema imperial del capital.

Entonces, en el marco de esta realidad de empobrecimiento, destrucción y explotación que sufre el pueblo venezolano, es hipócrita que alguien pretenda imponer EL CUALQUIERISMO, como el método para sacar a Maduro y poner a cualquiera que sea menos malo.

Para el pueblo trabajador y decente de Venezuela, la solución salarial, el contar con un sistema público de salud y de educación, el disfrutar de pleno empleo y en general gozar de una paz con justicia social, está claro que no se resuelve con sustituir a un presidente catastrófico por uno menos desastroso, porque eso ya el pueblo venezolano lo experimentó en varias oportunidades, el pueblo venezolano hace rato comprendió, desafortunadamente todavía no cuenta con una poderosa organización como le corresponde, pero se dio cuenta, que el CUALQUIERISMO no soluciona la crisis y que al contrario la aumenta y la prolonga. El pueblo sabe que la solución es cambiar el sistema social por uno nuevo. Por esta razón, el 28 de julio los centros electorales lucirán solos como lo estuvieron cuando el referéndum y también en las primarias de la oposición.

Por lo tanto, la solución y el reto que hoy se plantea el pueblo venezolano es poder organizarse en un gran movimiento nacional, para que toda esa abstención conciente que se vislumbra habrá ese día, se pueda canalizar (80% del electorado) que esta logre tornarse en una poderosa fuerza material capaz de derrotar políticamente a las dos burguesía que han destrozado el país y han empobrecido la vida del 80% del pueblo venezolano, la solución está en construir una amplia coordinación y acumulación de todas esas energía y deseos de cambio en un gran frente unitario del pueblo, que unifique todas las ganas por construir país distinto y mejor, y ese instrumento es una JUNTA PATRIÓTICA DE SALVACIÓN que acumule la mayor cantidad de fuerza social para tener la capacidad de ejercer toda la presión política social necesaria y exigir como un solo pueblo que se realicen elecciones regidas por el marco de los derechos políticos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Esa es la estrategia correcta para superar este desastre, el cualquierismo por el contrario, significaría favorecer a Maduro y al capital, lo que equivale a otra derrota más para el pueblo, porque estas elecciones están diseñadas para impedir que se cuele cualquier batacazo, fueron diseñadas para que gane uno solo, Maduro. Pregunto entonces, ¿Si el CUALQUIERISMO no es el método cuál es? ¿Acaso no queda suficientemente claro que es la ABSTENCIÖN MASIVA, CONCIENTE Y ORGANIZADA que exija otras elecciones respetando la constitución, la solución?



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Arnaldo Aguilar Dorta


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