“Todo iba bien hasta ahora... pero ¡con mis ganancias no te metas!”

El  gobierno de maduro se asocia con el capitalismo para gobernar una revolución socialista, fracasa la revolución porque se ve obligado por el  pacto con los empresarios a acabar con ella. Pasan los años, va decayendo la revolución con el país, brotan de nuevo los oportunistas y los empresarios erradicados por conspiradores, intentan cambiar la constitución pero no se atreven, declaran las zonas especiales, inventan leyes para poder violar la constitución, la popularidad del gobierno cae, se suman más empresarios a la rebatiña, crece la economía de los ricos, estalla el escándalo de la corrupción en PDVSA, se acercan otras  elecciones, y ¡de repente! se le ocurre al gobierno la buena idea mostrar el apoyo de la empresa privada a los planes del gobierno haciendo que colaboren con el aumento de las pensiones de los viejitos y jubilados,… ¡y saltan las alarmas capitalistas!: “Todo iba bien hasta ahora, pero ¡con mis ganancias no te metas!”

“Asdrúbal Oliveros: Con las pensiones el rango fiscal puede comprometer hasta el 60 % de las ganancias”  Asdrúbal Oliveros es un economista de derecha, debe ser uno de los IESA boys, o académico de CEDICE, que, para muchos oír sus palabras es como si hablara la  misma ciencia, sin embargo sus declaraciones sobre el “rango fiscal”, es decir, ese porcentaje que el gobierno, a través de un impuesto, piensa exigirle a los empresarios para pagar las pensiones de los viejos, no se muestran muy científicas, nos dice que ese rango fiscal ve menguar las ganancias de las empresas, que sería malo para los trabajadores y la economía en general. Esto es una perogrullada que cualquier pendejo sabe, sin embargo vale la autoridad; si lo dice Asdrúbal Oliveros es que debe ser un problema económico serio.

Para estos “científicos”, cada vez que se tocan las ganancias de los empresarios aparece un problema económico serio, un desequilibrio del sistema que amerita soluciones “estructurales”: “…el tema de las pensiones es «álgido» y necesita un entorno económico sano, una reforma de la Ley del Trabajo y una reforma de la estructura del Estado”. Se trata de la “economía real”, como diría Maduro. Las correcciones “estructurales” para los liberales tienen que ver con que la estructura económica ideal para los capitalistas es cualquiera que maximice sus ganancias; una “economía sana” es aquella que aumenta las ganancias de los capitalistas, es decir, es la estructura sin “estructura”, sin impuestos, sin controles de precios y de ningún tipo, sin leyes laborales, ambientales y de ningún otro tipo, que limite la actividad económica y el lucro capitalista, si eso se altera lo pagan siempre los trabajadores, los más pendejos, los más pobres

Este reclamo de liberalizar más la economía siempre estará en el centro de las recetas del FMI, pero también en las condiciones que le impone Estados Unidos y sus empresas a Venezuela –y las empresas que les soliciten “licencia de trabajo” en  Venezuela – a cambio de aliviar las sanciones (o sea, que sus empresas puedan explotar el petróleo venezolano, y todo lo que puedan explotar, obteniendo máximas ganancias). Para Estados Unidos “suavizar las sanciones” es dejar que sus empresas vengan a trabajar en Venezuela con ventajas, por ejemplo,  a condición de que  PDVSA  ceda el control operativo dentro de las asociaciones mixtas, es una manera de presionar para que maduro liberalice más la economía a su favor.  Pero esta exigencia que hace el  economista también está en el centro de los acuerdos con Fedecámaras, si el gobierno quiere que los empresarios nacionales sigan invirtiendo en el país, tal y como lo promueve Maduro y sus colaboradores. Las libertades económicas son connaturales al capitalismo, con Maduro, con María Corina, con Dios y con el Diablo. El capitalismo no se suicida menos complaciendo al gobierno claramente de inclinación neoliberal de maduro.

En el  caso del "cochipollo" económico de maduro, éste ya permite a los inversionistas en las ZEE que se salten los mandatos constitucionales y las leyes más duras de la vieja quinta república. Este mamarracho de “nuevo modelo económico” madurista exonera a los inversionistas, en  estas “zonas liberadas”, del pago de impuestos y regalías, hace que se desaplique la ley del trabajo, la ley de hidrocarburos, o cualquier ley que estorbe a sus ganancias, Justo lo que propone este señor Olivero que  se extienda en todo el país, lo que exigen los empresarios nacionales, a saber: un ambiente económico “sano”, un cambio “estructural”, léase, la violación de la Constitución, o su reforma o su derogación definitiva, por la calle del medio, una definición clara del modelo económico; si el gobierno quiere que asuman el aumento pírrico a los bonos pírricos de los pensionados, por lo menos, debería concederles las mismas ventajas que ofrecen para las ZEE.  De seguro  esto le traerá problemas a todos, al gobierno con Fedecámaras y a los trabajadores con el gobierno cuando se extiendan los tentáculos capitalistas.

Demagogia (e hipocresía) electoral

Esto pasa cuando no eres del todo liberal, cuando pretendes que la empresa privada sacrifique algo de sus ganancias en beneficio de los pensionados, es decir, cuando pretendes que los empresarios te permitan hacer “demagogia electoral” con el tema de las pensiones, algo tienes que darles a cambio. Los  economistas liberales, suponen que las pensiones son un problema para un Estado controlador, un problema “estructural” de la economía, quizás solucionable creando “fondos de pensiones”, con el aporte de los trabajadores, el instrumento ideal para que el capitalismo se despache y se de los vueltos especulando con ese dinero, disponiendo de él a discreción, o robándoselo, como lo hicieron en Chile. Pero ¿ ocuparse ahora del aumento a los pensionados?, ¿después de que el gobierno había estado haciendo las cosas tan bien,  favoreciendo el libre mercado, financiando a los importadores y seudo productores, la especulación con el dólar, facilitándoles las cosas a Fedecámaras; bonificando los sueldos y acabando con las prestaciones sociales de los trabajadores,  liberando los precios (y todo lo que debía ser liberado), acabando con las contrataciones colectivas de los trabajadores y emitiendo el famoso memorándum 2792, para que los patronos acordaran por separado en los pleitos laborales?, ¿por qué ese impuesto a los empresarios para los pensionados?: ¡demagogia!, ¡porque el daño a los trabajadores ya está hecho!, a los trabajadores activos, a los futuros pensionados ya esquilmados porque ya les quitaron todas sus conquistas laborales incluido el derecho a recibir prestaciones sociales dignas al ser jubilados. Ya los  pensionados no acumulan cargas para los empresarios, son una simple carga social para que se ocupe de ella el gobierno, pero ni siquiera… sin embargo,… también votan, y eso lo sabe Maduro, hay que hacer un poco de teatro.

El capitalismo, a despecho de reformistas, de pragmáticos, de  nostálgicos, conformistas, resignados y similares, no es humano, es una entidad abstracta, un mecanismo encarnado en el humano pero con vida propia, con una mecánica propia, que cuando se activa nunca se detiene, para muestra está el gobierno de maduro y todo lo hecho y deshecho hasta hoy en materia económica (política y social). Todo aquello que desborde la lógica del capital está condenado a ser proscripto. El lenguaje y los fundamentos del socialismo son diabólicos para los capitalistas. Maduro lo sabe, pero en tiempos de elecciones se puede saltar esa regla de oro de la ganancia, no importa que se disparen las alarmas de Fedecámaras, solo será por un momento. 



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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