Votar entre la Bella y la Bestia

La película la Bella y la Bestia es una narración de la que hay múltiples variantes. Es pertinente pensar y analizar la película como una metáfora de la situación electoral actual que se vive en Venezuela. La película narra la historia de una familia en crisis, arruinada y despojada de todas sus pertenencias; habla del poder de los sueños y del amor, de cómo utilizarlos para vencer el materialismo y la corrupción. Es el momento de rendir homenaje a su escritor Madame de Villeneuve para adaptar su película al proceso electoral que se vive en Venezuela y distinguir a los candidatos que cuentan con mayor fuerza, como: Nicolás Maduro y María Corina Machado, ya que ella es quien realmente está haciendo campaña para que voten por el candidato Edmundo González para luego hacerse en el poder, en el supuesto negado de que gane las elecciones. Hablar de la oscura historia del candidato (In)Edmundo, como su participación en el financiamiento y logística de actos brutales en El Salvador, cuando se desempeñaba como funcionario de la embajada en ese país, en la época en que Leopoldo Castillo o el "mata cura" era el embajador, revela su pasado sanguinario; no menos importante es su odio, ataque y discriminación contra la mujer y hacia las personas de la población LGBTIQ, que lo delatan como misógino y xenófobo. Pero, fue la opción que tenía la derecha fascista para quemar sus últimos cartuchos, por la condición de inhabilitada de la dama que aún "está fuera de ranking" como le manifestó el comandante Chávez en enero de 2012, en la Asamblea Nacional, por sus aspiraciones como presidente.

En la vida real, así como en la película, se vive un país en crisis, empobrecido y saqueado de todas sus pertenencias a raíz de las diversas sanciones, bloqueos y robos de los activos en el exterior; un país en duelo por la gran cantidad de familias que han visto partir a sus seres queridos para buscar un futuro mejor, muchos de ellos muertos en la selva, o asesinados, o porque su estado de salud no les alcanzó para regresar; por los trabajadores que han tenido que sobrevivir a los sueldos miserables y los pensionados sin la oportunidad de tener una vejez digna; adaptarse a una moneda extranjera impuesta que oprime los bolsillos de los venezolanos tanto como el sentimiento patrio; tener que soportar la corrupción de grandes personajes no solo por inmorales, sino por la falta de consciencia patria y otros hechos que no alcanzaría en este escrito. Hay que recordar ¿cómo se llega a esta Venezuela arruinada? ¿cómo y quiénes la transformaron? Antes de que todo esto ocurriera, Venezuela llegó a alcanzar el más Alto Índice de Desarrollo Humano de la región gracias a las políticas asertivas sociales y económicas que llegaron a los más pobres, para lograrlo fue necesario que el gobierno hiciera unos cambios radicales que tocaron la fibra de grandes grupos poderosos económicos del país, de propietarios de los medios de comunicación; pero, sobre todo de intereses económicos y geopolíticos de los Estados Unidos, aspectos estos que, gracias al imperio, se posicionó a Venezuela como una "amenaza inusual y extraordinaria", alentando a la derecha venezolana a salir de Chávez (como en efecto ocurrió) y luego de Maduro, intentando cualquier estrategia posible, fallidas por demás; no obstante, con graves consecuencias para el país.

En este contexto, la perversa María Corina Machado ha jugado un papel importante. Con su "cara bonita" que cualquiera consideraría "la bella" por ser mujer, tiene un pasado oscuro que la arrastra desde sus ancestros hasta el presente. El hecho más oprobioso fue haber solicitado ante la OEA (sin tener facultades para ello) aplicar la carta Democrática contra su propio país, causal esta que debió haber sido motivo para privarla de su libertad. Fue un acto de procrastinación del Estado venezolano, porque atentó contra la soberanía del país y logró su pedido. En su desespero, la señora apoyó a su "presidente interino" Guaidó, quien junto con el gobierno de Trump alentó a que se aplicaran más sanciones, bloqueos, guarimbas, aislar al país, lo que trajo como consecuencia que los enfermos no tuvieran atención, bajos salarios para los trabajadores, dolarización, hacer ver la imagen de un dictador como presidente, un "régimen" que hay que tumbar, crearon aliados como el "Grupo de Lima", sacaron a Venezuela del Mercosur, los ataques contra los chavistas se intensificaron, a tal punto de asesinarlos; generaron una campaña para que los venezolanos se fueran del país, ofreciéndoles ayudas en territorio extranjero, recursos que se robaron los presidentes aliados de turno junto con el grupo de Guaidó. Si aún así no se observa a la verdadera Bestia, basta mirar entonces el programa de gobierno de la sionista Machado, lo más parecido al del sionista de Milei en Argentina: privatización, entrega de activos de las principales empresas del Estado, lo más grave complacer al imperio en la idea de convertir a Venezuela en la pequeña Palestina de América, ya que será la oportunidad de oro de quien gane en Estados Unidos de tomar lo que considera "su patio trasero", lo cual puede desencadenar en una guerra, porque los venezolanos como los palestinos no están dispuestos a entregar su territorio a ningún presidente genocida de USA. La Bestia de María Corina, como parte del poder oscuro que representa, utilizar símbolos religiosos para captar electores, fórmula muy propia de la derecha. Algunos venezolanos por su condición radical como opositor votarían por Edmundo/Machado, y es válido; pero, otros sumergidos en el dolor, en el duelo y la desesperación, le darían su voto, porque olvidan el pasado, de quienes fueron sus verdugos. El pobre que vota por las Bestias de Edmundo-Machado estaría votando por quienes otrora le infligieron dolor. El peligro estriba en que "gracias a un rosario" que cargan las dos figuras, a su discurso neoliberal, al imperio de la acción privada, las víctimas de toda esta ruina que ellos mismos han generado, empiezan a tener sentimientos positivos hacia sus enemigos que le robaron no solo la paz, sino el derecho a elegir un camino: el proyecto Bolivariano para construir la Patria Grande y, al mismo tiempo, odio, miedo e ira contra quienes les brindaron la mínima atención posible en función de lo que tenía en sus manos, esto es el Síndrome de Estocolmo.

El discurso agresivo de la aparente "bella" de Machado, el papel que juegan los medios de comunicación para imponer la figura de un ogro, de una "bestia" como Maduro, el rol que asumen los países aliados del imperio de hacer ver la existencia de un régimen gobernado por un hombre que no ha podido ser derrotado porque "tiene el control de todo", hacen que se cree una gran confusión en Venezuela. Realmente el presidente Maduro ha tenido grandes y graves fallas, la principal ha sido haber actuado tarde en la corrupción que envuelve su gobierno, no haber apresado a Guaidó ni a Machado, no haber buscado otros mecanismos más certeros y efectivos para solucionar la problemática de los servicios públicos; la más importante, no haber honrado a los trabajadores con salarios justos y dignos. Maduro, para muchos venezolanos que le dieron su voto cumpliendo una orden del comandante Chávez, que sufren el fondo del abismo de las ruinas que les dejó la oposición, es la bestia, porque ven una esperanza en la verdadera Bestia. Tal vez, no ha sido el presidente ideal que los revolucionarios esperábamos por la cantidad de torpezas que ha cometido; sin embargo, los revolucionarios conscientes saben que esto se trata de una guerra entre "la Bella y la Bestia", de la tierra de los orígenes contra el poder oscuro; de las riquezas de Venezuela contra la hegemonía del imperio; de Maduro a quien pintan como bestia, que aun representa una esperanza para quienes creemos en el legado de Chávez contra Machado a quien pintan como la bella, que representa el caos, las fuerzas oscuras, el sionismo y el genocidio. Votar por la verdadera Bestia es votar por la opción de ver a los humanos como meros objetos, cuyo valor depende únicamente de su apariencia, es implantar el sionismo, la intervención del imperio a este país, es volver a la deserción escolar, a la desnutrición, a la privatización de las universidades, a la posibilidad de que los pobres sean nuevamente invisibilizados; es recrudecer la aporofobia, es volver a la Venezuela del puntofijismo, de los apellidos importantes que llevaron al país a la pobreza. Votar por Maduro, que representa "la bella" en esta moraleja, es la posibilidad de cambiar lo que debe ser transformado para apostar por la revolución; es la misión de "Volver a Chávez", sin retóricas, sin más tiempo, sin vacilar; es la oportunidad de reencontrarse con el pueblo que vive en un duelo profundo porque la familia se arruinó; es la oportunidad de reencontrarnos como una sola Nación por la causa del libertador.



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Esmeralda García Ramírez

Licenciada en Administración Articulista

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