La posibilidad de que Edmundo González (como figura representativa de una oposición) se juramente el 10 de enero de 2025 en territorio venezolano depende de varios factores complejos que incluyen la legalidad constitucional, la fuerza política interna, el respaldo internacional y las acciones. estratégicas del gobierno de Nicolás Maduro.

Desde una perspectiva objetiva y sin prever casos fortuitos o acciones que se dirijan a "un punto de no retorno hacia el caos", la posibilidad de que Edmundo González se juramente el 10 de enero en territorio venezolano es baja, dadas las condiciones actuales. Esto requeriría una combinación de factores difíciles de alcanzar:

1. Una ruptura significativa dentro de las Fuerzas Armadas o el aparato de seguridad que permite este acto.

2. Una movilización masiva e inquebrantable del pueblo venezolano, que genera una presión interna sin precedentes.

3. Un respaldo internacional en efectivo que no se limita a declaraciones simbólicas, sino que tiene un impacto real en las dinámicas internas.

Sin una estrategia articulada que aborde estas variables, cualquier acto de juramentación en Venezuela podría ser rápidamente sofocado por el gobierno de Maduro, perpetuando el actual conflicto político y la polarización del país.

Analizamos algunos elementos visibles:

1. Control del Territorio por parte del Gobierno de Maduro

El gobierno de Nicolás Maduro mantiene un control prácticamente absoluto de las instituciones clave del Estado, incluyendo las Fuerzas Armadas, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el aparato de seguridad interna. Esto dificulta que cualquier acto de juramentación contrario a su control ocurra dentro del territorio nacional sin enfrentar obstáculos significativos, tanto políticos como logísticos.

• Fuerzas Armadas: La lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a Maduro hace poco viable que se permita un acto que sea percibido como una amenaza directa a su poder.

• Seguridad: La policía política (SEBIN) y los colectivos armados pro-gobierno pueden ser movilizados para impedir la realización de actos simbólicos o legales por parte de la oposición.

2. Reconocimiento institucional

El Artículo 231 de la Constitución venezolana establece que el presidente electo debe juramentarse ante la Asamblea Nacional. Sin embargo, si el gobierno de Maduro controla las instalaciones de la Asamblea Nacional y su composición, podría ser improbable que González tenga acceso físico o político a esta instancia para realizar la juramentación.

• Alternativas simbólicas: En caso de obstrucción, González podría intentar juramentarse en un lugar simbólico, como ocurrió en 2019 con Juan Guaidó, aunque esto lo situaría en un terreno de legitimidad cuestionada y dependencia del reconocimiento internacional.

3. Respaldo internacional

El apoyo de la comunidad internacional puede ser crucial. En 2019, el reconocimiento de Guaidó como presidente interino por parte de varios países generó una presión significativa sobre el gobierno de Maduro. Sin embargo, sin un cambio en la fuerza de fuerzas internas, dicho respaldo puede quedarse en una postura simbólica.

• Escenario actual: Si Edmundo González no logra una articulación amplia con actores internacionales clave y no tiene una estrategia para movilizar el apoyo interno, su juramentación podría ser interpretada como un acto sin impacto práctico.

4. Estrategia del Gobierno de Maduro

El gobierno de Maduro probablemente buscará neutralizar cualquier intento de juramentación de González dentro del país mediante:

• Desconocimiento de los resultados electorales, si estos no le son favorables.

• Represión preventiva hacia actores políticos opositores.

• Movilización de recursos legales y de propaganda para deslegitimar el acto.