Salud Mental Colectiva y Decolonial

Reactualización de totalitarismos, imperialismos y la banalidad del mal

Hace un siglo (1924) la joven universitaria Hanna Arendt, comenzó alzando su voz y protestando por situaciones que le parecían injustas e ilógicas, que la convertirían en perseguida política del régimen nazista de Adolfo Hitler, quien tuvo que abandonar Alemania su Patria y ser confinada en un campo de concentración en Francia en 1937, de donde huyó junto a su madre a los EEU, desde esa fecha, fue una apátrida, sin nacionalidad, hasta que le fue reconocida la ciudadanía en EEUU en 1951, país que la acogió hasta su muerte acaecida en 1975 y donde escribió tres de sus principales obras: Orígenes de los Totalitarismos (1951), Condición Humana (1958) y Echan en Jerusalén (1963), obras producto de su vivencia de mujer alemana, de origen judío, EEUU disfrutó de su prodigiosa inteligencia e innegable capacidad predictiva, reactualizada en tiempos contemporáneos con las actuaciones de Benjamín Netanyahu y el recién inaugurado segundo gobierno nazi fascista, racista, supremacista blanco y sionista de Donald Trump. 

 Los totalitarismos (poder, régimen político, autoritarismo y dictadura), Imperialismo (expansionismo, extractivismo y explotación humana) y Banalidad del mal (alienación de la subjetividad de los seres humanos y negación del pensar crítico);  totalitarismos, (categoría política), imperialismo (categoría geopolítica), banalidad del mal (categoría ético política), además de ser categorías deshumanizantes, son la negación, el no reconocimiento del otro, convierten al ser humano en sujeto masa, vacío, irreflexivo, sin criticidad de pensamiento, burocrático, superficial, hueco sumiso, hoy llevado a la N potencia, como “sujeto masa-redes sociales”, inmediatista, creador de “falsas  ajenas y artificiales realidades”, que mediante la subalternización e inferiorización de la colonialidad del ser, convierten a los sujetos en sumisos  y obedientes, militantes, partidarios, servidores públicos y burócratas cumplidores obedientes de órdenes, sin que medie la criticidad reflexiva de las consecuencias de sus actos; además son portadores de falsa conciencia de su origen, condición humana y la ignorancia de las consecuencias de sus acciones burocráticas ordenadas por otros y ejecutadas  de manera acrítica, para excusarse, que cumplen órdenes y con ello evadir responsabilidades de acciones institucionales políticas de graves consecuencias éticas para “otros”.

Nos vamos a referir panorámicamente a la Salud Mental Colectiva Decolonial, como el encuentro entre grandes subjetividades de lo humano: Subjetividad del ser, intersubjetividad del amar y del tener-estar, ya suficientemente explicadas en otros artículos. Ahora bien, cuando hablamos de subjetividades e intersubjetividades, nos referimos a la condición humana, desde la pensadora política Hanna Arendt y Edgar Morín quien ha desarrollado desde el pensamiento complejo, la hipercomplegidad de la condición humana. Para Arendt, la vida humana tiene dos dimensiones integradoras: a) contemplativa, teórica, filosófica, como ensimismamiento y retiro en al pensar interior y b) la activa, política, como apertura de conciencia hacia otros seres humanos, la naturaleza, la realidad y otro mundo.

A esta dimensión activa, Arendt le da importancia máxima, porque para ella la vida activa tienen tres actividades y sus respectiva condiciones a saber: 1) Labor es una actividad ligada a la vida y las necesidades biológicas que le permiten al ser humano vivir y sobre vivir, si se cubren las necesidades biológicas y fisiológicas del comer, beber, ser saludable, estar protegido, su condición es la natalidad, porque somos seres humanos mortales, finitos, no inmortales como los Dioses eternos, cada nacimiento es un acontecimiento reproductivo novedoso, que garantiza la reproducción y la continuidad de la especie, de allí surge una sociedad novedosa que garantiza la existencia y sobrevivencia de la humanidad. 2) Trabajo, con el cual mediante la poises, construimos cosas materiales ordinarias y sublimes instrumentos de trabajo, de comunicación, obras de arte, literarias e intelectuales, casas, edificios, ciudades, como valor de uso y la organización social de esos diversos valores de uso, que denominó Samir  Amin, cultura como condición de mundanidad 3) Acción o praxis política, la necesidad de interacciones, relaciones y vínculos con otros seres humanos, sus subjetividades y sus conciencias, es decir, la condición de pluralidad y creación de modelos políticos, para gobernar las sociedades. Mediante conciencias colectivas plurales, se construyen, subjetividades, modelos políticos a través del lenguaje simbólico y significante.

Por su parte, Edgar Morín, asume desde el pensamiento complejo a la condición humana, desde tres triadas o bucles: Bucle Biocultural: cerebro/cultura, de donde emerge la mente como psiquismo humano, Bucle Bioantropológico impulsividad/razón que conjuga lo impulsivo animal con la razón humana, de donde surge la emocionalidad como sentipensar y el Bucle Biosocial individuo/especie, de donde hace su aparición la sociedad. Podernos observar la articulación complementaria entre la vida activa (labor, trabajo y acción) de la condición humana de Arendt y los 3 bucles bio de Morín, se complementan con labor, como necesidades biológicas para la vida y sobrevivencia, hay una complementariedad entre trabajo y bucle biocultural, del trabajo como poises toda producción humana es cultural y con la acción, el bucle bioantropológico, en esta descripción panorámica de dos miradas de la condición humana, que no es lo mismo que naturaleza humana, la naturaleza humana es una esencialidad que no existe, porque tendremos que disociarnos de lo “qué somos” en un “qué soy”, como un Dios que mira desde afuera nuestro interior y eso es imposible. 

La anterior argumentación, es el sustento de la Banalidad del mal, como categoría ética de Hanna Arendt, que en el momento de su enunciación a propósito del juicio seguido al Teniente Coronel Nazi Adolf Eichman en Jerusalén como criminal de guerra, la pensadora política Arendt cubrió el juicio como reportera del The New Yorker y realizó un Informe, que luego se transformó en un Libro de su autoría “Eichman en Jerusalén”, donde acuñó la categoría ética “Banalidad del mal”, que le valió muchas críticas de amigos y de la Comunidad Judía Mundial. La banalidad del mal se sustenta en la idea que el mal no siempre surge de la maldad intrínseca o de la intención siniestra, es. Más bien, el resultado de la irreflexión, la obediencia acrítica y ausencia de un pensar autónomo. Arendt argumenta que Eichmann no era un genio del mal, sino un hombre común que, al renunciar a su capacidad de juzgar y reflexionar, se convirtió en un instrumento de atrocidades masivas.

 Creo que el tiempo y el momento actual que vivimos, le ha dado la razón póstuma a Hanna Arendt y su equilibrada y no sesgada personalidad ético moral, ella misma confesó que pensó encontrarse con un ser humano despiadado y menstruoso criminal y su sorpresa fue otra, se encontró con un hombre común y corriente, superficial, poco inteligente, pero no tonto, descomprometido, burócrata, carente de reflexión y criticidad, que repetía constantemente en el juicio “yo solo cumplía órdenes”. Lo que no lo exoneraba de culpabilidad, pero personalmente, nunca mató a nadie, tan solo fue un medio para justificar crímenes de guerra como “fines justos”, las evaluaciones psiquiátricas lo consideraron un hombre normal, no demoniaco, ni fanático, ni menstruoso, de donde ella concluyó inteligentemente y sin resentimientos, ni venganzas que fue víctima material y concreta de la ejecución banal del mal, de crímenes planificados por otros, autores intelectuales. 

Que podemos decir hoy del “silencio ensordecedor” de la Organización de Naciones Unidas, Unión Europea, Gobiernos del Grupo de los 7 y en particular EEUU autonombrado “policía del mundo”, ante el genocidio y exterminio del pueblo palestino, por Netanyahu y el ejército israelí, OTAN y EEUU, como antes sucedió en Irak, Libia y ahora Siria. Y las tropelías, amenazas y acciones de deportación migratoria violatoria de Derechos Humanos, Derecho Internacional y Soberanías de Donald  Trump y su gobierno. Es una realidad hoy, la Banalidad del mal del Gobierno y Ejército de Israel, OTAN, EEUU y organismos supranacionales. Es un alerta, sobre las acciones genocidas, etnocidas, epistemicidas y deshumanizantes de los poderosos del mundo, el 1% de la población del mundo, unos 100 mil ricos, de los 8000 mil millones de seres humanos que poblamos el planeta; ese 1% que se reúnen todos los años en este mes en el Foro de Davos, para planificar economías que se sustentan en la Banalidad del mal, no los exoneremos justificando sus tropelías como psicopatologías personales.

Solemos quejarnos de los malos gobernantes, tildándolos de locos, psicópatas, es decir, psicopatalogizando y psiquiatrizando su comportamiento y decisiones como gobernantes, nada más alejado de la realidad como lo demostró hace unas seis décadas Hanna Arendt, la Banalidad del mal, no es una categoría psicopatológica, ni psiquiátrica, sino una categoría ético política.

La categoría Banalidad del mal tiene implicaciones para la ética, la política y la psicología humana:

  1. Responsabilidad personal: Arendt desafía la idea de que solo los líderes o ideólogos son responsables de los crímenes. Los ejecutores, como Eichmann, también son culpables por su falta de juicio moral.

  2. Peligro de la normalización del mal: La banalidad del mal puede volverse rutina aceptada en sistemas totalitarios o autoritarios.

  3. Importancia del pensamiento crítico: Arendt enfatiza que la capacidad de pensar y juzgar, es esencial para prevenir la complicidad en actos inhumanos.

La idea de la Banalidad del mal ha sido objeto de intenso debate:

  1. Minimización del mal: Algunos críticos, como el filósofo Gershom Scholem, acusaron a Arendt de minimizar la maldad de Eichmann al describirlo como un burócrata ordinario.

  2. Falta de contexto histórico: Otros argumentan que Arendt ignoró el antisemitismo arraigado en Eichmann y en la sociedad nazi.

  3. Psicología del rencor: Algunos estudiosos han cuestionado si la Banalización del mal puede aplicarse a todos los perpetradores de crímenes, ya que muchos sí actuaron con odio, resentimiento y rencor.

La banalidad del mal es una categoría relevante en la discusión sobre la moralidad, la responsabilidad, en un mundo donde la burocracia, la tecnología y la obediencia acrítica siguen siendo fuerzas poderosas, la advertencia de Arendt sobre la importancia del pensamiento crítico y la responsabilidad singular resuena con fuerza. Además, la categoría ha influido en campos como la psicología social, en los estudios sobre obediencia y la filosofía política, donde se discute cómo prevenir cumplir órdenes criminales, por actuar bajo la obediencia debida a superiores y autoridades.

La relación entre la "Banalidad del mal" y la Salud Colectiva Mental Decolonial ambos categorías comparten una profunda preocupación por las estructuras de poder, la deshumanización y la necesidad de reflexión crítica para transformar realidades opresivas. A continuación, se explora esta relación:

Crítica a las estructuras de poder y deshumanización

  • Banalidad del mal: analiza cómo sistemas burocráticos y autoritarios pueden deshumanizar a las personas, convirtiéndolas en instrumentos de opresión. El mal no surge necesariamente de la maldad personal, sino de la obediencia acrítica y la poca reflexión crítica y autónoma en contextos de poder.

  • Salud Mental Colectiva Decolonial: critica la colonización y la colonialidad   que confunde psiquiatría y salud mental, perpetuando formas de opresión exclusión y propone la salud mental colectiva y decolonial, para contrarrestar la deshumanización en la atención a los sufrientes psíquicos en comunidades en contextos nuestroamericanos.

Ambas categorías denuncian cómo los sistemas de poder totalitario o colonial, normalizan la deshumanización y la violencia, a través de la burocracia institucional pública o prácticas médicas y sociales opresivas.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 820 veces.



Pedro Alcalá Afanador

Doctor en Ciencias Gerenciales - Doctor en Ciencias Sociales - Especialista en Salud Pública - Psiquiatra - Médico Cirujano

 alcalaafanadorp@gmail.com      @alcalaafanadorp

Visite el perfil de Pedro Alcalá Afanador para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: