El daño que provoca el idealismo objetivo en las decisiones políticas

Desde el punto de vista del materialismo filosófico, el problema fundamental de la filosofía es definir la relación entre la materia y el espíritu, es decir aclarar la correspondencia entre la vida material y la vida espiritual, en general definir la dependencia entre el Ser y el Pensar.

En el materialismo, esa conexión es de determinación, el ser determina al pensar o, el pensar determina al ser.

El ser es la materialidad del tiempo, el espacio, la energía, el infinito, la materia física, la orgánica y el movimiento en sus infinitas formas.

El pensar, como forma especial del movimiento, aparece con el ser humano; producto de la evolución de las especies. Su materialidad se confirmó en la relación recíproca de mano y cerebro durante la fase creadora del ser humano en su relación con la naturaleza.

Proceso de millones de años que llevaron a esta especie homínida a separarse de los primates: monos, gorilas, micos, orangutanes y chimpancés, que continuaron dependiendo de las alturas de los árboles.

El hombre a pie comenzó a usar instrumentos, palos, piedras y bejucos así como los encontraba, con las experiencias mejoró tales herramientas, hasta que dio el salto histórico de producirlas. Ese fue el camino de la tecnología desde sus orígenes hasta nuestros días.

En ese proceso de relaciones grupales iniciales. junto al perfeccionamiento de la mano se fie desarrollando el lenguaje articulado y el perfeccionamiento de la estructura cerebral. De lo sensible a lo racional y su retorno en ideas y actos.

Este proceso gnoseológico dependió desde el principio, de la práctica existencial; y así se desarrolló la humanidad en una lucha practica constante contra la naturaleza, desde el uso, producción y perfeccionamiento de los instrumentos con los que mejoraba el entorno y lograba mantener su existencia.

El hombre se creó así mismo, en un proceso emocional, cognitivo y volitivo.

Dejando a un lado la historia primaria humana y la conjunción de experiencias, ideas y herramientas para vivir y mantener la especie, es importante ahora volver al tema de porqué el idealismo filosófico objetivo jode en las decisiones políticas.

La cuestión es que cuando el ser humano se dio cuenta que la producción de ideas, desempeñaba un papel determinante en la conducción de la vida social, política, cultural y científica de las sociedades; fue privilegiando ese proceso hasta convertirlo en patrimonio de las clases dominantes de las sociedades emergentes,

Esta apropiación del saber se mitificó, tanto el proceso cognitivo, como su producción y aplicación. Quedando reservado su uso para las élites dominadoras. El saber se escondió entre supersticiones, totemismo, animismo primitivo, religiones, brujerías y mentiras.

En un sentido general filosófico, el saber se mitificó como espíritu universal, con vida propia y que crea la historia, en el idealismo objetivo de Platón a Hegel y Fukuyama.

Cuando la historia llega a su fin, es porque el espíritu universal la domina y produce su ciclo de recomienzos.

Pensar así en política, es menospreciar el carácter práctico de esta función social, de allí que invocar que baje el espíritu universal de Chávez, o esperar que se materialice la guía moral de Chávez sin mover un dedo político de práctica revolucionaria, nos convierte en habladores escandalosos, en comunistas burocráticos e izquierdistas de papel y lápiz o anarquistas de redes sociales y twiteros.

Ya Dorta, está presentando como alternativa de doble poder la Junta Patriótica de Salvación y como organismo político integrador; pero, los que están contra el sistema, ¡que dicen, hombre!

La práctica revolucionaria afina las ideas y las regenera, no a la inversa. Es decir, el Ser determina el Pensar. Ser revolucionario en teoría, es ser un comediante presuntuoso. Esos ya están en bancarrota.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 996 veces.



Memo Fernández


Visite el perfil de Memo Fernández para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: