La masa por instinto enfrentó emigrando por millones al mal gobierno del madurismo traidor. Salió de un país capitalista que la atormentaba, que la privó de razones sagradas por las cuales luchar, la despojó del sentido de la vida, emigró hacia otros países iguales capitalistas. Aquí afuera los padecimientos continuaron, y empeoraron. El capitalismo que es una peste mundial se las arregla para martirizar a los humanos, esa es su naturaleza.
Tristes son las noticias de la emigración, nosotros que lo vivimos, lo sentimos, damos fe de lo difícil que es ser extranjero. En situación normal la nostalgia se transforma en una patología, las circunstancias empeoran cuando el emigrante se ve precedido por una pésima imagen, un desprestigio del país de origen, un descrédito total del gobierno que forzó la emigración.
Sin embargo, se supera cualquier límite, cuando la masa irredenta, es transformada en rehén, en pieza de negociación de los gobiernos capitalistas. El imperio gringo arrodilla al madurato, lo chantajea y lo obliga a aceptar a los deportados. El madurismo, como buen simulador, los recibe con bombos y platillos, diosdado los agasaja, gritan los voceros oficiales: “operación vuelta a la Patria”, “aquí si los queremos.” Solo pasaron pocos días para que la calidad moral de ambos gobiernos se revelara.
Los gringos toman una medida política, suspenden la licencia a una compañía petrolera, inmediatamente el madurato responde ¿Con otra medida política, económica? No, responde con una medida anti humana, dice que no recibe más a los compatriotas deportados. Lo que ayer era “la operación vuelta a la Patria”, en días transformó a los emigrantes en parias, en verdaderos desterrados. Luego llegan a nuevos pactos y la mercancía humana puede regresar, activan de nuevo los bombos y platillos, los discursos de la hipocresía.
Esa es la verdadera naturaleza del capitalismo, el humano es una mercancía, una mercancía de negociación. Dentro del capitalismo no se puede esperar otro comportamiento, a lo sumo un poco más de maquillaje, un paliativo, nunca una solución.
Toda lucha dentro del capitalismo, sin cuestionar al sistema, en definitiva lo reconoce, lo afianza. Toda evasión es inútil, la emigración es un espejismo, el capitalismo es triturador del humano, aquí y en cualquier parte del planeta, de la galaxia. La Solución es salir del capitalismo. Así pasa con las luchas meramente reivindicativas, por salario, por mejores condiciones de trabajo, por reducción de los horarios. Todas sin la meta estratégica, la sustitución del capitalismo por el Socialismo, son luchas capturadas por el capitalismo, lo alimentan.
Chávez, nos señaló el camino de la redención del humano: ¡se debe cambiar al sistema! Con Chávez se inició esa sustitución, la gente recuperó la autoestima, el orgullo de pertenecer a la sociedad, a la humanidad; conoció el poder de la unidad, la solidaridad. El mundo entero recuperó la esperanza, otra manera de vivir, de organizar a la sociedad diferente al capitalismo era posible, no todo estaba perdido. La voz de Venezuela, la voz de Chávez retumbaba en los foros internacionales, había respeto por el gentilicio.
Venezuela se nos pierde, el madurato la hunde, es la respuesta del capitalismo al intento Socialista de Chávez, ese es el precio, el castigo por la osadía de mostrar al mundo que otra manera de vivir es posible.
Es necesario salir del madurato, que emigre él, que emigre el capitalismo. La solución es volver a Chávez, al camino del Socialismo, y hacerlo ya mientras aún exista Patria.
¡CHÁVEZ ES PATRIA!
