1. La alienación en Marx, Engels y la tradición crítica
La alienación, tal como la definieron Marx y Engels, surge de una separación del ser humano de su esencia objetiva, materializada en la explotación económica. En los Manuscritos económicos y filosóficos (1844), Marx describe cómo el trabajador se aliena de su trabajo, del producto de su labor y de sí mismo bajo el capitalismo. El producto se convierte en un "objeto ajeno", y el acto mismo de vender la fuerza de trabajo consolida esta relación de enajenación. Para Engels, esta dinámica no solo afecta al proletariado, sino que permea a todas las clases: mientras los propietarios ven la alienación como confirmación de su poder (apropiándose del trabajo ajeno), los trabajadores la experimentan como aniquilación de su humanidad, reducidos a engranajes de un sistema que los despoja de autonomía y creatividad. György Lukács, en Historia y conciencia de clase (1923), profundiza esta idea con el concepto de cosificación (Verdinglichung): bajo el capitalismo, las relaciones humanas se transforman en relaciones entre objetos. La tecnología y la burocracia modernas, por ejemplo, convierten a las personas en "datos" o "recursos", desdibujando su carácter social y histórico. Lukács señala que este fenómeno no solo aliena al proletariado, sino que también corrompe el pensamiento burgués, incapaz de percibir la sociedad como un proceso dialéctico vivo.
2. Capitalismo cibernético: fetichismo, manipulación y alienación
Del fetichismo de la mercancía al fetichismo digital
Isaac Rubin, en Ensayos sobre la teoría marxista del valor (1928), vincula la alienación con el fetichismo de la mercancía de Marx. En el siglo XXI, este fetichismo muta: no solo se veneran bienes materiales, sino también métricas digitales (likes, seguidores) y tecnologías. Plataformas como Instagram o TikTok convierten la identidad en un producto, donde el valor humano se mide por su capacidad de generar engagement. Como señala Rubin, esto no es una mera "ilusión", sino una estructura social que oculta relaciones de explotación (ej.: la monetización de datos personales por empresas tecnológicas).
Manipulación y proletarización en la era digital
La fuente «Capitalismo terminal» subraya cómo la era cibernética somete al individuo a una manipulación sistémica: algoritmos dictan qué consumir, cómo
trabajar e incluso qué pensar. En el trabajo, plataformas como Uber o Amazon Mechanical Turk reducen al empleado a un ejecutor de tareas fragmentadas, sin control sobre su labor (alienación en el sentido marxista clásico). En el consumo, la publicidad personalizada y las redes sociales fomentan una democracia de consumidores ilusoria: aunque todos pueden "elegir", las opciones están previamente filtradas por intereses corporativos. Esta dinámica, como apunta Lukács, refleja una oposición insuperable entre individuo y sistema, donde la autonomía se diluye.
3. Reificación y pérdida de agencia en la tecnología
La cosificación descrita por Lukács adquiere nuevas formas en el capitalismo digital:
● Trabajo precario: Los algoritmos gestionan salarios y desempeños (ej.: repartidores controlados por apps), transformando relaciones laborales en transacciones impersonales.
● Socialización virtual: Las interacciones en redes sociales se reducen a intercambios de contenido estandarizado, donde la empatía se reemplaza por emojis y la crítica por cancelaciones masivas.
● Inteligencia Artificial: Sistemas como ChatGPT o los algoritmos de recomendación simulan comprensión humana, pero su lógica responde a patrones de mercado, no a necesidades sociales.
Como advierte Erich Fromm en El miedo a la libertad (1941), esta manipulación tecnológica genera una sensación de estar "aparte", donde el individuo pierde su rol activo en la sociedad y se conforma con ser un espectador ajustado al sistema.
4. Conciencia de clase y resistencia en la era de la alienación digital
Para Lukács, la conciencia de clase proletaria es antagónica a la alienación: implica revelar la esencia explotadora del capitalismo y unir teoría y praxis. En el siglo XXI, esto se traduce en resistir la cosificación tecnológica mediante:
● Crítica al fetichismo digital: Denunciar cómo las plataformas convierten la vida en mercancía (ej.: huelgas de repartidores por derechos laborales). ● Luchas por la privacidad: Movimientos como el Surveillance Capitalism Resistance exigen transparencia en el uso de datos.
● Economías alternativas: Cooperativas digitales o proyectos de software libre que priorizan el bien común sobre la ganancia.
Sin embargo, como señala «Capitalismo terminal», la alienación hoy es más compleja: no hay una clase proletaria homogénea, sino una proletarización difusa (trabajadores precarios, usuarios explotados como "productos"), lo que exige nuevas formas de organización colectiva.
5. ¿Hacia una reconciliación posible?
La solución no radica en rechazar la tecnología, sino en subordinarla a fines humanos:
● Reapropiación crítica: Usar herramientas digitales para fomentar diálogos auténticos (ej.: comunidades online autogestionadas).
● Regulación con perspectiva de clase: Limitar el poder corporativo (ej.: leyes antimonopolio en Silicon Valley).
● Educación dialéctica: Enseñar a desnaturalizar las "leyes" del mercado y la tecnología, como proponía Lukács.
La alienación en el siglo XXI es tanto una herencia del capitalismo industrial como un producto de su evolución cibernética. Las teorías de Marx, Lukács y Fromm siguen vigentes, pero requieren adaptarse a un mundo donde la explotación se esconde detrás de pantallas y algoritmos. Como escribió Marx, "el trabajador solo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí". Hoy, esa sensación se extiende más allá de la fábrica: habitamos un sistema que nos aliena incluso en el ocio y la conexión digital. La tarea urgente es desmontar el fetichismo tecnológico para recuperar una praxis verdaderamente humana.
Referencias
● Marx, K. (1844). Manuscritos económicos y filosóficos.
● Lukács, G. (1923). Historia y conciencia de clase.
● Rubin, I. (1928). Ensayos sobre la teoría marxista del valor.
● Fromm, E. (1941). El miedo a la libertad.
● «Capitalismo terminal» (2023). Análisis crítico de la era cibernética. ● Datos: OIT, informes sobre economía gig (2023).