El libro de cabecera del Papa era la Biblia no El Capital

Algunas personas de izquierda tratan al Papá como si hubiera sido un socialista o algo parecido. En este sentido quiero hacer el planteamiento que él seguía la doctrina de la iglesia, que tenía como libro de cabecera a la Biblia o la vida de Francisco de Asís y no el Manifiesto Comunista.

Esta idea que el Papa podía ser socialista, y lo llamaban el Papa Rojo, ayudó más a la Iglesia que a los revolucionarios, en tanto que permitió darle un leve barniz durante su papado a la Iglesia, como luchadores por los pobres y no lo que siempre ha sido defensora del status quo. Del régimen de gobierno imperante.

El Papá fue una persona que trato de rescatar la tradición cristiana teórica, no la práctica, de promover la paz, la justicia social y la dignidad humana, principios que también se encuentran en las luchas revolucionarias. En Venezuela se habla mucho en los discursos políticos de paz, una coincidencia con el pensamiento del Papa.

Sin embargo, es esencial recordar que la inspiración de Francisco proviene de fuentes arraigadas en escritos de la Iglesia y por lo tanto de su fe, donde se refieren las enseñanzas bíblicas y la vida de santos como Francisco de Asís, abrazando él la compasión, la misericordia y el servicio a los más vulnerables. Su doctrina no se basaba en ninguna ideología política marxista, sino en los valores del amor al prójimo y la caridad. Su mérito consiste en que todos los religiosos leen lo mismo y se forman en esa doctrina pero él es de los pocos que lo hizo conducta en su vida.

Mientras que el socialismo se enfoca en la lucha por la igualdad, la liberación de toda forma de opresión incluyendo la opresión mental que generan las religiones, la propiedad colectiva y la distribución equitativa de recursos, la enseñanza cristiana promueve la generosidad individual y la responsabilidad personal hacia los demás. Mientras la religión se acerca a los desposeídos con misericordia, los revolucionarios se acercan a ellos para luchar por sus derechos y hacerlos ciudadanos.

La Biblia, en sus narraciones y parábolas, llama a los fieles a cuidar de los pobres y marginados, pero lo hace desde un espíritu de entrega y no necesariamente desde un marco político. La vida de Francisco de Asís, que vivió en pobreza y dedicó su vida a servir a los necesitados, sirve como un modelo a seguir para aquellos que buscan vivir una fe activa y comprometida.

Por lo tanto, es justo afirmar que, aunque el Papá aboga por la justicia social, lo hace desde una perspectiva cristiana y no desde una alineación con ideologías políticas contemporáneas. Su misión está guiada por la fe y la devoción, buscando siempre un camino que refleje los valores del Evangelio y la tradición de la Iglesia. Los revolucionarios están guiados por la acción revolucionaria, la ciencia, la praxis.

Los revolucionarios se guían por el sermón del proletariado y de los trabajadores que es el Manifiesto Comunista, Proletarios del Mundo Uníos, el Papa se guiaba, no podemos decir la Iglesia, se guiaba por el Sermón de la Montaña.

Sentíamos cerca al Papa Francisco porque El Che lo dijo muy claramente, "Si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros."



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Oscar Rodríguez E


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