Antes y después del 2D: I Parte

¿Es que acaso en Venezuela existen
4 millones de oligarcas...?”

Pregunta hecha por Fidel Castro al Presidente Chávez

Introducción:

En los últimos 8 años las fuerzas de la revolución habíamos logrado ganar todas las consultas públicas, es decir, logramos que la mayoría del Pueblo, de manera consciente o semiinconsciente entendiera que la propuesta de los revolucionarios podía mejorar sustantivamente su vida. Sin embargo, a pesar del optimismo político y la confianza de todos en que el liderazgo del Presidente bastaba para derrotar a la reacción, en esta oportunidad, no se logró el objetivo. La derecha y los reformistas obtuvieron apenas 200 mil votos más que su votación histórica. En cambio, las fuerzas Bolivarianas obtuvimos 3 millones menos de votos. Sin duda alguna, la no participación de buena parte de los bolivarianos fue el causante directo de nuestra derrota.

Sin embargo, pretender pasar la página sintetizando todo el aprendizaje, en que fue una victoria pírrica, es un acto de soberbia que destierra la autocrítica, reafirma los errores cometidos y, en definitiva, aleja cada vez más, al presidente y su Gobierno del Pueblo.

Hemos sido derrotados por los fascistas y es de vital importancia para fortalecernos e impedir el avance de las fuerzas pro imperialista, realizar un profundo análisis (revisión) de los factores que nos llevaron a este punto. Aclaramos que la autocrítica se realiza por la izquierda, no por la derecha.

1.- Conciencia vs. Fé

Como hemos dicho antes, el referéndum consultivo buscaba la aprobación o desaprobación popular de la propuesta de reforma constitucional elaborada por el Compañero Presidente y agrandada por la Asamblea Nacional. No obstante, el discurso predominante del Gobierno, encabezado por el Presidente, se sintetizó en decir que este referéndum se trataba de votar a favor de Chávez o en contra de Chávez. Es decir, resultaba irrelevante el estudio y los debates sobre cada uno de los artículos pues al final, estabas con Chávez o estabas en su contra. Sin embargo, no se trataba de votar en contra de Chávez o a favor de este. Se trataba de votar por la construcción de Socialismo o la permanencia del Capitalismo. En otras palabras, se subestimó los saltos de conciencia que el Pueblo ha dado en estos últimos 9 años. Además, se constató que el liderazgo del Presidente tiene techo, si no cuenta con la conciencia del Pueblo.

Otro hecho que comprueba esta subestimación de la conciencia del Pueblo fue la votación por bloques en vez de la votación artículo por artículo. De haberlo hecho de esta última manera, se hubiese obligado al electorado a leer y discutir cada uno de los artículos para decidir si estaba de acuerdo o en desacuerdo y por qué razones. Tal vez se hubiesen perdido uno que otro artículo pero estaríamos con una fracción mayoritaria aprobada y con un Pueblo consciente del contenido de la reforma.

Mientras tanto el discurso de la oposición fue “Necesitamos más tiempo para debatir”, “Así No”. Es decir la bandera del debate y del voto consiente se la dejamos a la reacción y estos la supieron utilizar. Por más Chavistas que pueda ser buena parte del electorado, estos 9 años no han pasado en vano. Así como la oposición subestimo el grado de conciencia del Pueblo el 11 y 12 de abril del 2002, esta vez nosotros subestimamos el grado de conciencia del Pueblo.

Debemos siempre recordar que la derecha hace política prescindiendo de la conciencia del Pueblo. En cambio, los revolucionarios entendemos la conciencia del Pueblo, como las condición (subjetiva) más importante en las revoluciones. Y es que, precisamente, los puntos de no retorno en la revoluciones están dados por los saltos de conciencia del Pueblo.

Por otra parte, desde el principio asumimos que las elecciones se ganaban, sucediera lo que sucediera. Nuestro debate se limitaba al porcentaje de diferencia que resultaría entre nosotros y la oposición. Esto demuestra algo muy peligroso, aislamiento entre la dirección y las bases de la revolución. Cualquier revés que tengamos es superable si somos suficientemente autocríticos, si actuamos con humildad, si entendemos que el Pueblo expresó un nivel de desarrollo de su conciencia y un nivel de confianza en la propuesta; si entendemos que la culpa no es del Pueblo o de terceros ajenos a la revolución sino de los propios revolucionarios que no supimos hacer lo necesario para ganarnos conscientemente a la mayoría del Pueblo.

Esta derrota nos demostró que somos vulnerables sino contamos con la conciencia de la mayoría del Pueblo, si no lo escuchamos, si no nos criticamos y corregimos.

2.- Revolución desde el Estado

La revolución Bolivariana ha querido realizar la revolución desde el Estado, manteniendo al pueblo como expectador y receptor de los buenos oficios de los ministros, gobernadores y alcaldes. El caso más evidente de esta concepción se expresó en la campaña por la reforma constitucional. Pretendimos que las gobernaciones, alcaldías y sus funcionarios encabezaran la campaña electoral y facilitaran el triunfo sin darnos cuenta que de aprobarse la reforma, muchos de ellos dejarían de existir o en el peor de los casos, perderían poder.

La burocracia se expresó como una cuasi clase política. Esto ocurre porque la administración pública venezolana maneja cantidades de dinero espectaculares y la corrupción se ha transformado en una forma de apropiación mafiosa del capital. La burocracia que se beneficia del 10% de comisiones, de los regalos, etc, no iba a “escupir para arriba”.

Por esto es que no nos cansamos de repetir que el Pueblo debe pasar a asumir las labores del estado, la gestión pública, teniendo el poder real para transformar los procedimientos administrativos. Allí comenzará a nacer el Poder Popular.

3.- Ausencia de crítica y depuración en la revolución

Durante largo tiempo el Pueblo ha venido apoyando a la revolución mayoritariamente porque entiende, de manera consciente o semiinconsciente que el compañero Chávez y la Revolución mejorarán su vida y la de la nación en el mediano y largo plazo. Sin embargo, esta certeza se ha venido debilitando, al menos en cuanto al papel del Gobierno como un todo, debido a la cantidad de promesas incumplidas, el descaro de funcionarios corruptos que, en nombre del presidente, maltratan, chantajean, incumplen, desatienden y amenazan a los ciudadanos. También ha mermado la fuerza e intensidad con la que el Pueblo apoya a la revolución por las defensas automáticas que realiza el compañero Presidente Chávez a funcionarios descompuestos que él ha colocado en puestos importantes. Hablamos de ministros, Viceministros, diputados, Gobernadores, que al recibir críticas del Pueblo, responden persiguiendo, amenazando, despidiendo y en el mejor de los casos ignorando. Esto resulta peor cuando el Presidente sale en defensa de estos y cercena la crítica.

Una revolución sin crítica está muerta porque la vida de la revolución está en los saltos cualitativos, en el movimiento permanente que surge de las acciones, reacciones y reflexiones que realiza el Pueblo. Y a esta revolución le hace falta mucha autocrítica (honesta y sana, por supuesto), sin que medie el poder constituido en su censura. Esto incluye los medios de comunicación del Estado que buena parte de ellos se han transformado en propagandistas de la revolución y censuradores de las críticas.

4.- Falta de organización

Uno de los problemas que afectó el desarrollo de la campaña fue la ausencia o retraso de propaganda, que estaba a cargo de la comisión técnica del comando Zamora. Posiblemente por ineficiencia, por subestimar la conciencia del Pueblo, por creer que bastaba con el liderazgo del Presidente, entre otros, no salió la propaganda a tiempo y en la cantidad requerida. Lo cierto es que las labores de propaganda de todo el partido estuvieron mediadas por un pequeño grupo de personas que no respondió en la manera y en los tiempos que debía, cuando debió haber descansado en todo el partido. Lamentablemente aún el partido está por nacer y no hemos identificado los cuadros políticos más probos, preparados y responsables para que asuman las tareas fundamentales del partido.

El PSUV o partido de la revolución es una necesidad innegable. Que este sea una organización de masa no está en cuestionamiento. Pero solo como movimiento de masa o “multitud” no basta para profundizar la revolución. Son los cuadros políticos[1] los que asumen las tareas de vanguardia, y los cuadros no se forman por decreto o viajando 2 meses a la hermana república de Cuba. Los cuadros son el resultado de años de trabajo militante, debates, experiencias y sobre todo, trabajo orgánico. Por tanto, el PSUV como partido de masas debe sostenerse sobre una estructura de cuadros que garantice su organicidad, su capacidad operativa, su maduración y el control democrático y centralizado de la Revolución. La construcción de este partido nos tomará tiempo pues aún la mayoría del Pueblo no sabe identificar cuales son las contradicciones secundarias y cual la principal, redundando en peleas intestinas, personalismos, sectarismos y dogmatismos. EL PSUV no estuvo en capacidad de fomentar un debate profundo en el Pueblo porque no había estudiado la reforma. La experiencia nos dice que para que los cuadros defiendan políticas, deben entenderlas a cabalidad y casarse con estas.

También hay que agregar que, al margen del arsenal de críticas que, con razón, el Pueblo le hizo al MVR, este cumplía un papel movilizador y logístico, especialmente en las campañas electorales. Esa capacidad no la tuvo el PSUV, aún en nacimiento.

5.- Ineficiencia en la gestión Pública

Bien explicaba el presidente en su primer Aló Presidente de este año, que la revolución no puede ser incapaz de resolver los problemas concretos del Pueblo. La mala gestión pública que han tenido la mayoría de los funcionarios de dirección del Gobierno la cobró el Pueblo el 2D. ¿Cómo convencer al Pueblo de un futuro Socialista sino somos capaces de producir la leche cruda en el país que necesitan nuestras plantas lácteas?, ¿Cómo convencer al Pueblo de la solidaridad internacional sino somos capaces de resolver el problema de la basura?, ¿Cómo hacerle creer al Pueblo el ALBA sino hemos sido capaces de desarrollar la industria nacional manufacturera?, etc. Muchos dirán “un cuadro político debe ser fiel a la revolución”. Esta afirmación es cierta pero, como dijo Albert Einstein, “La revolución la hace una minoría consciente y una mayoría semiinconsciente de que esta le mejorará su condiciones de vida”. El problema es que la mayoría semiinconsciente padece aún de problemas concretos que hace mucho tiempo debieron haber desaparecido, pero producto de la ineficiencia de la gestión pública, aún persisten.

6.- Unificación de la oposición y cambio de táctica

A diferencia de otras oportunidades, esta vez la oposición salió al ruedo electoral unificada, con actores difíciles de cuestionar (estudiantes), y con banderas que siempre hemos tomado los revolucionarios pero esta vez se las dejamos a ellos. La consecuencia de esta unidad se expresa en el nivel de disciplina que han adquirido sus fuerzas y en el aumento de la votación que tuvieron.

También debemos señalar el evidente cambio de táctica que han hecho. Mientras antes tenían un discurso desde los intereses de la burguesía y para la clase media alta, ahora tienen un discurso desde los problemas concretos del Pueblo, abordando la eficiencia de la gestión gubernamental. Tan bien les ha resultado este cambio que por fin lograron penetrar de manera importante los barrios de las grandes ciudades con movimientos como “Las Redes Populares”. En general no hablan de hordas chavistas ni de castro comunismo sino del desempleo, de la inseguridad, del desabastecimiento, en fin, de los problemas concretos del Pueblo.

7.- “Libertad” de prensa

Los medios de comunicación han seguido violando todas la normativas legales y éticas por las que se deben regir. En nombre de la libertad de prensa y aprovechándose de las concesiones ideológicas que se hacen desde los ministerios e instituciones del estado, han logrado chantajear al Gobierno para que este no tome medidas en contra de la brutal campaña de manipulación, mentira, terror, angustia y sufrimiento que lanzan sobre nuestro Pueblo.

Se permitió, desde el estado y desde los sectores revolucionarios, la total impunidad de los medios de comunicación reaccionarios. Esta ingenuidad o incompetencia de nuestra parte contribuyó a nuestra derrota. Jamás se debe subestimar el enemigo.

6.- Contradicciones y Saboteos internos
Otro de los Factores a considerar es la energía que se pierde en las peleas internas generadas por las contradicciones de intereses que se expresan en la política, la economía y la ideología, a lo interno de la revolución y en el ejercicio de Gobierno. Muchas veces incluso, las diferencias internas surgen al detectar prácticas que consiente o inconscientemente sabotean la gestión de la revolución y particularmente de la campaña electoral del 2D.
No podemos decretar la unidad, pues esta se construye en base a la confianza, a la madures política, pero sobre todo, a los intereses que defendemos. El Gobierno aún defiende intereses antagónicos desde diferentes instancias del Estado, generando contradicciones a nivel de las parroquias, municipios, estados, ministerios, instituciones, PSUV, entre otros. Solo el Programa para el transito al socialismo y el debate de las bases logrará superar estas contradicciones.

8.- El factor comparación y la conciencia

Durante muchos años, el factor comparación a lo interno de las sociedades, ha sido usado por el capitalismo para tentar sistemáticamente al individuo a aspirar más de lo que tiene, como resultado de una permanente comparación que fomenta entre las condiciones materiales de los seres humanos. Es así como el ser humano, permanentemente está evaluando como está él con respecto a los otros que lo rodean. Por esta razón, es más común detectar lo que nos está faltando que valorar lo que hemos obtenido.

Si una revolución persigue como fin satisfacer todas las querencias de los individuos de una sociedad, está condenada a fracasar pues cada paso que dé hacia ese horizonte, el horizonte se moverá uno o varios pasos más lejos. Es así como fácil se puede concluir que la única forma de alcanzar el horizonte de satisfacción es que los miembros de una sociedad eleven la conciencia hasta un punto donde comprendan que solo deben aspirar lo que realmente ellos necesitan para vivir.

En otras palabras, si el Gobierno bolivariano pretende mantener satisfechos a sus seguidores solo con problemas resueltos, está condenado a ser criticado siempre pues el horizonte se moverá continuamente de manera desgastante, en una carrera que termina recorriendo el circuito trazado por el mercado mundial y la sociedad de consumo. Por esto se plantea que es vital, para consolidar la revolución, desarrollar la conciencia sobre el consumo necesario y los estilos de vida sustentables.

Pero las ciencias sociales nos dicen que nadie hace consciente un problema que no le ha tocado resolver, o dicho en otras palabras, todo conocimiento es la respuesta a una pregunta. De aquí que los saltos de conciencia del Pueblo solo se darán si este comienza a asumir, con poder real, la resolución desde la resolución de los sus problemas concretos hasta la gestión del presupuesto de la nación. Entonces resultará que el Poder Popular no será un fin en sí mismo sino un medio alcanzar mayores niveles de conciencia y hacer irreversible el proceso.

9.- Situación económica

A pesar de vivir una bonanza económica producto de los altos precios del petróleo, la inflación y la escases de algunos rubros prioritarios (leche, azúcar, huevo, papel higiénico, entre otros) han golpeado a las familias Venezolanas. A nuestro entender, el fondo del Problema radica en la ausencia de un programa económico para el transito al socialismo. Es decir, no se trata de socializar la renta petrolera y a “realazos” satisfacer las necesidades del Pueblo Venezolano.

El socialismo es para repartir equitativamente la abundancia generada por la sociedad. Sin embargo, Venezuela produce muy poco de lo que consume, por lo que podemos decir que no hay abundancia. Lo que existe es una gran entrada de dinero que nos crea la falsa ilusión de que somos ricos. Se debe recordar que la riqueza de una nación está determinada por el trabajo y los productos que esta genera. Tan solo unos 50 mil trabajadores del país generan el 91% del total de los ingresos del país por exportaciones. Esto debe indicarnos que algo anda mal.

Efectivamente, la mayoría de los trabajadores nos encontramos en la burocracia del Estado y en el comercio (formal e informal) y solo una pequeña parte se encuentra en el mundo del trabajo productivo.

Luego, producto de la ideología capitalista que aún domina buena parte del Estado, pretendemos alcanzar el socialismo aumentando el salario de los venezolanos (Cosa que no está mal), sin que el aparato productivo público y privado del país tenga la capacidad de generar los productos que el Pueblo demanda. Sucede que esta inmensa cantidad de dinero soltada a la economía venezolana en forma de becas, salarios, beneficios contractuales u obras públicas no haya en que gastarse (realizarse), fomentando el consumismo y reproduciendo así metabólicamente el capital. Si antes vivíamos con 3 camisas al año, ahora compramos 10 porque tenemos dinero para hacerlo y la TV nos dice que así se vive mejor. Esto pasa con los carros, los celulares, los apartamentos, etc. En fin, el comercio y la ideología capitalista son los únicos beneficiados.

Este exceso de dinero en la economía venezolana o liquidez, genera aumento de precios por las leyes del mercado de oferta y demanda (porque aún estamos en un mercado capitalista no controlado).

La demanda insatisfecha busca cubrirse con las importaciones pero se encuentra con otra novedad. CADIVI, ente que se encarga de entregar los dólares a los solicitantes, ha aumentado los tiempos de respuesta de 7 a 120 días y hasta más. Lógicamente el capital busca la forma de conseguir dólares para adquirir productos en el extranjero que el pueblo venezolano furiosamente ha salido a comprar. Consecuencia, el dólar paralelo subió hasta 5,50 BsF por dólar cuando el oficial está el 2,15 BsF por dólar. Luego al comprar un nuevo TV, o un teléfono pagamos el producto a un dólar a 5,5 BsF y no a 2,15BsF. Es decir, se dispara la inflación.

La principal tarea en el plano económico de una revolución en un país como el nuestro es desarrollar las fuerzas productivas, preferiblemente bajo propiedad social. En segundo lugar controlar los eslabones fundamentales de las cadenas productivas para establecer un control real sobre el mercado. Y en tercer lugar, incorporar al Pueblo organizado en las labores de planificación y gestión de la economía, reparto de excedentes, canales de distribución y comercialización de los productos generados, cálculos de costos de producción y control de precios a los largo de toda la cadena.

10.- Errática política con la clase media

La clase media estudió y se preparó para trabajar en una transnacional, vacacionar en Miami y ser rico. De pronto, aparece un presidente que se pelea con las transnacionales, enfrenta a EEUU y califica de gusanos a parte de los residentes de Miami y dice que ser rico es malo. Obviamente esta clase media piensa que se le acabó su futuro y es por esto que es tan fácilmente manipulable por el Capital.

No queremos decir que no se debieron haber hecho estas afirmaciones y abierto estos frentes de batalla. Lo que queremos señalar es que se le den abrir nuevas expectativas de vida a la clase media, a los profesionales, a los estudiantes. No se puede resolver el problemas calificándolos de disociados (que sin duda lo son) o “hijos de papi y mami”. El asunto es demostrarles que la Revolución está desarrollando políticas en donde ellos se pueden incluir y realizarse como profesionales. Por ejemplo, con los estudiantes universitarios se pueden realizar visitas guiadas a las empresas del estado o incorporarlos a los espacios técnicos de los planes de desarrollo de la nación. Esto permitirá sustituir las expectativas de vida que la universidad venezolana ha sembrado en el cerebro de los profesionales, sin los cuales, por cierto, será imposible desarrollar las fuerzas productivas.

La revolución no la hacen solo los socialistas y comunistas, sino todas las fuerzas sociales que están de acuerdo con cambiar el orden existente y se sienten oprimidas. Lo que si debe estar en manos de los socialistas y comunistas es la dirección del proceso.

A modo de Conclusión

Esta derrota ha redundado en revisión de los revolucionarios sobre el trecho andado. No obstante, la política es razón y fuerza. Si no somos capaces de cambiar la correlación de fuerzas en el Estado, si los socialistas y comunistas no logramos unirnos y realizar propuestas concretas para el transito al socialismo, el Presidente seguirá luchando prácticamente solo contra el capitalismo. Igualmente, si el presidente no se abre plenamente a la crítica del Pueblo y obliga a sus funcionarios a hacer lo mismo sin posteriores persecuciones, aumentará el aislamiento entre la dirección del Gobierno y el Pueblo, con la inevitable perdida de la revolución.

No basta revisar, deben realizarse rectificaciones hacia la izquierda, caiga quien caiga, para lo cual, el PSUV es el arma más poderosa que tendrá la revolución para su salud, si logramos que este sea democrático, popular y verdaderamente revolucionario.

Luego, el reimpulso lo dará el Pueblo sólo al ver que se ha retomado la senda correcta y se le resuelven sus problemas concretos.

*Asamblea de Socialistas

[1] Se entiende por cuadros políticos a las y los compañeros honestos con alto nivel de formación política e ideológica, con experiencia práctica en las labores de la revolución y dispuestos a sacrificarlo todo en pro de ella, en otras palabras, profesionales de la revolución.

"...si usted es capaz de temblar de indignación cuando se comete una injusticia en cualquier parte del mundo, somos compañeros"

Ernesto Guevara de la Serna



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Sergio Sánchez*

Soñador, ingeniero, agricultor, músico y resiliente. Zurdo de corazón. Militante de las causas justas de la humanidad, crítico y autocrítico. Movimiento Por la Democracia.

 sergiocmb@gmail.com      @SSanchezVz

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