¿Estamos en presencia de otro fenómeno cíclico o de una crisis terminal, final, mundial...? ¿Vivimos un remake de la Gran Crisis cíclica de 1929, que condujo a la Segunda Guerra Mundial, o estamos presenciando la crisis final, global..., y el comienzo de una debacle planetaria, con nuevas guerras de rapiña e inéditas rebeliones populares contra el hambre y por la sobrevivencia de la especie humana?
Todos estos temas serán debatidos en la presentación del libro La crisis final del capitalismo (El hombre y la máquina), de Sergio Bacchi.
Asiste a esta presentación y debate: Jueves 26 de junio, 18:30 horas, Auditorio
del Piso 8 del edificio del Círculo de Periodistas de Santiago,
Amunátegui 31, Metro Moneda. ¡Ahh!... y habrá un generoso "vino de
honor" y café...
Presentación del libro "La Crisis Final del Capitalismo":
La debacle mundial incuba una rebelión
por la sobrevivencia de la especie humana
Por Ernesto Carmona
En la actual sociedad de mercado no hay cabida para
todos, afirma el pensador brasilero Sergio Bacchi –avecindado en
Chile–, en su libro La Crisis Final del Capitalismo (El Hombre y la
Máquina). El texto, que saca a la luz el trasfondo oculto de la actual
crisis sistémica global –que ya no sería cíclica sino terminal– se
presentará mañana jueves 26 de junio, a las 18:30 horas, en el
auditorio del piso 8 del Círculo de Periodistas de Santiago, Amunátegui
31.
El autor estima que la desinformación y la propaganda en favor del
capitalismo, más la ausencia de medios democráticos y plurales, impiden
un debate serio sobre las cuestiones más trascendentales que afectan al
hombre contemporáneo. Bacchi advierte que se incuba una rebelión
planetaria por la sobrevivencia de la especie humana, quizás una
explosión social mundial que sepultará a la sociedad de clases y dará
asidero a la consigna "¡socialismo o barbarie!".
Para el pensador brasilero todo esto ocurre
mientras el mundo está sometido a la maldad guerrera del imperio
estadounidense, cuyo jefe –George Bush– aceleró el cambio climático
global y dio luz verde a la destrucción física del planeta, en tanto la
injusticia, la opresión y la desigualdad alcanzan su máxima expresión
en todo el orbe. Bacchi afirma que no presenciamos una crisis más, sino
la última. El verdadero fin de la historia. ¿Y qué vendrá después de la
hecatombe? Simplemente, ¡socialismo o barbarie!
Harakiri del capitalismo
Bacchi expone cómo el capitalismo se está haciendo
una suerte de harakiri al incrementar sus ganancias mediante la
automatización y las máquinas computarizadas que cada vez desalojan más
trabajo humano, aumentan el desempleo y generan así mucho dolor en la
sociedad, pero también levantan un límite a la extracción de lucro de
la mano de obra, o sea, de la plusvalía, el valor que la clase
trabajadora agrega a la producción sin ninguna retribución.
Y en el análisis de Bacchi –al igual que en Carlos
Marx–, la extracción lucrativa de ese plusvalor es la esencia misma del
capitalismo. Y también su sostén, porque, entre otras razones, los
trabajadores compran y consumen los productos elaborados por esas
máquinas, a fin de reproducir su fuerza de trabajo, pero si están
desempleados se abstienen de comprar y consumir. Por lo tanto, la
economía de mercado funciona para una población cada vez más reducida.
Beneficia a una minoría que lucra, pero …no caben todos.
Y esto acaece por doquier, en todo el mundo, pero
principalmente en EEUU, donde el capital financiero y la especulación
le ganaron hace años la partida al capital industrial, como lo
demuestra el autor con cifras contundentes, de fuentes estadounidenses
irrefutables e "intachables" para el propio capitalismo, como la
Reserva Federal. Esto significa que en la economía globalizada ya no
predomina lo que se produce, la riqueza emanada de la producción
industrial, sino que se crea riqueza ficticia mediante la especulación
en las "burbujas financieras" y en las bolsas de valores del tipo Wall
Street.
Billetes de papel periódico
Pero también vaticina que la hegemonía del capital
financiero está al borde del colapso. La economía de EEUU funciona con
un déficit comercial multimillonario, apenas sostenido por China, la
India, Corea del Sur, Japón y otros países cuyas mercancías baratas,
elaboradas con mano de obra sub-pagada, se exportan cada vez más a
EEUU, donde eliminan fuentes de trabajo. Y esos países causantes y, a
la vez, sostenedores del déficit comercial estadounidense compran sus
bonos del Tesoro para postergar la caída de un sistema que también los
arrastraría cuesta abajo. Sin embargo, en esas naciones crece el temor
ante el inminente colapso del dólar, que está cayendo en picada
sostenida desde hace varios años y amenaza convertir las reservas de
los bancos centrales dolarizados –como el de Chile y muchos aíses del
mundo– en simples trocitos de papel sin valor y sin importancia.
Para demostrar el alcance mundial de esta crisis
terminal, Bacchi cita a numerosos estudiosos y cientistas sociales
contemporáneos. Por ejemplo, a Francisco de Oliveira y Lucio Kowarick,
quienes en 1975 explicaron la marginalidad –y por consiguiente, la
exclusión social– como "una forma peculiar de inserción de la población
desempleada en la división social del trabajo", pero en el 2006 Mike
Davis retrucó que "el 57% de los trabajadores de América Latina, el 40%
de Asia y el 90% de África están excluidos en la informalidad y
componen un vasto «proletariado informal»".
Para Davis y Bacchi, esa masa de desempleados
excluidos no puede tipificarse como lumpen "ni mucho menos llamarse
«ejército de reserva», pues ya no son reserva de nada y no hay un
sistema económico capaz de absorber esa magnitud de desempleados". En
resumen, y al contrario del discurso dogmático de la propaganda de los
grandes medios, la libertad de mercado del capitalismo no es sinónimo
de libertad personal, individual, ni de derecho a la vida y, además, se
muestra incapaz de resolver los problemas esenciales de los seres
humanos que forman parte de la sociedad contemporánea. Al contrario, su
respuesta es la muerte, como en Iraq y Afganistán, y ayer en Corea,
Vietnam y Somalia, para citar unos pocos casos de invasiones
estadounidenses a gran escala.
Fin del viejo truco de la guerra
La guerra y la acumulación incesante de armamentos
capaces de destruir varias veces el planeta, dejó de ser –además– el
salvavidas cíclico de la economía estadounidense, gobernada por el
llamado complejo militar industrial, que fabrica e innova de manera
permanente los artilugios bélicos que sustentan la superioridad militar
y tecnológica del imperio, sostiene Bacchi.
Bush recibió el gobierno hace 8 años con superávit
fiscal, pero en 2008 el presupuesto de EEUU exhibe un déficit de más de
400 mil millones de dólares. Y el gasto "keynesiano" en las guerras de
Iraq y Afganistán no dio el tiraje esperado a la chimenea de la
economía, como tampoco lo hizo la "burbuja inmobiliaria" que sustituyó
a la difunta "burbuja
punto.com".
Simplemente, los estadounidenses ya no tienen plata para salvar sus
casas, el consumo cae y más de 40 millones de ciudadanos pobres no
tienen ninguna protección de salud. Esta vez la crisis del capitalismo
está comenzando "en casa", con recesión e inflación.
El libro de Sergio Bacchi entrega herramientas para
estudiar, analizar y pensar el momento histórico que estamos viviendo.
El alerta es "¡socialismo o barbarie!", pero también se necesita
definir ¿cuál socialismo? Acaso, ¿el socialismo del siglo XXI? Pero eso
es un tema para más de otro libro.
¿Quién es Sergio Bacchi?
El autor reside en Chile por segunda vez en su
vida. Es un luchador nato, de ascendencia italiana, nacido en 1939 en
Santo André, Sao Paulo, Brasil. Sufrió un año de cárcel después del
golpe militar que en 1964 depuso al presidente Joao Goulart y se fue a
vivir como exiliado al Uruguay, donde consiguió una beca para estudiar
en Bulgaria. Allí se recibió como ingeniero en electrónica
especializado en construcción de computadores.
Trabajó en Chile hasta 1973, cuando lo aventó al
doble exilio otro golpe militar, el que le costó la vida a Salvador
Allende, cuyo centenario se conmemora precisamente el día en que Bacchi
presenta su libro. Tras el golpe chileno, vivió y trabajó en Cuba donde
hizo un curso de post grado en construcción de compiladores para
lenguajes de programación.
Regresó a Bulgaria para hacer un post grado en
lenguaje de programación, sistemas operativos y computadores. Trabajó
durante 6 años en Mozambique, África, y fue gerente de desarrollo de un
sistema operativo para control automático industrial en Sao Paulo,
donde vivió hasta 1997, año en que "retornó" a Santiago con su esposa
chilena, Selva Aida Lascano Edelstein, y sus dos hijas brasileras.
ernestocarmonaeditor@gmail.com