Tres medidas para el desarrollo del socialismo revolucionario y la unidad de la clase trabajadora

 La aciaga noche del 2 de diciembre de 2007 fue un terrible punto inflexión en el desarrollo del socialismo bolivariano que alimenta la lucha diaria del pueblo consciente y que encauza desde hace 10 años el presidente Chávez junto a una variopinta cohorte de nacionalistas, "recién" socialistas, ex comunistas (ya socialdemócratas) y liberales. En efecto, la derrota del 2-D vino a ser la conquista más importante del ala más derechista del chavismo y el impulso para todo tipo de ataques contra cualquier avance cualitativo del "proceso" bolivariano.

 Los verdugos rojos rojitos del 2-D cambiaron sus látigos y los convirtieron en lágrimas para impulsar el plan de "reconciliación nacional" y el ataque al socialismo revolucionario. De hecho las tres "R" (reimpulso, revisión y rectificación) lanzadas como consignas por el presidente Chávez están lejos de ser un llamado a la profundización de los procesos de cambio estructural y desarrollo del ejercicio del poder directo de la base, las "R" se han venido a fusionar en el retroceso y distorsión de los valores socialistas elementales.

 Hija de este festín de involuciones retóricas deviene la nueva política económica (NEP) bolivariana (una penosa usurpación a la NEP leninista) que consta de un paquete de iniciativas de ruego a la burguesía criolla para que "colaboren" al crecimiento de la producción, la inversión y el abastecimiento de productos que suelen esconder para hacer presión política y dinero fácil con la especulación.

 Medidas como flexibilización del control de cambios, créditos baratos, compras del estado, condonación de deudas, alianzas empresariales en empresas mixtas, eliminación de impuestos a las transacciones financieras, etc. Éste es un largo valle de concesiones que buscan la creación de condiciones estables para que "nuestra" burguesía y las transnacionales sientan confianza para invertir y, supuestamente, retribuirle a la sociedad el dinero que expolian a los trabajadores.

Tres medidas concretas para los trabajadores y el desarrollo socialista

 Las medidas propuestas son el fruto de asambleas y discusiones en el seno de los talleres de economía política que desarrollamos en la Universidad Bolivariana de Venezuela y en otros espacios de la comunidad. Estas proposiciones son un breve resumen práctico de medidas de instrumentación posible dentro de los marcos de la "(i)legalidad" burguesa que se presentan para MÁS PROFUNDA Y CRÍTICA DISCUSIÓN y se plantean como herramientas para la unidad de la lucha de la clase trabajadora contra el sistema, la derecha endógena, el imperialismo y contra quienes acaparan, especulan y juegan con el hambre del pueblo, es decir contra nuestra oligopólica burguesía.

 Es menester su activa participación (como individuo o colectivo) en el Foro Abierto del 8 de agosto en la UBV para debatir a fondo estas propuestas y elaborar un breve documento que sirva para avanzar en la instauración de políticas realmente socialistas y que nos lleven a reales y significativas victorias.

 El desarrollo de las medidas es tan breve como el texto, escrito de manera sencilla y concisa. Del debate y la discusión emanaran las líneas de trabajo y consolidación.

1) Nacionalización con gestión y control tripartito (consejo obrero, consejo comunal y estado central o municipal) de las principales industrias, la tierra, la banca, alimentos etc.

 Como los grandes medios de producción son propiedad de unos pocos empresarios ellos pueden subir artificialmente los precios (especulación y acaparamiento) y chantajear con medidas de hambre a la población. Dicha táctica de la burguesía es frecuentemente usada para tumbar gobiernos populares y crear pánico. Sin tomar posesión de Los grandes medios de producción siempre seremos sus víctimas.

 Los industriales están en una operación éxodo, siguen cerrando fábricas, echando obreros a la calle y mudando su producción a otros países o convirtiéndose en importadores. El aparato industrial venezolano es insuficiente ante las demandas legítimas de consumo del pueblo. Sólo hay dos vías: se conversa con los industriales y se cumplen sus exigencias para la inversión (salarios de hambre, represión y devaluación) o se nacionalizan sus fábricas (con indemnización en bolívares bajo juicio y precio públicamente auditable) y se ponen a producir rentablemente y para la satisfacción de las necesidades fundamentales de la sociedad.

 La banca ha hecho ganancias fabulosas en una sucesión de estafas, de especulación con los bonos del tesoro y notas estructuradas, con el cobro de intereses del 32%, cuotas balón y las EXPROPIACIONES que realizan a diario a quienes no pueden pagar los intereses. La banca privada es un freno para el desarrollo de la producción y una sustracción neocolonial de renta. La centralización del crédito y su correcta asignación de acuerdo a un plan pueden crear las bases para el desarrollo socialista armónico.

 Las nacionalizaciones parciales son un avance (CANTV, SIDOR, Electricidad de Caracas, etc.) sin embargo, dejar intactas las relaciones capitalistas de producción no representan un paso hacia el socialismo; el cambio de las relaciones de producción que sobrevienen al control obrero más el estado central (o municipal) y junto a las comunidades organizadas darían un salto cualitativo en la transparencia y dirección de las empresas en el marco de la planificación consensuada de la producción.

2) Reducción de la jornada de trabajo a 6 horas, obligatoria conformación de consejos obreros, reducción de prebendas y brechas salariales.

 Reducir la jornada de trabajo a 6 horas fue la propuesta más interesante de la Reforma derrotada en el 2-D y representa un avance en la lucha contra la tendencia al aumento de las horas a laborar (en Europa pueden ser pronto 65 horas semanales de trabajo legalmente permitidas). La reducción de la jornada trae consigo una absoluta reingeniería en el ámbito de la producción, lo que elevaría la tasa de ocupación y descendería la tasa de informalidad y empleos precarios (como la buhonería) que oprimen y castigan al proletariado de nuestro país.

 La obligatoria conformación de consejos de trabajadores, estudiantes y campesinos deberá ser el inicio de la organización de los trabajadores para la defensa de los derechos obtenidos y la educación en la unidad de intereses inmediatos de la clase que aún siendo inicialmente reivindicativos pudieran transformarse cualitativamente en políticos.

 Los emolumentos y súper salarios de (entre otros) jueces del TSJ (equivalentes a 60 veces el de un obrero calificado) son una ofensa y un derroche de la sociedad, enmarcados en un "aburguesamiento" de factores de sostenibilidad del orden establecido. Las descaradas muestras de riqueza y ostentación afectan la moral del pueblo revolucionario y enseñan a las claras la miseria ética de sus usurpadores. En menester disminuirlos drásticamente.

3) La repartición del 50% de las utilidades generadas en todas las empresas entre los trabajadores de la misma, incluyendo las transnacionales como Coca-Cola, McDonald's, Polar, etc. Y subir el Impuesto sobre la renta a un tope de 50%.

 La CEPAL muestra que Venezuela es el segundo país (tras Guatemala) en tener menores requisitos impositivos en América Latina. Tratados para evitar la doble tributación, arancel cero, contrabando y evasiones o argucias contables que realiza abiertamente la burguesía afectan a la nación; adicionalmente de un ISLR que oscila un paupérrimo 30%. Incrementar los impuestos y dejar atrás la legislación tributaria que fabricó la derecha para sus intereses en los años 90 es una lucha que ha de ser bandera incluso de socialdemócratas serios.

 La obtención por parte de los trabajadores (unidos en el consejo obrero) del 50% de las utilidades netas generadas en las pequeñas empresas, transnacionales y de otras industrias no nacionalizadas no es una utopía y fue implementada parcialmente en países de alta organización obrera y en condiciones de menor genuflexión. Dicha medida apartaría a los oportunistas y seudo-revolucionarios de la construcción del socialismo y sería la única medida (viendo la esterilidad de los aumentos de salario ahogados en la inflación) que pudiera impulsar un salto cuántico en guerra contra la pobreza, elevando inmediatamente los salarios en 100% en la mayoría de las ramas industriales y de servicios.

 Esta forma de legal y directamente afectar la ganancia no puede ser para aburguesar al obrero. Se plantea que recibirá un porcentaje de utilidades anuales (equivalente a unos 6 ó 12 meses de salario por trabajador). De haber un sobrante, el consejo de trabajadores administrador de esos bienes en conjunto con la comunidad y el estado central o municipal (de acuerdo al tamaño de la fábrica) emplearán esos recursos en obras públicas para el disfrute social.

 Todos estos planteamientos son apenas bosquejos a discutir y trabajar en un intenso debate que amerita de la más extensa participación activa y protagónica.

Manuel Sutherland alem1917@gmail.com

Coordinación de Formación (ALEM)

Asociación Latinoamericana de Economía Marxista



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Manuel Sutherland

Marxista. Investigador del Centro de Investigación y Formación Obrera de Venezuela (CIFO) y de la Asociación Latinoamericana de Economía Marxista (ALEM).

 manuel1871@gmail.com      @Marxiando

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