Cada día que pasa en la vida de este pueblo y de todos los 256 restantes países del globo, una noticia nueva mata la anterior y así, el sistema comunicacional nos mantiene en jaque y con pocas posibilidades de reaccionar ante la eventualidad real de cada ser humano y reitero, no escapamos a ello en la Venezuela en revolución.
Así, avanza el tiempo y la vida continua en una aparente normalidad y en un proceso de cambio que se cree lo siente todo el colectivo, cada venezolano, en cada sector de la comunidad. En el alto u oligárquico por descarte, en el medio que, aunque es el mas preparado intelectualmente, siempre busca hacia donde mejor se le den o cubran sus necesidades y el otro, el que el tecnicismo social ha denominado como pobre, que se debate entre el conocimiento y el analfabetismo funcional y que dependiendo del acercamiento o no a sus propios intereses, hoy se expresa de una manera y mañana de otra, sin importar que produce su decisión. El resultado de noviembre 2008 es lo más elocuente de esto.
Lo anterior, de manera sucinta, se refleja con una gran fuerza en el estrato educativo del país. En el pensum de estudios de cada carrera que tiene una universidad, un liceo, una escuela; en el docente desde el nivel de la educación inicial hasta el universitario y por supuesto, en el alumno en general. Todo esto, ya en la educación privada como la pública.
Vemos con asombro, como después de 10 años de nacida la Constitución Bolivariana, su contenido no ha sido adaptado a todas las leyes de carácter general y de ese espectro no sale la referida a la materia educativa. Hasta hoy, no es posible que los estudiantes conozcan la realidad que vive el país en esa materia, en la social, en la de salud, de tecnología y desde el punto de vista político. Un maestro y una escuela completa que desconozca los nuevos límites del país por el norte es una expresión de ello. Un alumno de la carrera de Enfermería que no sepa el significado de CDI es una voz de alerta.
Un director de escuela que no se relacione con los voceros de los Consejos Comunales y lograr aportes para la institución en cualquier materia, después de 5 años del nacimiento de esa organización comunitaria tiene que llamarnos a reflexión. Un profesor universitario y un alumno de ese nivel que no sepan con cuantos ministerios se maneja el Poder Ejecutivo nos indica lo alejado que estamos, la revolución, de la juventud que mañana dirigirá al país, que serán concejales, alcaldes, diputados, magistrados, ministros y hasta presidente de la nación.
La revolución tiene que entender y comenzar a manejar estrategias, y existen a montón, para llegarle a la conciencia de los votantes de las elecciones del 2012 que hoy tienen 15, 16, 17 y más años. Estamos en la obligación de buscarlos e informarles que existen la inclusión en el campo educativo y la atención que en todo orden reciben a nivel de universidades como comedores y asistencia medica. En vez de publicitar la cara del gobernante, coloque o instale una valla que indique cuantos Centros de Diagnostico Integral, o Ambulatorios de Barrio Adentro, o Servicios de Rehabilitación Integral funcionan en el estado y el municipio, su ubicación, como comunicarse con cada uno y que servicios prestan.
Hasta hoy, creo, que la revolución le ha mostrado temor a ese sector, no nos hemos acercado con todo el ofertorio del proceso, lo hemos dejado para que lo conozcan al la suerte. Nos hemos desligado del futuro del país y de quienes representan el futuro de la revolución por no informarles los logros de la revolución.
El General Daniel Florencio O'leary, Irlandés, Edecán del padre de la patria lo defendió de los zamuros colombianos en 1828 con un documento mediante el cual exponía las 20 razones por la cual los colombianos deberían de obviar las acusaciones de Santander y de los famosos círculos que organizo, para desprestigiar al Libertador. Entonces, salgamos a la calle, a las escuelas, a los liceos, a las universidades a vender lo que se ha construido de la mano del líder Presidente.
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