El paso de Henri Falcón
¿Cómo no estar de acuerdo con Henri Falcón y sus reflexiones dirigidas al presidente Hugo Chávez? Esta carta, escrita desde el respeto pero también desde la firmeza y la sinceridad, refleja muchas cosas que seguramente no pocos militantes y dirigentes del partido de gobierno
quisieran expresarle al líder. Es la muestra más fehaciente de que no todo es incondicionalidad, carencia de espíritu crítico y exceso de silenciosa prudencia en las filas de la revolución.
Con su carta, Henri toca puntos álgidos que están cada vez más presentes en el día a día de quienes, aún respaldando el Gobierno, comienzan a mirar por encima de la polarización y el maniqueísmo que genera, para advertir con toda crudeza sobre los errores que se vienen
cometiendo, y que pueden traer consecuencias totalmente negativas para el destino de la nación.
Cuánta falta hacía que algún gobernador o alcalde rojo rojito se quejara en público, sin ruborizarse, por el tipo de relación que ha establecido el Presidente con los mandatarios regionales o locales. ¿O acaso miente o exagera Henri Falcón cuando señala que esas relaciones no pueden limitarse a la emisión de instrucciones u órdenes sin la oportunidad de confrontar puntos de vista, o de revisar decisiones erróneas? Lo que ha hecho Henri al escribirle al Presidente es lo que muchos ciudadanos y ciudadanas esperan que, aunque en un escenario
privado, los integrantes del alto gobierno e incluso la dirigencia del Partido Socialista Unido de Venezuela hagan cuando el corazón les dice que el líder está equivocado, o que se están tomando rumbos que llevaron a otras experiencias autodenominadas como socialistas a su
desaparición o degeneración, como muy bien lo apuntó Falcón en esta carta que seguramente hará historia.
No es fácil estar en los zapatos del gobernador larense.
Pero su decisión, más allá del costo político que deba pagar, lo coloca como una referencia de honestidad intelectual ante el país, y muy probablemente estimulará otros "atrevimientos" similares, porque si de algo estoy seguro es de que no pocos gobernadores y alcaldes, y
dirigentes y militantes del PSUV se sienten reflejados en las palabras escogidas por Henri para dirigirse públicamente al jefe del Estado.
Su llamado a propiciar el diálogo, la reconciliación nacional, el reconocimiento del otro y la inclusión sin exclusión tiene eco en la absoluta mayoría de la ciudadanía. Así lo han dicho las encuestas más recientes y diversas. Tiene que ser posible la transformación del país, la superación de la pobreza, la erradicación de los graves problemas del país sin imponer un esquema de verticalismo, de falsa unanimidad y de estigmatización a quien ose atreverse a dudar, a cuestionar o a oponerse.
En días recientes, dije en una entrevista al colega Xavier Coscojuela, de Tal Cual, que el Presidente necesita en su entorno varios Henri Falcón, y lo decía precisamente porque ha sido de los pocos en emitir señales críticas que el país chavista y no chavista agradecen. Y en lo
particular le agradezco el reivindicar el espíritu de la Constitución de 1999.
Coincido con Henri en que se trata del "programa político mejor concebido para alentar la participación más amplia de todos los sectores en la superación de viejos y nuevos males que nos aquejan como nación".
Al momento de escribir esta nota, desconozco la reacción del Presidente frente a la proclama de Falcón, que constituye un valiente llamado de alerta. No serán días fáciles los que se avecinan para Henri, y quienes pensamos como él debemos acompañarlo en esta postura que, estoy seguro, tiene la simpatía de una inmensa franja de venezolanos y venezolanas, más allá de sus posiciones políticas.
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