Además de proferir variados insultos contra el Presidente Chávez, su
gobierno y la revolución bolivariana en general, el embajador Hoyos
organizó su discurso ante la OEA de manera que pudiera intercalar
acusaciones concretas sobre la actividad de 1.500 guerrilleros o
delincuentes colombianos que se encuentran en territorio criollo.
El “diplomático” uribista fue enfático al señalar que dichos
elementos vienen a campos de verano, perfectamente equipados con
parrilleras, carpas con hamacas y canchas de bolas criollas. En la
práctica pudiera decirse que, si no ingresaran armados, las
autoridades venezolanas podrían darles visas de turistas en el reglón
de turismo selvático o de aventura, puesto de moda en Costa Rica antes
de la llegada de la marina estadounidense.
El acusador colombiano exige que antes de 30 días a partir de su
discurso el gobierno de Chávez permita la inspección de los sitios
señalados mediante fotos, videos y coordenadas de exactitud
milimétrica. La solicitud de ingreso para una misión internacional que
incluya periodistas con derecho a escudriñar todo cuanto les dé la
gana tiene el aval de muchos antichavistas venezolanos.
Otros opositores, más desconfiados, consideran que la mentada
denuncia puede ser un ardid de Chávez para hacer que la gente se
olvide de los contenedores de Pdval, de la crisis energética y demás
lavativas por el estilo.
El problema estriba que antes de 30 días habrá tomado posesión el
Presidente Santos y no se sabe si le interesará conocer las
localidades denunciadas por el gobierno de Uribe.
Las agencias de turismo que auspician emociones fuertes se han
interesado en visitar los campamentos descritos por el emisario
uribista, siempre y cuando Venezuela conceda las visas.
Quizás el señor Insulza desde la OEA pueda promover un paquete mixto
de exploraciones que busque guerrilleros en Venezuela y, a falta de
éstos, sigan a Colombia para visitar las fosas colectivas que compiten
de tú a tú con los campos de exterminio nazis. Contemplarán mesas para
descuartizar y hornos crematorios con osamentas auténticas de miles de
víctimas anónimas.
Sería emocionante y hasta un pelín conmovedor.
augusther@cantv.net