El pasado lunes se reunió Andrés Manuel con un importante grupo de empresarios de diversos giros en el marco de Encuentro A. C. Ahí expuso los lineamientos del Proyecto Alternativo de Nación y dio respuesta a las dudas e inquietudes que le fueron formuladas. En su turno, el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes (ANEI), Fernando Turner, expresó el sentir del empresariado pequeño y mediano del país. De su intervención se destaca el carácter de independiente respecto de las llamadas cúpulas empresariales, esas que comparten el estrecho círculo de la oligarquía de los privilegios monopólicos, cuya vigencia afecta negativamente al sano desenvolvimiento de la capacidad empresarial competitiva.
De entrada creo importante comentar que es frecuente que se identifique al sector empresarial como un todo homogéneo y con posturas políticas comunes a todo el sector. No hay tal. Por ejemplo: la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) ha jugado siempre el rol de representar a la pequeña y mediana industria, en constante contradicción con las confederaciones de cámaras de industria y de comercio (CONCAMIN Y CONCANACO) en tanto que la primera privilegia su posición nacionalista, las segundas han sido defensoras de la inversión extranjera Es significativa la diferencia de opiniones respecto de la actividad petrolera: la CANACINTRA ha apoyado sin duda el control estatal de la producción energética y reclamado su saneamiento, las otras han exigido su privatización y aplaudido su desmantelamiento. Igual sucede con temas como el TLC, respecto del cual el rechazo expresado por el empresariado nacionalista fue desoído por Carlos Salinas y opacado por el aplauso de los representantes de las transnacionales enquistados en las cúpulas. Baste tomar el caso del famoso Claudio X. González, preeminente miembro de la elite empresarial y prestanombres de la ignominiosa Kimberly Clark, propiedad de un prepotente senador republicano yanqui, acusado en su país por prácticas discriminatorias y depredatorias del ambiente. El tratamiento fiscal diferenciado, por el que se privilegia a los grandes con la exención de impuestos, constituye una perversa afectación a la viabilidad de los negocios de menor tamaño sometidos al terrorismo fiscal, colocados entre la espada y la pared, entre el sector informal de la economía y el expansionismo de la gran empresa. Resultan ser los que pagan los platos rotos del desbarajuste económico nacional. (Para respaldar lo que aquí escribo, no sin antes ofrecer una disculpa por la referencia personal, informo que allá por los años ochenta fui director general de la CANACINTRA lo que me permitió conocer el tema desde dentro).
Dadas tales circunstancias no resulta extraño que se registren importantes coincidencias entre este sector empresarial y el proyecto promovido por AMLO. Ahí está el caso de Yeidkol Polensky que de ser presidenta de la CANACINTRA se incorporó al movimiento lopezobradorista, así como el del señor Turner, destacado industrial en el sector de autopartes, volcado a la organización de la ANEI. Lo extraño fue que en el 2006 muchos de este tipo de empresarios se fueron con la finta de la propaganda negativa contra AMLO. Es buen tiempo para rectificar.
El Proyecto Alternativo de Nación es enfático en su postulado de combate al monopolio, al que identifica como uno de los más pesados lastres que obstaculizan el sano crecimiento de la economía, al igual que los privilegios fiscales. Se manifiesta por la recuperación del papel del estado como detonador de la inversión y el desarrollo, en rechazo del neoliberalismo mercantil y de la privatización de los bienes públicos que son patrimonio nacional. Destaca la importancia de brindar todo el apoyo a los particulares para emprender las tareas de la producción y el desarrollo, tanto en la industria como en el campo. Subraya el significado de la actividad energética en manos del estado para que sirva como detonador de las actividades productivas derivadas a cargo de los particulares, con prioridad para los nacionales.
En materia laboral se propone fortalecer el salario de los trabajadores, tanto por razones de justicia social, como por ser indispensable para vigorizar el mercado interno y, en consecuencia, las oportunidades de desarrollo productivo. En el centro de todo el discurso, como ingrediente indispensable, está el combate decidido contra la corrupción y la transformación profunda de las condiciones de la convivencia ciudadana, para recuperar y enriquecer valores afirmativos.
Entre los empresarios participantes en la referida reunión, la mayoría radicados en el Distrito Federal, corrió una importante convicción: el Proyecto Alternativo de Nación no es sólo un buen discurso sino que cuenta con el respaldo de la experiencia y la demostración en el ejercicio de la Jefatura de Gobierno de López Obrador, con lo que las palabras adquieren la solidez de la veracidad comprobada.
