Y va a caer, y va a caer, la educación de pinochet…

Nuestro Simón Rodríguez y los “pingüinos” chilenos…

Las marchas estudiantiles en Chile tienen, como ciertas canciones margariteñas, sentido, entendimiento  y razón… Y a pesar de su juventud, los integrantes de esas movilizaciones  cargan en sus mochilas una rica historia, una tradición de lucha y de construcción de futuro. Por eso en la búsqueda de una educación de calidad, gratuita y democrática, don Simón Rodríguez tiene que ver con ellos, allá por los tiempos de Salvador Allende, en un ejemplo de creación ¡y también de error! que nos acerca al Presidente Chávez, en su reciente llamado a no exagerar con el rojo, a no etiquetar de “socialista” con tanta ligereza, a cuidarnos de no “construir” sectarismo… 

 Allá por los gloriosos años sesenta, de nosotros y de los Beatles, al asistir a nuestros primeros congresos como dirigente estudiantil de un Instituto Comercial, comenzamos a familiarizarnos con una propuesta que estaba construyendo un nuevo programa de educación para la enseñanza media de Chile, y que se enriquecía en cada Congreso, fuera este de los comerciales (contador@s, secretari@s ejecutivos y agentes vendedores viajantes), de las Escuelas Normales (profesor@s), de los Liceos, de las Escuelas Técnico Industriales (mecánicos, carpinteros, maestros de obra), o de las Escuelas Técnicas Femeninas, que preparaban a nuestras modistas. 

En esencia, se hablaba o se le reconocía como el proyecto educacional que “unía la educación al trabajo” y se hacía referencia a que ese proyecto era promocionado, apoyado por la UNESCO, así que cuántas veces, hablando sobre él, como nobeles líderes del estudiantado secundario de Chile, nos llenamos la boca, orgullosos de tanta sabiduría, hablando de las bondades de la propuesta y de su armonía con las intenciones de la UNESCO. 

Fuera de estertores y pantalleos,  lo cierto es que de manera muy transparente y con total participación, en los congresos de la enseñanza media se fue puliendo, construyendo un programa educacional nacido de sus propios usuarios, y donde todas las tendencias ideológicas colaboraban y lo reconocían como suyo, sin sectarismos de ninguna clase, porque era el proyecto de los radicales, de los democristianos, de los comunistas, de los socialistas, y hasta el naciente Mir, es decir, las fuerzas políticas representadas en esos congresos, ya que nunca vi a la derecha, conservadores y liberales, los partidos de por ese entonces. 

A poco andar, las organizaciones universitarias, con la gloriosa FECH a la cabeza (la FCU de la Universidad de Chile, la universidad que fundara don Andrés Bello), así como las organizaciones de profesores y de padres y representantes, fueron asumiendo como suyo también ese proyecto, y a su manera fueron también haciendo sus aportes, y todos felices al ver cómo crecía y se consolidaba esa propuesta nacida de la base mesma y de manera ejemplarmente unitaria: nos podíamos caer a piñas a la hora de elegir la directiva, pero por el proyecto educacional, nunca. 

Con el triunfo de la Unidad Popular y su candidato el médico Salvador Allende Gossens, el 4 de Septiembre de 1970, se entendía que este proyecto educacional iba a tener el mejor aliado, ya que el gobierno del Compañero Presidente avanzaba en pleno entendimiento y armonía con el movimiento estudiantil chileno, es más, unos meses antes de la elección presidencial, desplazar a la democracia cristiana de la FECH con el triunfo de la izquierda unida con el comunista Alejandro Rojas, se ha entendido siempre como un antecedente del posterior triunfo, también unitario, del presidente Salvador Allende. 

Pero los enfrentamientos de una polarización fraticida que comenzó a nacer después de que Allende asumiera el gobierno, azuzada por los Estados Juntos de Norteamérica, por supuesto, nos hizo postergar consciente o inconscientemente el cambio educacional, porque, al contrario de ayer, ahora había tiempo para caernos a piedras y patadas en las calles, con la juventud democristiana, pero no para encauzar y retomar el proyecto educacional sabia y unitariamente fraguado en tantos años de lucha. 

Hasta que un día, tres, cuatro o cinco tecnócratas nuestros, de la Unidad Popular, en una oficina ahí  en el Ministerio de Educación 

de nuestro gobierno popular, compilaron el asunto, le dieron un articulado, un formato, lo transformaron en una separata tamaño tabloide, y lo encartaron en el diario La Tercera, donde todos vimos ese domingo, con asombro, un impreso que se llamaba algo así como “ENU, Proyecto de Educación Nacional Unificada, para la Construcción de Socialismo…” 

Para nosotros fue una sorpresa. Pero los jóvenes democristianos, que habían participado al igual que nosotros en su construcción, se sintieron traicionados, pasados a llevar, irrespetados, y con la etiquetación de “socialista”, no me atrevo a escribir el calificativo que sentían hormiguear por dentro.  

Ya al otro día, ese mismo lunes vimos a liceos donde ellos tenían el control del Centro de Alumnos, salir a la calle a protestar en contra de un proyecto educacional que avasallaba nuestros valores y pretendía lavarle el cerebro, el esófago, el estómago y hasta la ropa a las muchachos y muchachos para transformarlos en unos sucios comunistas, como en Cuba, como en Rusia. 

La verdad es que, manipulados por la polarización que azuzaba la ITT, la Fundación Ford y la CIA, ellos se transformaron en tontos útiles del enemigo, pero la verdad es también que nuestra torpeza política presentó un hecho noble y ejemplar , de la peor manera posible, quedando nosotros como abusadores, como aprovechadores, es decir, que todo un estudiantado que había hecho un aporte tan maduro al destino de un país, se veía hoy ensuciado por la falta de tacto político de unos tecnócratas con algún título profesional pero con cero talento político. 

No me cabe la menor duda que un proyecto educacional así, sería vital para construir el socialismo, pero como alguna vez dije aquí en Venezuela, en un programa con Ernesto Villegas, a pocos días del referendo ese, el que perdimos, me gustaría que habláramos menos de socialismo pero hiciéramos más cosas que nos llevaran a él… 

Sobre todo en este caso, donde se perdió una magnífica oportunidad, ya que poco después vino el golpe fascista y todo eso fue historia, nos perdimos la oportunidad de haber aprovechado la presencia de Salvador Allende en La Moneda para poner en práctica, por primera vez en América, no las ideas de la UNESCO, como creíamos, sino las ideas del maestro Simón Rodríguez, a quien nunca escuché mentar cuando andábamos de ique líderes estudiantiles haciéndole claque a la UNESCO. Sólo años después, en plan de exiliado por Venezuela, maravillado con la vida y obra del maestro del Libertador, leyendo sobre eso y teniendo como música de fondo el reventar de las olas en las piedras de Macuto, vine a caer en cuenta que detrás de las propuestas que aprobamos y empujamos durante tantos años, estaban las luminosas ideas de Simón Rodríguez, quien luego murió vendiendo velas por Bolivia, “velas para el siglo de las luces”, según pregonaba con alta poesía publicitaria…  

Felizmente la historia de Chile no era tan ignorante como uno, y pude leer, ya en Venezuela, orgulloso de que alguien hiciera justicia en mi país, en la página 1036 del segundo tomo del Resumen de la Historia de Chile de Encina / Castedo, cuando dice allí, en letras de molde: 

“Los emigrados americanos, y especialmente los argentinos, aparte de su prolífica obra docente y periodística, publicaron algunos libros que más tarde contribuyeron a cimentar su personalidad. La más original es el célebre “Tratado Sobre las Luces y las Virtudes Sociales”, del singular Simón Rodríguez, el profesor de Bolívar, personaje de apasionante y estrafalaria enjudia.” 

En el Chile de hace unos años, se comenzó  a hablar de los “pingüinos”, que es como se le dice a los estudiantes secundarios chilenos, ya que su uniforme de azul oscuro y camisa blanca, en hombres y mujeres, en grandes masas, como acontece en las marchas, se asemejan a una bandada de pingüinos en la antártica chilena, ellos también rigurosamente uniformados…  

Esa primera gran huelga después de pinochet, estando Michelle Bachelet en el gobierno, tumbó a la primera ministra de educación, así como los actuales marchistas, en 3 meses de movilizaciones, ahora con universitarios, profesores y apoderados o representantes (¡igualito como cuando se unieron para crear y empujar desde la base un proyecto de educación..!) ya tumbaron al Ministro de Educación Joaquín Lavín, el delfín de la derecha para la elección después de Piñera, ni más ni menos. 

Pero la cosa va mucho más allá, los estudiantes y los trabajadores de la educación han sabido interpretar a un pueblo, que dijo ¡Basta! justo ahora, porque ya se caló a la Concertación haciendo el trabajo sucio, como sacando las castañas del imperio con la mano del gato, usando su ascendencia en las masas populares para que éstas no apuraran la reconquista de sus derechos a una velocidad que impidiera seguir con la explotación de la tierra y de su gente…. Después de estos años del contubernio entre la centro izquierda con el imperio, ahora aparece la derecha derechita dispuesta a terminar con las blandengadas de la Concertación, porque entendieron que la elección de Piñera era para cerrar el círculo, la definitiva administración de Chile como su hacienda, como su fundo, pues. 

Pero el tiro pareciera haberles salido por la culata. En vez de cercar su hacienda, sus peones y su ganado, lo que parece suceder es que se están abriendo las grandes Alamedas, cuestión con lo que los mayordomos del capitalismo chileno no contaban. 

No contaban con los pingüinos, la FECH, cada universidad chilena, privadas y públicas, recientemente hasta liceos privados, nuestros queridos profes chilenos y hasta los valientes padres o apoderados, y hemos visto a un pueblo que entendió que si lo siguen fregando en la educación de sus muchachos y muchachas no habrá vuelta atrás posible, y ha salido valientemente a la calle a ponerle el pecho a la represión y a la manipulación del enemigo, encabezados por unos imberbes que parecieran sin embargo haber traído en sus genes la experiencia de tantos años de verdadera organización y lucha, lo cual significa sustento moral, porque ninguno de esos estudiantes anda defendiendo los reales de una familia dueña de un canal de televisión, o haciéndola de tontos útiles del imperio, traicionando a su patria, que le quede esto bien claro a algunos señores de la MUD que andan con la mentira de que el movimiento estudiantil chileno está liderado por socialdemócratas pitiyanquis como ellos… ¡ja!. 

En esas marchas lo que va es la herencia de quienes llegaron a tener en la puerta del horno las ideas luminosas de Simón Rodríguez, quien, como fue el maestro del Libertador, bien debería ser el maestro de todas las niñas niños, muchachas y muchachos  de este continente. En esas calles, lo que marcha, lo que va es el futuro que viene, empujado por el viento de una historia, que cuanto más presente la tengamos, más nos acerca a la victoria. 

Pero como en la puerta del horno se quema el pan, y la Revolución Chilena y la Revolución Bolivariana tienen demasiados parecidos, es bueno que los errores de allá no los cometamos acá, para que tenga algún sentido la cantidad de chilenas y chilenos que, como en la samba argentina del chileno Sergio Ortega, “no perdiendo la esperanza, la vida habrían de perder…” Porque si a ver vamos, en la forma de presentar el proyecto de una nueva educación para Chile, se cometieron los mismos errores que el presidente Chávez intenta corregir cuando alerta sobre las exageraciones de andar con el rojo rojito para arriba y para abajo, hasta hostinar a la gente, o de reiterar lo de “socialismo” como si se lo quisiéramos refregar a alguien en la cara, escondiendo, bajo la actitud fanática, quizás la falta del talento político necesario para llegar a los otros, los que no están convencidos, entusiasmándonos en el facilismo de hablar entre nosotros los convencidos y ya. 

Así que, cuando veamos marchar a los estudiantes chilenos, no debemos sentir que ellos están tan lejos de nosotros, tan al fin del mundo como lo están… Con las ideas de Simón Rodríguez todavía germinando por su querido continente, y  en un tiempo donde no podemos optar entre vencer o morir, porque necesario es vencer, aportándole a ellos y a Libia la dosis de solidaridad internacional que se  merecen, emulando esperanzas o aprovechando experiencias, vamos todos empujados por el vendaval bicentenario, simones rodríguez y pingüinos, unidos y adelante..!  

Y lo que no pasó con Simón Rodríguez, con Bolívar o con O´Higgins, lo que no pasó con Allende, qué  pase con un pueblo movilizado y resteado, que no sólo está abriendo las Grandes Alamedas, sino que las está pisando con pasos de unidad y victoria popular. 
 

abrebrechaucv@yahoo.com 
 
 


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El Tano / Abrebrecha-UCV

Poeta inurbano, diseñador gráfico. Integró el equipo de comunicaciones de La Moneda cuando el presidente Allende en Chile. En Venezuela, diseñador de los empaques de los productos Casa, que se venden en Mercal. Coordinador de Abrebrecha-UCV. Del Colo-Colo en Chile y del Zamora en Venezuela.

 abrebrechaucv@yahoo.com      @eltanoyea

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