Rico Mc-pato y política

Haciendo uso de tan importante recurso Ligüístico, como lo es la analogía, voy a permitirme analizar el momento histórico que estamos viviendo a la luz de los resultados obtenidos en la elecciones primaria de la MUD, y que dan como ganador a Henrique Capriles Radonski, pero debo aclarar que no es mi  intención ofender o generar suspicacia con el título de este artículo, solo quiero recordar para nuestros lectores el famoso personaje de los dibujos animados de The Walt Disney Company, que atesoraba riquezas y cuyo “capital” representado en montañas de monedas de oro celosamente atesoraba.

Pues bien, ¿por qué relacionarlo con lo que hoy acontece? Sencillamente  porque existe una gran semejanza en cosas muy diferentes. Este flamante candidato, electo bajo serios cuestionamientos por la falta de transparencia del proceso eleccionario, ha venido desarrollando su bien diseñada campaña, como en mundo de comiquitas, no se necesita ser muy inteligente para entender que es una “candidatura de laboratorio”. Su equipo de asesoría de imagen, en el cual sospecho está la periodista Patricia Janiot de CNN quien vino desde el Norte el día 12 de febrero y en entrevista  que le hicieran, afirmó que en lo sucesivo continuarían sus visitas a nuestro país.

Así es como la asesoría de Marketing de este caballero, le ha proporcionado estrategias que en medio de sus fracasos como Gobernador, le han dado buenos resultados: su tono al hablar, su mirada fija y penetrante, su lenguaje moderado y aparentemente conciliador,  sus expresiones firmes,  con énfasis en palabras como “progreso”, “futuro” “inclusión” “unión” “tricolor” y otras tantas palabras ambiguas e inciertas, han logrado calar en un número de venezolanos que tienen perfecto derecho a creer en nuevas propuestas, pero es bueno aclarar que la poca autenticidad de este candidato, siembra la duda de “un antes” y “un después”, en caso de ser electo Presidente.

No es un secreto para nadie que su campaña electoral está financiada por grandes capitales. Oligarcas, banqueros y empresarios todos ellos deseosos de salir de este “régimen” están apostando a su candidatura por falta de verdaderos y auténticos  líderes  con mejores características, más genuinos, más experimentados, más asertivos para gobernar y con mayor credibilidad y transparencia desde el punto de vista personal y con verdadera formación ideológica, académica e intelectual.

A estos señores que financian su campaña no les interesa para nada el país, su preocupación no son los millones de venezolanos que aún mantienen la esperanza de un destino mejor. Su principal preocupación es sus “montañitas de dinero” sobre las cuales colocan sus posaderas, como el ya nombrado personaje en su mundo de “Patolandia” con el deseo insaciable y egoísta de preservarlas e incrementarlas a costa de los dineros del pueblo, tal y como lo hacían en el pasado con anteriores gobiernos.

En fin  ya se sabe cuál es contendor, ahora viene la batalla: Dignidad vs. Capital, Lealtad vs. Falsedad y Coraje vs. Cobardía. El ser humano tiene el don maravilloso de libre arbitrio y para montarse en el “autobús del progreso” de tan prominente conductor debe conscientemente asumir el rol que como patriota le corresponde representar en esta escena política, que para nada corresponde a una cinta cinematográfica de un mundo irreal.

Es nuestra Venezuela, su presente y su futuro. La herencia que dejaremos a las venideras generaciones es la que está seriamente comprometida y de nuestra decisión dependerá vivir en soberanía o subyugados  a la manipulación mediática y volver a políticas superadas y que en el pasado hicieron mucho daño. En esta Venezuela democrática las diferencias continuará y quienes comparten el Proceso Revolucionario deberán luchar por sus ideales y defender sus conquistas. Es hora del verdadero compromiso y definición sin ambigüedades e hipocresía, sin traidores y pseudorevolucionarios que han hecho de su participación en este proceso un lucro y una oportunidad para satisfacer su ego, llevan la revolución en la boca y se han servido de ella, pero para nada les sirven a sus causas de justicia, ética y equidad. Es hora de mostrar autentica lealtad hacia la Patria que nos vio nacer.

Quienes quieran seguir soñando y ser felices en el mundo creado bajo la ficción de Disney compartiendo con Mickey Mouse, el pato Donald, La Bella Durmiente y el famoso Genio de la Lámpara que concede irreales deseos, son libres de hacerlo, además disfrutando de una “nutritiva” cajita de Mc Donalds y con su anhelado “American Dreams”, pero que quede claro Venezuela, hoy  es otra y por supuesto nada que ver con “Patolandia”. No queremos Ricos Mc Patos,  ni un “Tío Sam” que nos dicte las pautas porque somos hijos de libertadores y hombres dignos que ofrendaron su vida por la independencia y esto nos compromete a no vender jamás nuestra conciencia.

keniakali@hotmail.com



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