El
carnaval es tiempo de disfraces. Por eso -en plenas fiestas
carnestolendas- recuerdo a muchas personas que en mis viajes por México,
Guatemala, Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, Ecuador, Perú,
Bolivia, etc., me hacían comentarios sobre aspectos generales de nuestro
país.
De todo, sin embargo, en aquel viaje me preocupó que algunas
personas tuviesen dudas y que al referirse a Venezuela resaltaran lo
negativo. Y es que lo negativo les llega desde aquí a través de los mass
media...
Claro, no es este el tema central de este artículo, aunque nadie
niega que la mayoría de las emisoras de radio y de televisión dan una
imagen de Venezuela que poco se corresponde con la realidad -¿o será
acaso porque en la campaña traicionera contra la Patria Bolivariana el
enemigo se vale de mentiras con careta y verdades con antifaz?
Y si enfatizo en algo tan insólito como cotidiano es porque una de
las imágenes más desagradables (que en el exterior producen preguntas
capciosas) es, por ejemplo, el hecho de que la mayoría de quienes en
Venezuela cantan música llanera visten como los vaqueros del Oeste
norteamericano...
¿Acaso los yanquis cantan joropo? me preguntaban ingenua o irónicamente en aquellas tierras.
Cualquiera podrá pensar a priori que se trata de un mal chiste o de una broma "folklórica".
Pues no. Y por eso, para aclarar las cosas cordialmente desmentí
enseguida aquellos comentarios:
Entre otras cosas dije que los más
grandes exponentes de música llanera (Indio Figueredo, Catire Carpio,
Loyola, Simón Díaz, entre otros maravillosos cantautores) siempre han
vestido su liquiliqui, su sombrero de cogollo o peloéguama y alpargatas
-per se el vestido típico más popular en la región llanera.
Pero, meses después de mi largo viaje por parte de Nuestra América,
ahora, en pleno carnaval, he encontrado una respuesta que desenmascara
la realidad: Y como es carnaval, a las mentiras hay que quitarles el
disfraz...
Es necesario decir por ahora que, salvo las debidas y respetables excepciones, casi todos los locutores-animadores-moderadores-presentadores
(?) de la radio y de la televisión, desconocen, manipulan, tergiversan y
confunden conceptualmente términos básicos como folklore (para ellos la
palabra antañón es sinónimo de criollo, típico, nativo, vetusto,
colonial, costumbrismo regional, nacional, nacionalista, popular, etc.,
etc.
En el uso incorrecto de estos conceptos omiten una de las
características intrínsecas del Folklore, ya que, aparte de tener una
autoría anónima y colectiva lo verdaderamente folklórico pasa de
generación a generación a través de la oralidad. Por eso suena ridículo y
hasta obsceno cuando un moderador de los llamados "programas de música
criolla" dicen, por ejemplo: ¡Y ahora, del folklore venezolano, escuchen
la canción XX del compositor XX", palabras más, palabras menos.
Y es que, por otra parte, si le ponemos atención auditiva "al
ritmo, tiempo y estilo" (como dicen los moderadores), muchas de las
canciones que ellos describen y clasifican como genuinamente
venezolanas, de verdad suenan como corridos, rancheras o boleros -pero
con arpa, cuatro, maracas y bajo eléctrico. Claro, no faltará quien me
diga que en la música las influencias son compartidas e inevitables.
Y por supuesto: no lo decimos para denigrar ni un milímetro de la
gran música mexicana, ni mucho menos de la de otros países del planeta
-cumbia, vallenato, tango, flamenco, bolero, vals, rock, etc.- que por
muchas décadas ha tenido difusión y aceptación en toda Latinoamérica.
Lo que he dicho es sólo para irle respondiendo por partes a la
pregunta capciosa... Porque de pronto aparecen respuestas vinculantes
que a su vez repreguntan, por ejemplo:
¿Por qué los cantantes de música
folklórica de otros países siempre utilizan un atuendo o vestuario
autóctono y a la usanza vernácula de sus respectivos países?
¿Por qué en
cambio hay aquí cantantes de música venezolana que visten como los Sheriff (Comisario jefe de policia) y cowboys (llanero (a) de las novelas de Marcial Lafuente Estefanía?
¿Cuántos
cantantes de música llanera parecen Rangers de Texas?(Vigilante policial de Texas) ¿Sería que en
ellos caló tanto el vestuario de Red Riders, Llanero Solitario y todos
los Ringos del western made in USA?
Lo cierto es que el sombrero texano, la camisa de cuadros
(incluyendo el pañuelo amarrado al cuello), el cinturón con hebilla
donde se exhiben dos revólveres Colt 45, el bluyín y las botas labradas,
durante décadas, fueron el traje estereotipado del cowboy; también del
desalmado carapálida que por racismo y etnofobia perseguía y por igual
mataba indios y búfalos. Ese era el monotema en las películas vaqueras,
muy de los años sesenta y setenta.
¿O quién olvida que esta moda vaqueril entró a nuestro país desde
finales de los años sesenta, en la vigésima centuria?
¿O no fue en los
sesenta y setenta del siglo XX cuando las fiestas patronales de los
pueblos de Venezuela fueron convertidas en "ferias"?
¡Y las "ferias"
venían con su "enlatado cultural" incluido, y la tauromaquia costaba una
taurovaquia (pues había que hacer vaca para entrar a las corridas)!
Además apareció el motocross, la droga, la miniteca. Fue entonces cuando
en los toros coleados comenzó a penetrar el rodeo estadounidense...
Desde entonces se impuso el traje de vaquero. En las Ferias del Sol
de Mérida y en todos los "enferiamientos" habidos y por haber en
nuestro país, las ciudades, calles, parques y plazas se convierten en
pueblos del Oeste yanqui, con todo y caballería, pero en vez de escuchar
charleston o música contry o sones de Kansas City oímos a verdaderos
cowboys declamando música típica.
¿Por qué todo el que quiere cantar música recia se viste de cowboy (llanera) ?
¿Por qué calles y plazas son convertidas en simples apéndices de la
"lidia", las corridas de la taurovaquia -que a la vez se ufana del
"mejor cartel" ? Claro, me contestará un Billy the Kid cualquiera, es
que aunque las monarquías están más caducas que el cinturón de castidad,
el carnaval permanece vigente todo el año y todos los años, porque la
conquista continúa y Estados Hundidos nos sigue colonizando.
Lo lamentable -le respondo a Billy The Kid (El chamo Billy) - es que, mucha gente,
sobre todo personas muy jóvenes, crean y me hayan dicho que hasta donde
ellos saben tu traje de vaquero pistolero se ha convertido en traje
típico. Y es que no puedo imaginarme al Indio Figueredo, Catire Carpio,
el gran Loyola, Simón Díaz o Juan Vicente Torrealba, vestidos como tú o
remedando el disfraz de John Waine o de aquellos Ringos, Yangos y
Rajayangos que tantas masacres genocidas protagonizaron en el western
espaguetti y en el "cinismo" del cine norteamericano.
* Escritor surmerideño.