El día de ayer ha sido publicada una entrevista que el Pontifice diera al S.J. Antonio Spadaro, director de La Civiltá Cattolica (puede verse en: http://www.aciprensa.com/entrevistapapafrancisco.pdf) que ha dado la vuelta al globo. Por supuesto lo que ha llamado la atención de la prensa mundial, ha sido la negación de Bergoglio, sobre su afinidad con ésta ideología al expresar No habré sido ciertamente como la beata Imelda, pero jamás he sido de derechas. Analizar tal expresión fuera del contexto en el cual se ha desarrollado la entrevista, y sin tomar en cuenta otras opiniones expresadas por el jerarca de la Iglesia Católica puede hacernos errar, tanto en el mensaje que quiso dar el entrevistado, como en una percepción sobre su postura política-ideológica. Aunque algo desagradable debe tener el ser de derecha, como para tan tajantemente desligarse de ese rótulo.
Desde luego el entrevistador no deseó ahondar en este tema, ni por el hecho de esa expresión preguntó a Bergoglio si era por tanto de izquierdas. Quizá no le interesaba, quizá comprendió que la idea de Su Santidadno era la de declararse militante de alguna corriente en particular. De hecho previa a esta afirmación, Bergoglio se definió como un pecador. Pecador según él- elegido por Dios para guiar a la Iglesia en estos tiempos de crisis global.
Hablando de su experiencia al frente de la Compañía de Jesús, achacó a su corta edad e inexperiencia, el haber tomado decisiones autoritarias y que tal vez eso le habría costado algunos problemas, entre los cuales le hayan calificado de esta forma. Su supuesta afinidad con la dictadura en la Argentina le ha creado una imagen de ultraconservador, además analizar el comportamiento de Bergoglio en aquella época pudiera resultar incompleto hoy, quizá hizo poco, o tal vez nada, o incluso pudo haber hecho más en contra de aquella tragedia, pero también es cierto que muchos otros argentinos y latinoamericanos en general pudieron haber hecho mucho. En particular no es mi interés juzgar sus actos de entonces, sino darle paso a ciertas opiniones que tal vez puedan ser mucho más importantes para la discusión del comportamiento de la sociedad y hacia dónde va este mundo y qué debe hacer la Iglesia.
Si algo ha caracterizado el desarrollo de la entrevista, es que más que un interrogatorio, ha dado la impresión de ser un diálogo, en el que uno desea absorber la sabiduría y las ideas expresadas por el otro, en particular me ha llamado la atención, la predica papal de vivir al lado de los problemas, ha expresado entre otras cosas, que no se puede analizar los problemas desde un laboratorio únicamente, es necesarios tal cual sus palabras- vivir en frontera (expresión entiendo hace alusión a convivir con las realidades), por poner un ejemplo, no se puede hablar del problema de la pobreza si no se convive con ella, si no se entiende a los pobres, si no se palpan en el terreno las consecuencias graves de un flagelo como éste, ha reiterado además, la necesidad de ésta Iglesia de hoy de acercarse a los pobres y dejar de abordar desde una posición elitista tal dificultad.
Pienso en lo particular que lo que ha expresado el Papa, está por encima de cualquier discusión ideológica, ha dicho que la Iglesia debe sanar heridas tal vez reconociendo un poco, que ella misma las ha causado. No creo tampoco que Bergoglio sea un revolucionario, sobre la mujer expresa un pensamiento bastante condescendiente con su papel en la Iglesia, la mujer es sinónimo de vida y la compara con María. Pero en otra oportunidad ha dicho que sacerdotisas estas no llegarán a ser. Sobre la homosexualidad ha señalado que no la condena y reitera lo que a su regreso de Brasil ha señalado, palabras más, palabras menos, si un homosexual es persona de bien y busca a Dios, él no es quién para impedírselo.
Su postura y reclamo por una Iglesia cercana a la gente, son sinónimo de que algo empieza a cambiar, Sentir con la Iglesia para mí quiere decir estar en este pueblo. Y aclara que no se trata de un sentir referido a los teólogos.
Por supuesto a muchos nos gustaría ver a un Papa más frontal, que esté dispuesto a abordar con mayor fuerza problemas dentro o fuera de la iglesia como la pederastia o la corrupción, la opulencia (cosa ésta última contra la que se ha manifestado en reiteradas oportunidades), el trato a la mujer, lo conveniencia o no de la castidad. Nos gustaría ver a un Papa que tome posiciones más duras contra los abusos de los poderes facticos que hoy controlan al mundo, un Papa que no sólo abogue por la paz en un conflicto como el sirio, sino que asuma posiciones mucho más activas e incluso de denuncia sobre el trasfondo de lo que allí ocurre. Pero tal vez eso no lo consigamos en Bergoglio ni en ningún otro Papa que venga. Ser el Jerarca de la Iglesia, no te deja exento de intrigas, conspiraciones, luchas por el poder, es tan difícil como ser cualquier Jefe de Estado o de Gobierno, con el añadido, de ser una institución de gran arraigo e influencia por encima de frontera geográfica alguna, allí también hay que caminar pisando huevos.
Este admirador de Dostoyevski, Chagall, Mozart, Borges, Cervantes y García Lorca entre otros, reconoce que la Iglesia ha vivido tiempos de genialidad, pero también de decadencia del pensamiento, abogando por que sea la genialidad la que se imponga.
A este hombre sin duda, se le puede reconocer como un verdadero autocrítico, como un renovador, una bocanada de aire fresco para una institución que ha venido en declive. Ojalá Dios le ilumine para que pueda adelantar los cambios necesarios y le permita hacer realidad su pregón, adaptar el dogma cristiano a los nuevos tiempos, pues él mismo ha dicho Es equivocada una visión monolítica y sin matices de la doctrina de la Iglesia.
Muy en lo personal pienso, que por su naturaleza, arraigo, influencia y su papel en la historia, prefiero a una Iglesia del lado de los pobres, porque es así como verdaderamente puede cumplir con la palabra de Cristo.
Por último vuelvo a citar a Francisco: El que abandonó la Iglesia a veces lo hizo por razones que, si se entienden y valoran bien, pueden ser el inicio de un retorno. Ojalá podamos ver en toda su dimensión lo expresado por el Papa.
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