Colombia; El duro camino de la paz

La paz como estado de convivencia nunca ha sido fácil para los pueblos del mundo; históricamente quienes han apetecido los espacios, recursos, y riquezas de otras naciones han implementado excusas sociales, políticas, étnicas y económicas para invadir, guerrear y someter a otras para robar o imponer la extracción y sometimiento deseado.

Toda la América ha sido testigo fiel a ello; desde el mismo arribo de Colón con sus huestes de saqueadores que impusieron la guerra para el logro y sometimiento de los pueblos autóctonos; arrasando legados milenarios de cultura, riquezas y experiencias humanas que hoy lamentamos. Luego de la colonización española y posterior independencia del imperio español nos ha tocado enfrentar la insaciable apetencia del imperio norteamericano y su neo colonización. Duro ha sido el batallar y no pocas las miles de víctimas heroicas que han sembrado el camino de la liberación, siendo Colombia un ejemplo claro de ello.

Son más de 50 años de lucha fratricida, con una Colombia atomizada y deshecha por el neocolonialismo impuesto por las transnacionales y sus lacayos locales, que poco les ha importado el millonario contingente humano desplazados de pueblos, huyendo de la barbarie del ejército colombiano y sus asesores norteamericanos o de los grupos paramilitares entrenados entre otros por la inteligencia militar israelí.

La publicidad y medios internacionales, armas de los opresores, han desplegado campañas publicitarias multimillonarias en dólares para opacar, callar y esconder la dura realidad; venden a Colombia como un paraíso, mostrando solo localidades “saneadas” o encriptadas en una seguridad aparente, ocultando militarmente la enorme y creciente pobreza que pulula gran parte del territorio neogranadino; alterando cifras de crecimiento ficticios o decorados a la conveniencia del gran capital.

La necesidad de salir de este atolladero tuvo en estas elecciones presidenciales dos caminos, la paz inmediata y negociada, o la guerra civil continuada con su secuela de opresión burguesa, no dispuesta a ceder en sus espacios de tráfico de drogas y corrupción gubernamental para aumentar el comercio armamentista y la dependencia de los factores económicos y militares del coloso norteño. Gano circunstancialmente el camino de la negociación, y el reconocimiento de la otra parte desconocida, atacada por 50 años y nunca vencida militarmente. Ahora viene la consolidación de esa paz buscada, de esa paz anhelada y teñida por lustros de muerte y desolación, donde se ha beneficiado una minoría como siempre en detrimento de la mayoría.

Colombia ganó, no tanto porque Santos represente la justicia, sino porque el pueblo desea consolidar su paz y su tranquilidad como gente trabajadora, deseosa de ver a sus hijos crecer y desarrollarse en un clima diferente al de estos 50 años de odios y desuniones. Felicidades pueblo hermano, la lucha continua.


henryh50@yahoo.es


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Henry Hernandez


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