El ejercito batallador, el que ha luchado durante años para mantener en pié al Reino, sigue sufriendo la desidia de los dirigentes, de los reyes imperiales; aun no encuentran el camino a la felicidad plena en colectivo, miran con impotencia cómo es negada toda solicitud que realicen, cómo los reyes capitalistas sólo encuentran la manera de entregar los beneficios a su círculo elitario, a los que aprueban cualquier decisión sin importar cuanto afecte a la colectividad o al futuro del reino, claro nunca le ha importado ni le importará nada más que su beneficio.
En el Reino, si le podemos llamar así, el manejo del las riquezas se ha convertido en una pulpería, se utiliza el dinero de otros para hacerse de caprichos personales, no muestra ningún tipo de mejoría, los manejadores han acabado con todo, no le temen a la justicia, creen tener a los dioses a su favor, siguen usando el poder para mentir, disfrazan su intención real que no es más que adueñarse del tesoro en contra de las ordenes de los dioses, con dictámenes de participación en actividades de distracción, tratando de involucrar a la gran mayoría del pueblo, que no se deja influenciar por ellos.
Los batalladores del Reino, los que defienden la continuidad del mismo, los hombres y las mujeres que día a día están unidos para fortalecer el nombre del Reino, los que les duele cada falta o cada visita de foráneos a despojarlos de las arcas, esos que siguen con la resistencia interna para acabar con falsos profetas, con buitres carroñeros que son capaces de terminar con el sueño de uno en cientos; presenciaron como les han negaron nuevas armaduras y armas de trabajo, con la excusa que el cobro de impuesto en el Reino y las riquezas, no están previstas para esas adquisiciones, aunque se percataron de la compra de algunas armaduras a herreros de otro reino, habiendo en el Reino personal capaz de hacerlas, pero que además la cantidad no era suficiente para cubrir la demanda del ejercito, seguro serán utilizadas por el círculo elitario (LP), aunque sus batallas sean otras distintas a las del pleno.
Ya el castillo no es aquel donde todos tenían derecho a la recreación, han eliminado muchos beneficios, pero es importante destacar que sólo sucede para el pueblo irreverente, aunque existe un decreto de los dioses, que los beneficios adquiridos nunca podrán ser eliminados por mandatario alguno que llegue, el Reino Oscuro sin importarle nada recurre en esa irregularidad. Pero la esperanza sigue viva entre los habitantes que con dignidad siguen la lucha, sin temor, buscando la luz al final del túnel, esa que acabe con la oscuridad y la tiniebla en la que tienen sumido al Reino.