I can’t breathe! (no puedo respirar)

‘¡No puedo respirar!’, susurró 11 veces el afroamericano Eric Garner cuando el policía Daniel Pantaleo lo asfixiaba. Murió y absolvieron al verdugo callejero. Blanco, claro. Ya van tres casos desde agosto. O cuatro. Se está volviendo monótono. Como monótona es la intervención en países mediante revoluciones de colores, preludios de devastación de naciones enteras.

Jean Baudrillard lo llamó la transparencia del mal. Hannah Arendt lo llamó la banalidad del mal para referirse a Adolf Eichmann, el nazi corresponsable del Holocausto. Hastadonde ungenocidio puede ser banal. Lo paradójico, sostiene Arendt, es que precisamente una acción tan monstruosa la haya ejecutado un operador monótono y aburrido como Eichmann, bastante lejos de ser un villano de película. Por eso podemos hablartambiénde la burocracia del mal.

Porque los que planifican la prisión de Guantánamo, las revoluciones de colores, las invasiones, los «bombardeos humanitarios», son gente tan aburrida y monótona como Eichmann. Son Obama, Hollande, Christine Lagarde, Durão Barroso, Peña Nieto… Pelmas fastidiosos, soporíferos, pánfilos sin relieve ni lustre, o sea, como la dirigencia opositora venezolana —con la única excepción del ocurrente y malévolo Ramos Allup. Esos burócratas son como los que manejan drones desde una oficina de Nevada, lanzando misiles mortíferos con un control remoto, lejos del drama que están causando a diario. Planifican tragedias industriales, sin emoción, como esos periodistas entrenados para mentir sin pestañear niinventar. Todo lo contrario de Bond, James Bond. Son funcionarios grises, villanos de quince y último. No arriesgan nada, es más, me pregunto si alguna vez hicieron el amor.

El policía Pantaleo parece un tipo así, sin brillo, como los jueces que lo exculpan. Como los torturadores de Guantánamo. Como un poema de John Keatsquecito de memoria: «No odio a quienes combato ni amo a quienes defiendo». En ruso los llaman apparátchiki ‘hombres del aparato’, estalinistas.

Lo más monstruoso es que quienes idean desaparecer a 43 normalistas en México, bombardear Gaza, derribar aviones malasios, destruir a Libia, son personas de bajo perfil que no inspiran odio sino asco. Son bacterias que matan sin importarles un comino la gente que matan, que pueden ser millones. Ni siquiera les importamos.

@rhm1947



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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

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