En comentarios previos hemos llegado a sólidas conclusiones de que el gobierno de Estados Unidos (a través de la Reserva Federal, banco central) ya ha llevado su moneda a un proceso de hiperinflación: tiempo pasado. Sin embargo, ¿qué vemos en realidad cuando atisbamos a nuestro alrededor? Lo que observamos es que esta moneda, obvia y descaradamente sin ningún tipo de valor, ha apuntalado su tasa de cambio con respecto a otras monedas a extremos particularmente absurdos. Entonces, ¿dónde está la hiperinflación?

Nuestros lectores habituales pueden responder automáticamente a esa interrogante. En el gráfico adjunto podemos apreciar la hiperinflación: el crecimiento exponencial de la base monetaria de Estados Unidos (a saber, la oferta de dinero). Tanto la forma de la curva como la cuantía del incremento total, expresan a gritos la palabra "¡hiperinflación!".

La definición universalmente aceptada de "inflación" es que ésta se debe al crecimiento de la oferta de dinero, por lo tanto, lo que la mayoría de la gente cree que es inflación –el aumento en serie de los precios de bienes- es una simple consecuencia inevitable de la inflación de la oferta de dinero. Si la inflación se basa en lo anteriormente expuesto y la oferta de dinero en Estados Unidos se ha incrementado -en el sentido literal- a una velocidad hiperbólica, entonces el gráfico que se muestra más arriba indica que hay hiperinflación, de acuerdo con su definición económico-matemática. Cerrada la discusión. ¿O no?

¿Pero dónde está la inflación masiva de precios que se le ha dicho a la gente es "consecuencia inexorable" de la hiperinflación de la masa monetaria? Una parte de la respuesta es que ésta ha sido escamoteada y –por consiguiente- la hiperinflación de precios se ha pospuesto. La otra parte es que, a lo largo de la Historia, se ha demostrado que la hiperinflación real (que es cuando el valor de una moneda oficialmente se desploma hasta cero) es un evento donde incide la confianza. Lo que esto significa de acuerdo con la Historia, es que siempre hay un rezago entre el momento en que una moneda ha sido empujada a la hiperinflación (como explicamos con anterioridad), y cuando ésta pierde realmente todo valor oficial como medio de cambio. La duración de esa brecha representa la cantidad de tiempo en la que pueden ser engatusados los tontos que usan dicha moneda sin valor, al hacerles creer que todavía vale algo.

En relación con el dólar estadounidense, ahora éste carece de todo valor por definición -tal como lo demostramos más arriba- y el engaño de su fortaleza ha sido la culminación de un programa de varias décadas, basado en el fraude y la manipulación. Esto ha ido de la mano con la propaganda de saturación de los medios de comunicación corporativos, en la que estos afirman que el dólar estadounidense es una moneda "sólida". Si le dices a un idiota, todos los días de su vida, que el dólar es "mejor" que otras monedas (que no valen nada), le tomará mucho tiempo a éste darse cuenta y entender la verdad.

Para ser más específicos en el asunto, ¿cuál sería la manera más obvia –y primordial- de crear la ilusión de que una moneda sin valor es una moneda sólida? Manipulando su tasa de cambio al alza, por medio de la fuerza bruta y la operación criminal en los mercados de divisas. Los grandes bancos de Estados Unidos y Europa han sido condenados por manejar el dólar al alza de manera sistemática, desde –al menos- 2007.

El misterio no es que los grandes bancos (principalmente los estadounidenses) hayan sido descubiertos en la manipulación de la cotización del dólar por casi una década, ya que el gráfico anterior prueba que un crimen de esta naturaleza se estaba cometiendo. El "misterio" es que estos banqueros gansteriles hayan estado involucrados en un crimen en serie, dentro de un mercado que realiza transacciones por el valor de billones de dólares cada jornada, y que haya tomado ocho años a los fiscales de Estados Unidos y Europa "percatarse" de esta mala praxis en desarrollo.

La respuesta es que el crimen no podía continuarse por más tiempo. Más bien, lo que esto indica es que los grandes bancos habían estado manipulando este mercado por ocho años y que ya no era posible encubrir un delito tan enorme y sistémico. De hecho, la manipulación de divisas ha sido una de las formas favoritas de estas instituciones para practicar el terrorismo financiero, según se desprende de las investigaciones y acusaciones en relación con el fraude de los grandes bancos en el mercado de divisas.

La primera que sufrió ataques fue la rupia india y su tasa de cambio descendió a niveles récord. Luego fue el turno del rublo ruso. Y éstas son sólo las grandes divisas que han experimentado los embates del terrorismo financiero. Otro ejemplo: echemos un vistazo a la moneda de Venezuela, otro objetivo evidente del terrorismo de Estados Unidos y sus prominentes bancos.

Mas la manipulación del mercado de divisas es una de las formas en las que el sindicato del crimen de los grandes bancos, la Reserva Federal y el gobierno de Estados Unidos, buscan ocultar la inflación en este país y, en consecuencia, la carencia de valor del dólar. La segunda fase de esta campaña criminal es simular la "demanda" de dólares.

El vehículo principal de esta rama del crimen es el fraude masivo y sistemático que tiene lugar en el mercado de los Bonos del Tesoro. Para quienes no estén familiarizados con los elementos fundamentales del mercado de los bonos, acá les ofrecemos un breve resumen. El "precio" de un bono es directa e inversamente proporcional a la tasa de interés de éste: si la tasa sube, el precio baja y viceversa. Se supone que la tasa de interés de los bonos que se comercian en los mercados globales (tales como los Bonos del Tesoro), esté en función directa del "riesgo" asociado a dicha deuda.

Para ser más específicos, a mayor riesgo de cesación de pagos más alta será la tasa de interés que los prestamistas pedirán por ese bono en el mercado que financia esa deuda. Oficialmente, el gobierno de Estados Unidos es la nación más endeudada del planeta con una deuda nacional de aproximadamente 18.5 billones de dólares.

Estados Unidos simula tener un PIB de 16.5 billones de dólares, aunque muchos de esos "billones" no son más que una cortina de humo, una farsa económica. Sin embargo, EEUU, de manera oficial, ya ha pasado de largo el 100% del nivel de deuda sobre PIB, lo cual significa una "crisis de deuda" (y considerables tasas de interés en sus bonos). Pero la historia verdadera de este fraude endémico se halla en las deudas y pasivos "no oficiales" de EEUU.

Así como lo calculó un antiguo asesor del gobierno de Reagan (quien ahora es profesor universitario), las deudas y pasivos de EEUU sobrepasan los 200 billones de dólares. No son nada más 18.5 billones. La diferencia mayor al 1.000% entre estas dos cifras se debe a un fraude contable de gran envergadura cometido por el gobierno, por medio del cual (oficialmente) ha convertido billones de deuda en "pasivos".

Precisamente para evitar fraudes contables de esta índole, todas las empresas estadounidenses (y occidentales en general) están obligadas por ley a informar sobre sus deudas y pasivos en un solo monto, usando los principios contables GAAP (Principios Contables Generalmente Aceptados) que son un estándar universal en el área correspondiente, aunque los gobiernos están exentos de ello. A la luz de estos patrones mundiales, EEUU no sería simplemente insolvente y ni siquiera estaría sólo en bancarrota, sino yacería en la quiebra más absurda.

Únicamente por medio del fraude contable sistemático, EEUU ha mantenido a raya una declaración formal de bancarrota, aunque eso habría significado cargos criminales para los responsables si el fraude lo hubiese cometido una empresa. La estafa contable del gobierno de EEUU hace que –en comparación- el caso "Enron" luzca limpísimo.

Los Bonos del Tesoro no valen nada porque representan las cuantiosas deudas de una entidad completa y ridículamente quebrada. Esto implica de manera necesaria y directa que las tasas de interés de estos bonos-fraude deberían estar cerca del infinito; por el contrario, hemos visto hace poco cómo los Bonos del Tesoro se transaban con tasa de interés "negativa". Lo que se nos quiere hacer creer es que algún "prestamista" paga al gobierno de EEUU, por tener el privilegio de darle dinero a la entidad más quebrada en toda la historia de las naciones y ello ni siquiera contabiliza las (hipotéticas) pérdidas futuras que tendrá el supuesto acreedor debido a la "inflación", ya que ésta erosionará todavía más el valor del bono. Lo único más enorme que este fraude en sí mismo, es la locura con la que los medios de comunicación corporativos, los banqueros y el gobierno de EEUU, han estado tratando de vendernos esto.

¿Cómo se perpetra y se financia este fraude? Desde luego, con más fraude. No hay "compradores" para la deuda de EEUU en tales cantidades de billones de dólares; de todos los compradores potenciales en el planeta (principalmente gobiernos soberanos), la mayoría no tiene dinero suficiente para adquirir estos bonos-fraude, incluso si no valiesen nada.

De esos pocos países restantes que en realidad tienen "excedentes" para tales compras (como China), la mayoría ya ha cesado de obtener, de forma voluntaria, cualquier Bono del Tesoro. Efectivamente, al mismo tiempo que hemos observado el último fraude de bonos con tasa negativa, el tenedor más importante de estos, China, ha estado deshaciéndose de ellos en cientos de miles de millones de dólares.

¿Hay alguna forma de que los Bonos del Tesoro puedan subir de precio (y que su tasa caiga) mientras el más grande tenedor foráneo de los mismos está saliendo de ellos en cantidades sin precedentes? Desde luego que no. En cualquier mercado, con cierta legitimidad, lo pretérito hubiese provocado el desplome de los precios de los bonos y la subida de la tasa de interés, aún si estos bonos no fuesen tan obviamente carentes de valor.

Ahora bien, ¿cómo el gobierno de EEUU o la Reserva Federal logran que el mercado de los Bonos del Tesoro no funcione como un mercado de verdad? En realidad, la respuesta es abrumadoramente simple. La Reserva Federal falsifica dólares en cantidad de billones y utiliza esta moneda ilegal para comprar la oferta entera de Bonos del Tesoro. Más tarde viene el blanqueo de capitales, en el cual el gobierno de EEUU endosa estos bonos sin valor a los libros de contabilidad de sus cómplices lacayos: gobiernos como los de Bélgica y Japón. Supuestamente (a saber, de manera oficial) el gobierno de Bélgica consagró la totalidad de su PIB a la adquisición de estos bonos (sin valor) de EEUU, durante un período de varios meses. Para aquellos que encuentren muy inverosímil esta realidad, sólo hay otra explicación posible: un blanqueo institucional de capitales de tal magnitud y tan sistemático, que necesita de la participación de gobiernos soberanos.

-Traducido del inglés por: Adán González Liendo.

-Texto original disponible en: https://www.sprottmoney.com/blog/h-to-hide-a-hyperinflation-1.html

Nota del traductor: Jeff Nielson es canadiense. Es escritor, editor y cofundador de la página de internet "Bullion Bulls Canada", dedicada a los metales preciosos y la información financiera. Estudió economía por cuatro años y también se graduó de abogado en la Universidad de la Columbia Británica, en 1989. No lo podemos acusar de chavista o socialista.