Paul Vergés y el internacionalismo del Partido Comunista Reunionés

Introducción

Fundado en 1959, año del triunfo de la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro, el Partido Comunista Reunionés de Paul Vergés tuvo desde sus tiempos iniciales una vocación internacionalista. Si el objetivo principal es reivindicar el derecho de los reunioneses a la dignidad, el PCR siempre ha mantenido un lazo muy fuerte con los pueblos en lucha por su emancipación. Modesto por su tamaño e influencia, procedente de una minúscula isla perdida en medio del océano Índico, el PCR se ha destacado en cambio por su solidaridad inquebrantable con las causas nobles y jamás ha transigido sobre los principios de fraternidad, generosidad con los humildes de la tierra.

¿Cuáles fueron las grandes causas de la humanidad que apoyó el PCR desde su fundación? ¿En qué zonas geográficas se expresó su solidaridad internacionalista? ¿De qué modo contribuyó a esas luchas? ¿Cuáles fueron las grandes personalidades revolucionarias del siglo XX que conoció Paul Vergés como secretario del PCR? Preguntas a las cuales este artículo aspira a contestar.

El PCR, en nombre del principio de solidaridad entre las luchas, brindó un apoyo constante a los pueblos en lucha en la zona del océano Índico, sea en Sudáfrica o en las islas Chagos. Paul Vergés desempeñó también un papel importante en la solidaridad internacionalista con Vietnam, atacado por el imperialismo estadounidense, exhortando a las dos grandes potencias, la URSS y China, a que pusieran de lado sus diferendos para apoyar la causa de la emancipación que lideró Ho-Chi-Minh. Por fin, el PCR expresó una fidelidad constante a la lucha del pueblo cubano por la preservación de su independencia, símbolo de la aspiración de los desheredados a una vida mejor.

Solidaridad en el océano Índico

El Partido Comunista Reunionés expresó primero su solidaridad internacionalista en su zona geográfica apoyando dos grandes causas: el derecho del pueblo de Chagos a vivir en su tierra natal y la lucha contra el apartheid en Sudáfrica.

Chagos

El archipiélago de Chagos es un conjunto de 65 islas principales de una superficie de alrededor de 60 kilómetros cuadrados, situado al norte del océano Índico, entre África e Indonesia, a unos 2.000 km de La Reunión, entre las cuales la más importante es Diego García (44 km2). Como Isla Reunión, Chagos fue una colonia francesa de poblamiento a partir de 1783. En 1814, tras las guerras napoleónicas y la firma del Tratado de París, Chagos –así como todas las demás islas del océano Índico menos La Reunión– pasan bajo corona británica. En 1903 el archipiélago es integrado a la colonia de Isla Mauricio. En 1965, Chagos es separado de Isla Mauricio, que conseguiría su independencia en 1968, y se convierte en el territorio británico del océano Índico. El archipiélago entonces se pobló con unos dos mil habitantes, en su mayoría descendientes de esclavos originarios de Madagascar y de Mozambique y de trabajadores procedentes de la India.

Por su posición estratégica, en el marco de la Guerra Fría, Estados Unidos decide instalar en 1966 una base militar en la isla de Diego García, la más importante que tiene Washington en el exterior, por una duración total de 70 años (50 años + 20 años). Para ello, y de acuerdo con el Gobierno británico, todos los habitantes de Chagos son arbitrariamente deportados a Isla Mauricio y a Seychelles entre 1966 y 1973, sin posibilidad de regreso, en violación de los artículos 9, 13 y 17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Según el artículo 9, "nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado". El artículo 13 estipula que "toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país". Por fin, el artículo 17 recuerda que "nadie será privado arbitrariamente de su propiedad".

El PCR, en virtud de sus principios fundadores de solidaridad internacionalista, expresó su apoyo a la lucha del pueblo de Chagos desde los primeros momentos. En 1989, Paul Vergés, entonces alcalde de la ciudad de Le Port, acogió la primera conferencia internacional sobre la lucha del pueblo de Chagos por el respeto de sus derechos fundamentales. Las autoridades decidieron nombrar la principal avenida de la ciudad "Avenida Chagos", en homenaje a la lucha de un pueblo considerado hermano según la historia, la geografía y por las aspiraciones a la dignidad.

Olivier Bancoult, presidente del Grupo Refugiados Chagos, rindió tributo a la memoria de Paul Vergés y recordó el apoyo indefectible del PCR a la causa de su pueblo:

"Nos sentimos honrados de que la causa de Chagos formase parte de sus grandes combates. Haber tenido a Paul Vergés a nuestro lado en nuestra lucha por el respeto de nuestros derechos fundamentales fue un privilegio y una gran fuente de inspiración. Fue un verdadero guía, casi un padre, que nos ayudó en nuestras primeras batallas. Recuerdo que durante su mandato como presidente del Consejo Regional entre 1998 y 2010, nos invitó aquí, al Consejo Regional, y nos alentó a que diéramos una dimensión internacional a la lucha de Chagos, a que lleváramos nuestra voz al mundo. Nuestra primera conferencia internacional tuvo lugar aquí, en la ciudad de Le Port, en La Reunión, en 1989, y fue también Paul Vergés el primero en alentar la creación del Comité Solidaridad Chagos-La Reunión.

Hoy el pueblo de Chagos, con 10.000 miembros, aspira todavía a la justicia. Maurice Gironcel, secretario general del PCR, reafirmó en febrero de 2017, con ocasión del IX Congreso del partido, el apoyo de los herederos de Paul Vergés a la causa de Chagos.

La lucha contra el apartheid en Sudáfrica

El PCR también se comprometió de modo resuelto y concreto al lado del pueblo surafricano en la lucha contra el régimen racista de Pretoria y el apartheid. No obstante, el contexto era hostil a la expresión de cualquier solidaridad. En efecto, el Gobierno francés brindaba su apoyo a Pretoria. Existía una línea aérea entre La Reunión y Sudáfrica y el régimen supremacista también tenía una representación diplomática en la isla. Por otra parte el apartheid tenía un grupo de amistad en el Senado francés presidido por Georges Repiquet, un reunionés. Por su parte Paul Vergés, a contrapié del poder dominante y denunciando la complicidad de la Francia institucional con los verdugos de Pretoria, lanzó en La Reunión la consigna "Liberen a Mandela", símbolo de la resistencia a la opresión, y brindó un apoyo político y material a la lucha contra la segregación racial.

En 1985 el PCR organizó una inmensa manifestación contra el régimen del apartheid y en apoyo a la lucha de los surafricanos por la libertad que reunió a miles de personas. La exigencia era triple: boicot a los productos surafricanos vendidos en La Reunión, cierre de la línea aérea entre Saint-Denis y Johannesburgo y cierre del consulado surafricano.

Como diputado europeo, Paul Vergés encabezó una delegación de parlamentarios y organizó una misión de investigación en Sudáfrica estrangulada por el régimen del apartheid. Marcado por las injusticias que observó allí, el grupo parlamentario publicó un informe denunciando las exacciones cometidas contra la mayoría de los surafricanos, víctimas del sistema segregacionista. Tras la publicación del informe, la Unión Europea decidió restringir sus relaciones diplomáticas con Pretoria.

Durante el centenario de la fundación del Congreso Nacional Africano en enero de 2012, ningún partido político europeo fue invitado a las celebraciones. En cambio el PCR ocupó un lugar de honor al lado de las otras delegaciones, ilustrando así el reconocimiento del pueblo surafricano por la solidaridad activa de los reunioneses.

Apoyo activo a la lucha del pueblo vietnamita

Vietnam fue también una de las grandes causas que defendió el PCR. Esta nación que aspiraba a la plena independencia fue víctima de una guerra implacable de 1965 a 1973 que llevó Estados Unidos, opuesto a la emancipación del pueblo vietnamita. En el espacio de ocho años, se lanzaron más bombas sobre el norte de Vietnam que el total de bombas lanzadas durante toda la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. La resistencia popular que lideró Ho-Chi-Minh suscitó una solidaridad internacional, a la cual contribuyó Paul Vergés.

Paul Vergés sentía respeto y admiración por los pueblos de la URSS, su revolución y sus progresos sociales y tenía lazos políticos fuertes con sus dirigentes. En cambio no vacilaba en expresar su oposición cuando consideraba que se violaban los principios y valores internacionalistas. Así, en 1968, condenó la invasión de Praga por la URSS, la calificó de "error trágico" y votó en contra de una moción que presentó el Partido Comunista de la URSS en 1969 durante un congreso que reunió a los partidos progresistas del mundo. En plena crisis entre la Unión Soviética y China, el líder del PCR lanzó un llamado a las dos grandes potencias, exhortándolas a dejar de lado sus diferendos, recordándoles que la gran prioridad era la lucha del pueblo vietnamita contra el imperialismo estadounidense. Paul Vergés se reuniría con Mao Ze Dong en octubre de 1961 durante un viaje a China, echando las bases de lazos duraderos entre el Partido Comunista Chino y el PCR. Paul Vergés también conocería a Ho-Chi-Minh y tejería relaciones con Vietnam.

Fidelidad a Cuba socialista

La Revolución Cubana fue una fuente de inspiración para todos los pueblos que luchaban por su emancipación. En La Reunión, la influencia de las ideas de progreso que vehiculó el proceso liderado por Fidel Castro marcó al PCR. Paul Vergés expresó con elocuencia su admiración por la lucha del pueblo cubano por la dignidad: "Cuba, ejemplo en América Latina de lo que puede hacer un pueblo que toma sus responsabilidades entre sus manos. Es para nosotros otra razón de confianza en nuestra propia victoria en el futuro".

La Habana siguió con atención el combate del PCR por la igualdad. Los dirigentes cubanos sabían quién era Paul Vergés. Así, con ocasión del XX aniversario del triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1979, el Partido Comunista de Cuba invitó al secretario general del PCR a La Habana, el cual, fue recibido con todos los honores. Fidel Castro hizo el esfuerzo para reunirse con Paul Vergés durante un encuentro que duró varias horas.

Los grandes logros de la Revolución Cubana, particularmente la protección social brindada a los más vulnerables, marcó al PCR. Un extracto del diario Témoignages de 1979 expresó ese sentimiento:

"En Cuba ya no hay niños abandonados en las calles. Desaparecieron los limpiabotas, los mendigos. Los niños son reyes. Gozan de buena salud, van a la escuela y a los centros de recreo o están con sus familiares y ya no el temen al futuro. Las mujeres tienen derecho al trabajo, a la palabra, a la libertad. Un Código de la familia las protege a ellas y a sus hijos".

Paul Vergés pensaba en una posible aplicación en La Reunión de algunas medidas del modelo cubano, particularmente en el campo social. La isla del océano Índico presentaba en aquella época todas las características socioeconómicas de una sociedad del Tercer Mundo. Así, según el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos francés (INSEE), en 1970, el ingreso por habitante era inferior a 300 euros, o sea apenas un 17% del nivel nacional. El PCR se sintió impresionado particularmente por el éxito de Cuba en la lucha contra el analfabetismo, que en 1961 se convirtió en el primer territorio del continente en erradicar esta plaga. Hoy La Reunión cuenta con más de 120.000 analfabetos sobre una población de 840.000 habitantes, o sea cerca del 25% de los habitantes entre 16 y 65 años, cuando Cuba resolvió este problema hace más de medio siglo.

Conclusión

El internacionalismo solidario con los pueblos del Sur en lucha por su emancipación fue un valor fundamental que cultivaron Paul Vergés y el PCR. En su tiempo José Martí, Héroe Nacional Cubano, expresó la máxima siguiente: "Patria es Humanidad". Desde 1959 la Revolución Cubana ha hecho de este principio el pilar de su política exterior. En Isla Reunión el PCR, bajo la égida de Paul Vergés, a su manera y en el límite de sus recursos, ha expresado la solidaridad de los reunioneses con las mujeres y los hombres del planeta que reivindican su derecho inalienable a la autodeterminación, a la paz y a la dignidad.



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Salim Lamrani

Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

 lamranisalim@yahoo.fr

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