El pasado 02 de junio Página Transversal publicó un artículo con el título de Geopolítica de la Iglesia Católica. Este artículo concluye afirmando:
“Todos los problemas a los que la Iglesia de Roma se enfrenta hoy en día en las diferentes partes del mundo, hay dos formas de abordarlos. La primera es continuar en la batalla por el dominio del mundo, insistiendo en la primacía del catolicismo en lugar de otras denominaciones cristianas. Esto sólo agravará las posiciones del cristianismo frente al secularismo y otras religiones. El cristianismo se convertirá en la Fe de una minoría y la misión escatológica de la evangelización que está impulsando el proselitismo católico no se cumplirá. La segunda forma es abrazar una visión pan-cristiana más ecuménica, que puede ser mucho más fácil frente a la islamización agresiva y la más insidiosa secularización. La Iglesia Católica debe cambiar su estrategia hacia otros cristianos, si quiere salvar el cristianismo”.
Respecto del contenido de todo el artículo, estas son mis acotaciones:
UNO, actualmente no existe Iberoamérica. Esta es una reminiscencia colonialista y eurocentrista que hay que desterrar en favor de la historia y el respeto a la tradición e identidad de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe.
DOS, “La posición de la Iglesia” no está sólo en los corazones de la gente de Latinoamérica y del Caribe (ALC), sino en sus cerebros. Ello debido a ese precario e incipiente “capital cultural” que tiene más de las dos terceras partes de su población. Esto, debido a las condiciones de pobreza en las que sobrevive. Consecuencia del colonialismo impuesto por la masonería judía desde la caída de las civilizaciones azteca, maya e Inca. Los “Estados” republicanos de ALC no cambiaron nada con el advenimiento de la llamada “Independencia” del siglo XIX. Esta no fue más que la continuidad del imperialismo masónico-judío revestido de “libertad, igualdad y fraternidad”. Inglaterra, primero, Estados Unidos después y ahora la alianza masónico-sionista euro-estadounidense-israelí, consustanciada con la Iglesia católico-masónica, han perpetuado su hegemonía geopolítica en esta parte del mundo. El poder alienante de las Iglesias, católica o protestante ha sido y es instrumento insustituible para asegurar esa hegemonía. Ahora tienen en los “activismos” de género, feminista y LGTB a sus primeros aliados. No es gratuito, por eso, que el actual Papa Iluminati y masón esté haciendo declaraciones que favorecen la extensión de estas deformaciones. Las mismas que, en nombre de la post-modernidad, pretenden sustituir lo biológico por lo ideológico, lo natural por lo supuestamente “cultural”.
TRES, el apartado sobre Oriente Medio y el Norte de África en el artículo que acoto, “sugiere” que estas serían “tierras sólo de mártires” debido al control total del Islam que estaría “eliminando a los cristianos”. La limpia de cristianos coptos, ortodoxos y de otras especies, no son obra del Islam sino de los mercenarios que la alianza sionista más el wahabismo saudí alimentan y arman para alcanzar el “nuevo orden mundial” y el mito de un solo gobierno y una sola religión global. Al parecer, la islamofobia también ha podido contagiar a un medio como Página Transversal.
CUATRO, tanto en lo que toca a América latina y el Caribe como a África, Oriente y Asia, lo deseable es que más temprano que tarde desaparezcan del referente simbólico y social de estas regiones y de sus poblaciones, las iglesias cristianas de cualquier pelaje. Éstas no firman parte ni integran la “tradición” cultural de sus identidades. Lo que debe preocuparnos es cualquier intento mediático que pretenda argüir en pro de la permanencia de esas iglesias (católica o protestante). Éstas cimentan las perversiones y taras a las que son ajenas el Islam o las diversas formas de religiosidad estigmatizadas como “paganas”. Poco importa, en este sentido, el disfraz de supuestos “ecumenismos” cuando en verdad de lo que se trata es de sumar fuerzas para enfrentar al Islam a favor del judeo-cristianismo sionista que procuran el Vaticano y la alianza euro-estadounidense-israelí-saudí.