Nadie debiera sorprenderse que el gobierno de Donald Trump recientemente afirmara que tiene un
https://www.nytimes.com/2018/02/22/us/politics/isis-syria-american-troops.html
derecho perfectamente legal para permanecer en Siria tanto como lo desee porque está luchando contra el terrorismo. El argumento se desliza algo así:
El Congreso ha aprobado un proyecto de ley que permite a los militares norteamericanos perseguir y destruir a al-Kaida y a sus agrupaciones asociadas donde quiera que se encuentren. Es parte de lo que se conoce como la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF sigla en inglés). Según la Casa Blanca, uno de los grupos asociados, el Estado Islámico en Siria, sigue actualmente estando activo en Siria y por lo tanto la presencia de la fuerza militar de Estados Unidos es legal hasta que el grupo sea completamente eliminado por lo que no se requiere de ninguna legislación o autorización adicional para permanecer en el país.
El hallazgo legal de Trump fue declarado en dos cartas publicadas por los subsecretarios de política de los Departamentos de Estado y de la Defensa. Estas cartas fueron en respuesta a solicitudes hechas por el senador Time Kaine, de Virginia quien durante varios años ha estado preguntándole a la Casa Blanca de Barack Obama y ahora de Donald Trump, que aclare qué autoridad legal es la que permite que dos mil soldados norteamericanos estén estacionados en Siria, sin una declaración formal de guerra, sin ninguna autorización de la ONU o cualquier otra invitación de parte del legítimo gobierno de Bashar al-Assad en Damasco. Kaine ha citado las restricciones impuestas por el Acta de los Poderes de Guerra de 1973 la cual permite al presidente el uso de la fuerza militar en una situación de emergencia que luego de sesenta días es necesario ir al Congreso para su aprobación.
Existe una cantidad de problemas en la justificación de la Casa Blanca para permanecer en Siria comenzando por el hecho que al-Kaida y el Estado Islámico no están de ningún modo asociados y podrían ser descritos como rivales e incluso como enemigos, lo cual hace que todo el argumento de la AUMF sea irrelevante. Por otra parte, la razón para que fuerzas militares norteamericanas estén en Siria, después de todo, ha sido descrita de diferentes maneras por altos funcionarios del gobierno. Como se ha apresurado en hacerlo con énfasis el Secretario de Estado Rex Tillerson en el sentido que una
https://www.nytimes.com /2018/01/17/world/middleeast/tillerson-troops.syria-islamic-state.html
estadía prolongada es necesaria para bloquear el resurgimiento del Estado Islámico y también para impedir que el gobierno sirio retome áreas actualmente ocupadas por agrupaciones rebeldes apoyadas por Estados Unidos. De manera curiosa él describe esas áreas ajenas al control del gobierno sirio como "liberadas". También ha declarado que Estados Unidos permanecerá en el lugar para presionar a Bashar al-Assad para que renuncie, es decir, provocar un cambio de régimen.
Tillerson utiliza el ejemplo de Libia en apoyo de sus argumentos, señalando que Libia no fue ocupada ni "estabilizada" por naciones que se asociaron para derrocar al gobierno de Muammar Gadafe. También ha citado la decisión del presidente Barack Obama de retirar las fuerzas norteamericanas de Irak como un factor contribuyente para el surgimiento del Estado Islámico, aparentemente sin saber que los militares norteamericanos fueron forzados a salir por el gobierno de Irak.
Pero, el viernes pasado, el presidente Trump lanzó una señal diferente, señalando durante una conferencia de prensa
https://www.youtube.com/watch/?v=OGKO4AX18aC
con el Primer Ministro de Australia que "Estamos ahí por una sola razón: atrapar al Estado Islámico, deshacernos del Estado Islámico y luego irnos a casa. No estamos ahí por ninguna otra razón y hemos en gran medida alcanzado nuestra meta."
Existe un considerable sesgo informativo generado por el gobierno en apoyo de sus demandas. Sin embargo, deberá aceptarse que el régimen sirio de al-Assad es reconocido casi universalmente como legítimo y soberano en su propio territorio, hecho que incluso es reconocido por Estados Unidos, que al mismo tiempo apoya a los rebeldes que tratan de derrocar a ese gobierno. Por lo tanto, la intención de Estados Unidos de mantener una presencia continua menos cualquier amenaza viable de parte de al-Kaida en el país es completamente ilegal tanto en el derecho nacional como internacional.
Abreviando, la prolongada presencia de Estados Unidos en Siria ostenta todos los sellos distintivos de una política norteamericana más, empaquetada en un muy alto nivel de ambigüedad, que es un fracaso aún antes que se aplique. No solamente es ilegal, no es viable con dos mil asesores militares sobre extendidos en apoyo a los delegados kurdos quienes ya están totalmente inmersos en la lucha contra los turcos. Eventualmente Washington se cansará del esfuerzo y abandonará. Ojaló ese día llegue pronto.
Traducción desde el inglés por
Strategic Culture Foundation Sergio R. Anacona
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