El sistema capitalista tiene siglos de existencia, pero hoy es mundial y tiene otras consecuencias para todos los seres humanos. Ya no se trata, como en los tiempos del capitalismo mercantil de conquistar mercados ni establecer colonias como en el siglo XIX, que buscaba materias primas y mercados. El capitalismo en el siglo XX fue internacionalizado y tiene instituciones tales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que permiten un control por parte de países industrializados y con poder militar someter a los países pobres que son la mayoría.
Este control económico se realiza principalmente a través de mecanismos financieros y jurídicos, capital financiero, la especulación, los paraísos fiscales, los mecanismos de fijación de precios, las deudas externas de los países. Con normas jurídicas se refuerzan todos esos controles, tales como privatización de los servicios públicos y la seguridad social. Se imponen internacionalmente con la Organización Mundial del Comercio que están al servicio del capital y en contra de los derechos de los pueblos. No es una sumisión directa del trabajo sino indirecta. Los bancos controlan a la mayoría de los Estados con el pago de sus deudas adquiridas, le impiden llevar a cabo políticas de redistribución de los ingresos, les impiden realizar inversiones sociales y culturales colectivas e incluso le impiden reforzar medidas de seguridad social.
La desigualdad social entre hombres y mujeres existía antes de que se impusiera la organización de toda la economía. La conquista de los territorios en busca de ventajas económicas o políticas no comenzó con el capitalismo, ya existía en el feudalismo, pero en el capitalismo se privatizó los servicios públicos como la salud y la educación. El capitalismo estadounidense conquista nuevas fronteras para remediar sus crisis cíclicas que lo afectan en la actualidad. La nueva fase es el neoliberalismo armado para someter a los que se oponen a sus pretensiones, instalando nuevas bases militares y promoviendo conflictos locales en países que no se desean someter que han surgido después de la II Guerra Mundial y que poseen materias primas en zonas geoestratégicas como Venezuela.
El planeta tierra que se encuentra actualmente en una crisis económica y ambiental ocasionada por el capitalismo depredador mundial, y especialmente el estadounidense, pretende apoderarse también de los últimos recursos minerales y ambientales que se encuentran en América Latina, tales como hídricos y ambientales que se encuentran en la Amazonia, pulmón vegetal de mundo, petroleros en Venezuela, mineros y ambientales para poder remediar su crisis económicas que lo afecta en la actualidad.
No deberíamos olvidar la experiencia política de la “coexistencia pacífica” de la Perestroika y el Glasnost durante la Unión Soviética que apoyaron entre otro Boris Yeltsin y donde Gorbachov renunció el 25/12/1985, cuando los costos de la carrera de armamentista eran demasiado costosos y decidieron desarmarse para dar un ejemplo de buena voluntad, para según ellos evitar una confrontación nuclear con los Estados Unidos que provocó la disolución de la Unión Soviética.
La OTAN no dudó en violar dos principios fundamentales en la política internacional, el de la soberanía nacional de los Estados y el estatus de Naciones Unidas. La guerra de los Balcanes anunciada por la OTAN el 30 de marzo de 1999 fue declarada sin autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Debemos entender que la economía de guerra es una tendencia estructural del capitalismo. Actualmente estamos nuevamente al borde de la Tercera Guerra Mundial. Y la solución sigue peor, con el armamento nuclear existente hoy destruiríamos el planeta varias veces.