El ambiente es un tema obligante para todos. Es un asunto de vida y algunos lo han convertido en un asunto de muerte. No es absurdo suponer las consecuencias nefastas del cuestionado fin ético social de la dirigencia de algunos países del mundo. Estamos frente a los que Thorstein Veblen hace muchos años llamó "la fase depredadora" del desarrollo humano.
Hoy nos alarmamos por los incendios que ocurren en varios países, seguro que mañana nos sorprenderán otras situaciones producto de lo que ya es costumbre en calificar como en hechos de guerra como un "error humano". Ciertamente los incendios forestales en su mayoría son obra humana. El Servicio de Vigilancia Atmosférica del Programa Copérnico de la Agencia Espacial Europea y la Unión Europea ha destacado los 5 incendios más significativos últimamente: en Siria; en el círculo polar ártico y los bosques boreales; en Indonesia; en Queensland y Nueva Gales del Sur (Australia); y en el Amazonas.
Lo que ocurrió recientemente en la Amazonía (y sigue ocurriendo) y ahora en Australia está plenamente demostrado que ha sido generado, entre otras causas, por políticas públicas contrarias a la protección al ambiente. Poco después de su elección en 2013, el primer ministro australiano Tony Abbott abolió el Ministerio de Ciencia, la Autoridad del Cambio Climático y la Comisión del Clima. También anunció la abolición del impuesto al carbono, introducido en 2012, que tenía como objetivo reducir las emisiones de CO2, de las cuales Australia es uno de los mayores emisores. Es sorprendente la información que aportan varias fuentes al respecto, lo cual ha motivado que la población salga a las calles a pedir la renuncia del Primer Ministro. Dicen algunos informes: "Australia es el sexto país más grande del mundo con una superficie de 7. 741. 220 km²…. Australia está muy fuertemente impactada por el calentamiento global: Enero de 2019 es el mes más cálido de la historia del país y nueve de los diez años más cálidos se registraron después de 2005. Entre las consecuencias, los científicos observaron un aumento de la sequía en algunas partes de Australia, así como la frecuencia de inundaciones e incendios a gran escala. Australia es el país con la «mayor huella ecológica» per cápita del mundo en 2017. Si cada persona en el mundo consumiera como el australiano promedio, la humanidad necesitaría 5,2 planetas de la tierra para mantenerse a sí misma….En 2019, Greenpeace incluye a Australia en la lista de países desarrollados que no cuentan con legislación para limitar o reducir las emisiones de dióxido de azufre. Según la ONG, las centrales eléctricas de Australia en la región de Latrobe Valley y Lake Macquarie se encuentran entre las más contaminantes del mundo…"
En la Amazonía, los expertos coinciden que las causas de la destrucción por los incendios se originan en las políticas permisivas del gobierno brasileño que incentivan la expansión en la selva amazónica de la explotación de soja y de la ganadería para satisfacer la alta demanda de la expansión mercados. Además, el aumento de la deforestación por la industria de la madera ha hecho que se complique más el panorama en el cual la actividad económica gana pero la selva y la vida pierde, todo ello auspiciado desde altas esferas del Estado.
Dijimos que el ambiente es un tema de responsabilidad e interés público y debe estar en la agenda de trabajo de todos. Instituciones públicas y privadas, universidades, liceos, colegios y comunidades debemos motivar y proponer iniciativas alrededor de las siguientes ideas:
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Diseño de políticas públicas para la gestión de la tierra y el fuego a nivel nacional, regional y comunitario.
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Diseño de un plan de análisis de amenaza de incendios.
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Fortalecer los Sistemas de Información Geográfica, importantes para la predicción de incendios con precisión, que incluyan mapas de la vegetación, la masa combustible, los valores que deben protegerse y datos sobre la topografía.
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Crear instrumentos normativos que incluyan leyes, ordenanzas, reglamentos e instituciones, así como la asignación de recursos, a fin de facilitar la ejecución de las políticas.
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Crear un eficiente órgano de control de incendios a nivel nacional, regional y comunitario.
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Diseñar e implementar un sistema general de comunicación sobre la gestión de incendios, fortaleciendo los valores que sustentan la biodiversidad.
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Fortalecer los programas de formación apropiados a nivel nacional, regional y comunitario para dar respuestas estratégicas y tácticas acertadas.
La tierra está encendida, podemos evitar que el fuego haga estragos en nuestros espacios. Está demostrado: la falta de políticas y de prevención unida a la avaricia criminal de gobiernos y personas son capaces de volver cenizas el planeta. Enfrentemos a tiempo esa amenaza.