Tres grandes errores cometió el camarada expresidente Rafael Correa, que hoy se expresan en la derrota que sufrió la izquierda en Ecuador.
El primero de esos errores fue el haber colocado sus intereses personales (desde el punto de vista sentimental) sobre la necesidad de fortalecer la Revoluvion Ciudadana. No actuó con espíritu revolucionario y mucho menos de sacrificio, cuando decidió dar un paso a un lado para irse a Belgica a complacer a su esposa.
El segundo error y que quizás influyó en el primero, fue hacer una errada evaluación de las fortalezas del enemigo y las propias. No estaba liquidada la derecha y no era irreversible la revoluvion. No era en definitiva el momento de dar un paso a un lado.
El tercer error fue no haber escuchado las voces que a tiempo le alertaron sobre el "guabineo" de Lenin Moreno y haber desechado revolucionarios probados como Patiño y Glas.
Hoy esos errores pasan factura y Ecuador cayó en manos de un banquero que se enorgullece de ser un neoliberal radical. Sin embargo, y a pesar de la derrota, el correismo está mostrando signos de recuperación que generan esperanza e invitan a la lucha y a redoblar esfuerzos.
Hace poco menos de cuatro años al correismo le habían robado el partido, habían apresado o puesto en fuga a sus más connotados líderes y era víctima de una campaña de desprestigio y satanización nunca antes vista en el país. A pesar de ello, se reagruaron, surgieron nuevos líderes y fueron capaces de ganar la primera vuelta convirtiéndose, nuevamente, en la primera fuerza política del país y todo eso, como ya dijimos en menos de cuatro años.
Cuatro años, no son nada en términos de la historia de un país y aunque serán de sufrimientos, representan una pequeña desviación en el rumbo que definitivamente habrá de tomar Ecuador.
De ese traspié se recuperarán...Ellos volverán.
