Canadá, EEUU y la UE anucian estar dispuestos a revisar las "sanciones" contra Venezuela siempre que se dé "un proceso de negociación integral y con plazos concretos que debería restaurar las instituciones del país y permitir que todos los venezolanos se expresen políticamente a través de elecciones locales, parlamentarias y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes".
Anuncio asquerosamente arrogante de los capos occidentales al servicio del gran capital, artífices de las arbitrarias medidas unilaterales aplicadas en contra nuestro país y de la descalificación internacional creciente y sostenida del Gobierno y el chavismo.
¿Les creemos? No. Imposible creerle a los adalides de la modernidad, de la lógica del capital que le otorga al imperio más poderoso, cruel e insolente conocido por la humanidad. el hipotético derecho a irrespetar nuestra autodeterminación, a cuestionar nuestros procesos electorales, a insistir en la realización de elecciones presidenciales a destiempo y a exigir la restauración de la democracia representativa y subalterna.
Imposible confiar en los herederos del racismo y el clasismo inherentes al sistema capitalista, generadores de políticas y actitudes que le han permitido a EEUU y a Canadá cometer toda clase de barbaridad contra los nativos de sus países y a España, ejecutora principal de la política intervencionista de la UE en América Latina, desconocer impunemente nuestra independencia.
Dado que la colonización y la pretendida neo-colonización española nos es suficientemente conocida, voy a limitarme a recordar una de las peores atrocidades cometidas contra los pueblos originarios de América del Norte. Dando continuidad a su genocidio y al despojo depojo de sus territorios, los gobiernos de Estados Unidos y Canadá (también de Australia y Nueva Zelanda) adoptaron desde fines del siglo XIX hasta la segunda mitad del siglo XX la políca de "civilizar" a los niños indígenas separándoles de sus padres para internarlos en centros educativos -dirigidos por religiosos cristianos- donde se les dio un nuevo nombre, se les separó de sus hermanos, se les prohibió hablar en su lengua materna y se les negó cualquier contacto con su comunidad, su cultura, sus rituales y y suscostumbres.
Hecho que pasó desapercibido para el resto del mundo hasta que por insistencia de los sobrevivientes y de La Federación de Naciones Indígenas Soberanas se descubrieron cerca de mil cadáveres de niños en solo dos centros canadienses.
Hallazgo que ha obligado al Primer Ministro Justin Trudeau a pedir perdón, a crear una Comisión de la Verdad y a reconocer los horrores "...que las familias, los sobrevivientes y las comunidades indígenas saben desde hace mucho tiempo... recordatorio vergonzoso del racismo sistémico, la discriminación y la injusticia que los pueblos indígenas han enfrentado, y siguen enfrentando, en este país".
Y a la Secretaria del Interior de Estados Unidos, Deb Haaland, la primera integrante de los pueblos originarios en el gabinete, a informar que el Gobierno Federal también procederá a explorar lo ocurrido en los centros de su país.
Si eso es con su propia gente, por no ser "blancos", por no pertemnecer a la "raza superior" que queda parea nosotros Hipanos multicolores y libertarios.
Definitivamente, no se les puede creer ni la O por lo redondo