Perú está celebrando los 200 años de su "independencia". Para mí, este fue un acto vil que se extendió desde el 28 de Julio de 1821 hasta hoy. La proclama del monárquico San Martín declarando que el Perú era "libre e independiente por la voluntad de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende" fue una villanía. Los pueblos, considerados "piaras de cerdos" no podían expresar voluntad alguna; y la justicia no la defiende ser inexistente alguno.
La "jura y firma" del Acta de Independencia por los representantes de la aristocracia secular y seglar fue igualmente otro acto de villanía. Inauguraba el tiempo de la mentira, del engaño, de la corrupción, de las intrigas y traiciones, del racismo, de la exclusión, del entreguismo obsecuente y la genuflexión frente a los amos europeos y estadounidenses, desde entonces hasta hoy. Poco o nada pudo cambiar la gesta del ejército bolivariano dirigido por Bolívar y Sucre que acabaron con la presencia del ejército realista en el territorio donde los invasores españoles impusieron el Virreynato y sus Capitanías a punta de magnicidios y genocidios en nombre del Evangelio, la Santa Madre Iglesia, el Rey, la raza blanca, la "civilización".
Resulta ofensivo a la memoria de los millones de "indios" que fueron masacrados, torturados, descuartizados, quemados, ahorcados, empalados casi hasta el exterminio, decir que la llegada del campesino y maestro rural Pedro Castillo a la presidencia de la "república" es un homenaje a los 200 años de independencia. Si algo representa Castillo, son los años de resistencia de Manco Inca; de Juan Choche; de los "nativistas"; de los indios y negros de Vilcabamba; de los indios de Chucuito, Cajatambo, Desaguadero; de los negros de Huachipa y Carabayllo, de Juan Santos Atahualpa (el "guerrillero jamás vencido"); de Túpac Amaru II por citar sólo algunos.
Castillo representa la voluntad de los descendientes de aquellos que prefirieron morir peleando por su tierra y su dignidad antes que hincados lamiendo botas asesinas. Ciertamente, no deja de ser, un acto simbólico. Dependerá de cuanto haga para transitar del simbolismo a la realidad y honrar la memoria de nuestros ancestros y el pensamiento político libertario que tuvo en el Perú, expresión tangible, entre 1968 y el 75. El camino estará lleno de "ayudas desinteresadas", de apoyos incondicionales, de halagos y compromisos de cooperación; pero igualmente de amenazas y "sanciones" apenas el enemigo común de los pueblos advierta que otros gallos cantan en su "patio trasero".
Alguna vez me pregunté si en la hora actual el Perú podía estar a la altura de los desafíos que impone el reordenamiento geopolítico del poder ante la debacle del sionismo estadounidense en plena IV Revolución Industrial y en tiempos del Gran Reseteo Capitalista empujado por el Foro de Davos y sus "filántropos".
La imbecilidad política de los advenedizos en el ejercicio de la política peruana abre zanja para esta duda que ya empezó a patentizarse en el llamado Congreso. Tal vez por esto, la política volverá una vez más a las calles. Pero, para hacer exitoso este retorno, no sólo hay que remontar más de treinta años de guerra sucia so pretexto del "narco-terrorismo"; de autoritarismo y corrupción institucional; de satanización y criminalización de los movimientos sociales; de bio-terrorismo. Hay que pasar desde el sentimiento, la emoción y las demandas a la conciencia política. Única y válida opción para tener independencia por la voluntad del pueblo. Con soberanía y dignidad. Con libertad, justicia y seguridad. Con solidaridad y reciprocidad. Suena a utopía. Pero, ¿acaso un campesino de presidente no fue hasta hoy una "utopía"?
Para ilustrar la vellanía del 28 de julio que hoy celebran los patrioteros huérfanos de patria y ayunos de historia, transcribo lo que decía la llamada "Acta de la Independencia" y el facsímil de ésta con la firma de los "independistas". A todos y cada uno les cupo la "el sagrado deber" del "republicanismo" (made in USA) a la peruana. Con militarismo, constitucionalismo, anarquía y civilismo como sus primeros ingredientes. A los que luego se agregó leguiísmo, aprismo, odriísmo, pradismo, belaundismo, felonía militar institucionalista, otro poco de belaundismo. Al final vinieron los sazonadores corruptos: fujimorismo, toledismo, alanismo, humalismo, ppkaismo, vizcarraísmo. Saque usted sus propias conclusiones.
Acta para la "jura de independencia"
"En la ciudad de Los Reyes, el quince de Julio de mil ochocientos veintiuno. Reunidos en este Excmo. Ayuntamiento los señores que lo componen, con el Excmo. e Ilmo. Señor Arzobispo de esta santa Iglesia Metropolitana, prelados de los conventos religiosos, títulos de Castilla y varios vecinos de esta Capital, con el objeto de dar cumplimiento a lo prevenido en el oficio del Excmo. Señor General en jefe del ejercito Libertador del Perú, Don José de San Martín, el día de ayer, cuyo tenor se ha leído, he impuesto de su contenido reducido a que las personas de conocida probidad, luces y patriotismo que habita en esta Capital, expresen si la opinión general se halla decidida por la Independencia, cuyo voto le sirviese de norte al expresado Sr. General para proceder a la jura de ella. Todos los Srs. concurrentes , por sí y satisfechos, de la opinión de los habitantes de la Capital, dijeron: Que la voluntad general está decidida por la Independencia del Perú de la dominación Española y de cualquiera otra extrajera y que para que se proceda a la sanción por medio del correspondiente juramento, se conteste con copia certificada de esta acta al mismo Excmo. y firmaron los Srs.: El Conde de San Isidro- Bartolomé, Arzobispo de Lima, Francisco Javier de Zárate- El Conde de la Vega de Ren- El Conde de las Lagunas-Toribio Rodríguez-Javier de Luna Pizarro-José de la Riva Aguero-El marquez de Villa fuerte ..."